Nací en Murcia, cosa que llevo muy a gala, y ya de bien joven lo tuve claro: a mi lo que me gustaba era el perpetuo movimiento. Desde hace muchos años vivo en Madrid, o más bien tengo una cama allí, porque paso más de dos tercios del año dando tumbos por el mundo. Escribo todas las semanas sobre viajes en El País, me puedes escuchar todos los viernes por la tarde en la Cadena Ser y he colaborado con muchas cadenas de televisión, con casi todas las revistas de viaje y en otras muchas radios. Dirijo y produzco documentales, soy bloguero, fotógrafo y -según dicen ahora- prescriptor. Aunque a mi eso me suena más a un señor con bata blanca que reparte paracetamol que a un reportero.
Si me tengo que decantar por algún título sería el de contador de historias. Porque en el fondo todos los que nos dedicamos a vivir del cuento, es decir, a viajar y contarlo, somos eso: pregoneros modernos, solo que en vez de anunciar nuestras noticias en la plaza del pueblo en voz alta lo hacemos a través de las redes sociales o en la páginas de un periódico. Porque lo que nos pone, lo que nos hace felices, el combustible que alimenta nuestra alma es viajar y narrarlo.
Empecé a viajar desde muy pequeñito. Y es de las pocas cosas que he hecho en mi vida de las que nunca me he arrepentido. Desde entonces he visitado multitud de países -nunca he querido contarlos-, he gritado de alegría y he llorado de soledad en muchos de ellos, he tragado polvo y mierda en hostales y transportes mugrientos, he viajado solo y en compañía (buena y mala), he dormido en las más abyectas pensiones y también he probado las mieles de la clase Business, he comido y bebido en los mejores restaurantes y he pasado por motivos de trabajo noches en hoteles de ensueño que ni imaginará poder pagármelos de mi bolsillo. Son las cosas buenas de mi trabajo. Y creo que todas esas experiencias, las buena y la malas, son útiles para aprender a ser mejor persona.
Viajo para sentirme libre, viajo para respirar, para contar la de veces que me he equivocado, para ponerlo