Viajar en autocaravana es una solución perfecta para las familias o grupos de amigos que quieran emprender una nueva aventura. ¡Viajar con la casa a cuestas, sin aglomeraciones y sin horarios no tiene precio! Me encantaría recorrer Nueva Zelanda de norte a sur y EEUU de costa a costa, pero empiezo por territorio nacional... que también deleita con paisajes bellísimos. En este post he reunido nueve rutas en España para recorrer en autocaravana sin necesidad de planificar un itinerario cerrado. ¡Viajar sin prisas con mi propia casa a cuestas en cualquier época del año!
Actualizado por Paco Nadal el 02 de marzo de 2023.
¿Imaginas una selva verde repleta de alcornoques, acebuches y quejigos que se funde hasta el infinito? Pues eso es el parque natural de los Alcornocales, la mayor mancha de bosque autóctono mediterráneo de Andalucía. La parte más densa y mejor conservada de este bosque primigenio aparece en torno al puerto de Galis. Si desde allí doblamos por la estrecha carreterita que lleva hacia Ubrique, la vista se pierde entre las copas de los árboles. La carretera culebrea entre los interminables alcornocales, como si de repente nos hubiéramos trasladado a un mundo primitivo. No hay nada más que árboles, miles y miles de árboles, y un sotobosque de coscoja, lentisco, matagallo, helechos, madroño y palmito. Un escenario de otro tiempo en el sur de la civilizada Europa.
Qué ver a lo largo de esta ruta: Jimena de la Frontera, Tarifa, Arcos de la Frontera, parque natural de los Alcornocales, Alcalá de los Gazules, Ubrique y la sierra de Grazalema.
La carretera que asciende por el barranco del Poqueira nos regala una de las estampas más fotogénicas de Las Alpujarras. Es la esencia de la arquitectura morisca, que quedó atrapada en el tiempo en esta ladera sur de Sierra Nevada. Cada curva se convierte en un balcón con perspectiva diferente sobre Capileira y Pampaneira, dos pueblos de casas blancas y humildes que huelen a picón y aceite de oliva. Sobre Pampaneira despunta la iglesia de Santa Cruz, el edificio más alto del pueblo y el único que no es blanco. Sobre Capileira, la iglesia de Nuestra señora de la Cabeza, que preside la plaza del Calvario, el único espacio abierto con dimensiones suficientes como para llamarse plaza en este dédalo de callejuelas moriscas. Si no está en tu mano hacer esta ruta por tu cuenta, pero vas a Granada y no quieres perderte este entorno, tienes la posiblidad de hacer un tour por Lanjarón, Pórtugos, Capileira y Pampaneira (7-8 h., en bus y con guía).
Qué ver a lo largo de esta ruta: balneario de Lanjarón, pueblos blancos de La Alpujarra, Bubión (desde donde además puedes hacer un paseo a caballo por la Alpujarra), Capileira, Pampaneira (localidad de salida de una ruta de senderismo por el parque nacional de Sierra Nevada), parajes naturales del barranco de Poqueira.
El parque natural marítimo-terrestre de Cabo de Gata es el desierto más bello de España y del sur de Europa. Una conclusión a la que todo viajero llega cuando transita los escasos kilómetros que separan Rodalquilar —viejo pueblo minero— de La Isleta del Moro, a través de un paraje reseco de lentiscos, azufaifos y palmitos. En ese tramo queda el mirador de la Amatista, el mejor balcón sobre los acantilados de color marrón que salpican esta porción de la costa almeriense. Más abajo espera La Isleta del Moro, pueblo pesquero que aún conserva el encanto de aldea perdida y soleada al pie de unos crestones negros que sirven de refugio a su pequeña flota artesanal. Un buen lugar donde comer pescado fresco en una terraza con vistas al mar.
Qué ver a lo largo de esta ruta: parque natural de Cabo de Gata, acantilados y faro de Punta de la Vela, centro de visitantes de Las Amoladeras, San José de Cabo de Gata, Las Negras, Los Escullos, Isleta del Moro, minas de Rodalquilar.
El cap de Creus de Girona corona el extremo más oriental de la península ibérica, el lugar donde los Pirineos se hunden en el mar Mediterráneo. Un lugar natural mágico y misterioso, lleno de energía, con pueblecitos pesqueros, evocadores de la Costa Brava. El armonioso conjunto de casitas blancas que aún forma el casco de Cadaqués lo convirtieron en meca de artistas, bohemios y pseudohippies de todas las nacionalidades, aunque hay que reconocer que quien realmente puso su nombre en el mapa fue Salvador Dalí, que pasaba buena parte de su tiempo en la casita que tenía en Port Lligat, una pequeña y hermosa cala cercana a la localidad. La carretera que une Cadaqués con el cap de Creus es un serpentín de ocho kilómetros de curvas dentro de un paisaje sobrecogedor. No hay grandes alturas en el cabo, pero todo el frente litoral está quebrado por calas y pequeños acantilados que hablan de lejanía y misterio. Una sensación amplificada por la constante presencia de la Tramuntana. La carretera termina en el faro automático que ayuda a la navegación. Si estás en Girona y no quieres perderte esta zona, puedes hacer un tour por el Museo Dalí, Cadaqués y el cabo de Creus.
Qué ver a lo largo de esta ruta: Cadaqués (si tu grupo de viaje es de 8 personas o más, valora hacer un tour privado por Cadaqués), Port Lligat, El Port de la Selva, faro del cap de Creus, Casa Museo de Salvador Dalí, Centre d’Art Perrot Moore, monasterio de Sant Pere de Rodes.
Es uno de los tramos más espectaculares del Pirineo de Huesca. El río Bellós nace en el macizo de las Tres Sorores y desemboca en el río Cinca atravesando el valle de Añisclo, una estrecha garganta que permite el acceso a la parte más oriental del parque nacional de Ordesa. Una estrecha carretera que parte de Escalona lo recorre pegada a los precipicios. Es sinuosa y estrecha y para evitar atascos en verano se abre en un solo sentido. En otoño es un espectáculo, pues la ruta asciende entre encinas, tilos, avellanos, arces, pinos y bojes hasta un espectacular puente de piedra que salva el cañón junto a San Urbez, un pequeño eremitorio bajo un abrigo de roca. Aquí empieza la senda que remonta el cañón de Añisclo hasta la Fuen Blanca y el nacimiento del Bellós, incluido en los lindes del parque nacional de Ordesa. Tras San Urbez, la carretera se encrespa más aún, pasa cerca de Escuaín y llega hasta Fanlo, un bucólico pueblecito ganadero perdido en lo alto de la montaña pirenaica.
Qué ver a lo largo de esta ruta: puente y ermita de San Urbez, cañón de Añisclo, Escuaín, Fanlo, garganta del río Yaga, parque nacional de Ordesa.
El cabo Ortegal marca el inicio de la ría de Ortigueira, en el extremo noroeste de la península ibérica. Es, tras Estaca de Bares, el segundo punto más al norte de la península. Desde la localidad pesquera de Cariño, al pie de la ría, parte una estrecha carretera lleva hasta el faro del cabo Ortegal. Frente a él se levantan Os Aguillóns, tres puntas rocosas muy características, citadas ya por el cartógrafo griego Ptolomeo, cada una con nombre propio: Insua Mayor, Cabalo Xoan y A Longa. Camino del cabo se pasa por la sencilla ermita de San Xiao do Trevo, levantada sobre un antiguo fortín romano. De vuelta hacia Cariño se puede tomar un desvío que sale a la derecha y sube a la zona alta del monte. Diseminados por este paisaje sobrecogedor hay muchas mamoas (túmulos funerarios de la cultura megalítica), como la mamoa da Cova Fornela o la mamoa del Chan de Lodeiro, varias minas romanas y restos de castros como el de Moura y el de Enxeira Vella. En A Miranda se ha construido un área recreativa y un buen mirador sobre la ría. Otros miradores se asoman a la costa occidental del cabo, donde están los acantilados más altos de España, como el de Vixia de Herbeira.
Qué ver a lo largo de esta ruta: Cariño, Ortigueira, acantilados de Vixía de Herbeira, playas de Fornos y Figueiroa, molino de mareas de Senra, playa de Morouzos, Cedeira.
Somiedo, en el corazón de la montaña astur, es puro y bellamente salvaje: el icono de los parques naturales cantábricos. El parque natural ocupa cuatro valles, pero la zona más espectacular es la que arranca en la Estación Hidroeléctrica de La Malva, en la carretera que va a Pola de Somiedo, y se interna en el valle lateral de Saliencia, un antiguo cauce glaciar. La primera parte es el desfiladero de La Malva, encajonado entre imponentes paredes de calizas, cuarcitas y pizarras. Este estrechamiento dificultó siempre la comunicación con Saliencia; de hecho, la carretera que atraviesa el desfiladero se abrió en 1986. Hasta entonces, a Saliencia se entraba por arriba, por el alto de La Farrapona o por una senda que venía de Valle de Lago. Se pasa por Veigas, donde está el Ecomuseo de Somiedo, y por la aldea de Saliencia. A ambos lados se van viendo brañas, pastos de altura en los que los pastores construían teitos (cabañas de piedra con techo circular de paja). La carretera termina en el alto de La Farrapona, envuelta en un paisaje cada vez más alpino, salvaje y bello. Desde el alto sale una pista de tierra (accesible solo a pie) que lleva a los lagos de Saliencia, restos de los glaciares que cubrían esta zona en el Cuaternario.
Qué ver a lo largo de esta ruta: Pola de Somiedo, ecomuseo de Veigas, Brañas de la Mortera de Saliencia, el Collau y Ordiales; lagos de la Cueva, Almagrera, Calabazosa, Cerveriz y de Valle.
Es una de las zonas más desconocidas del Bierzo y de todo León. Para llegar a este valle lateral del río Sil hay que salir de Ponferrada hacia el sur en busca de San Esteban de Valdueza. Allí comienza una carreterita que remonta el río Oza por un bosque caducifolio de increíble frondosidad en el que se alternan castaños, chopos, serbales, nogales, fresnos y alisos. El río Oza se despeña a saltitos, remoloneando entre resaltes y pozas. Un paraíso verde, húmedo y oscuro, sobre todo si se tiene la suerte de visitarlo en un día de niebla, que contrasta con la aridez y ausencia de arbolado de las cumbres de los montes Aquilanos. La ruta termina en Peñalba de Santiago, un pequeño museo en piedra de lo mejor de la arquitectura popular berciana. El valle del Silencio fue lugar predilecto de ermitaño y santos, quienes construyeron varios monasterios e iglesias. Y Peñalba creció en torno a una de ellas, la sencilla iglesia mozárabe de Santiago.
Qué ver: Ponferrada, su castillo y su casco histórico; Cacabelos, viñas y bodegas de El Bierzo, Villafranca del Bierzo, paraje natural de Las Médulas.
La sierra de Segura, al sur de la provincia de Albacete, rompe el tópico de La Mancha de horizontes planos y llanuras cerealistas sin una solo sombra. El río Mundo, un afluente del Segura, nace en un espectacular salto de agua en las cercanías de la aldea de Riópar (desde donde puedes sumarte a un tour en 4x4 por el nacimiento del río Mundo), entre frondosos bosques de pino y numerosos resaltes y rincones húmedos. La ruta propuesta empieza en Riópar Viejo, una pequeña aldea encaramada en un cerro que tuvo importancia en el medievo, pero que llegó a estar casi deshabitada. Desde allí, la carretera baja a la llanura, pasa por Fábricas de Riópar y termina en el nacimiento del Mundo, una de las surgencias más espectaculares de toda España. El Mundo ve la luz a través de una gruta de 25 metros de diámetro colgada a 82 metros de altura en mitad de un circo de piedra desde donde lanza al vacío bocanadas de agua. Al estrellarse contra las rocas, el recién nacido río Mundo forma un enjambre de cascadas y pozas de extraordinaria belleza.
Qué ver a lo largo de esta ruta: parque natural de los Calares, Riópar Viejo, Alcaraz (puedes conocer esta villa medieval haciendo una visita guiada por Alcaraz), Yeste, nacimiento del Mundo, parque natural de las sierras de Segura, Cazorla (aquí, además de hacer una visita guiada por Cazorla, puedes emprender un tour por el parque natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas) y las Villas.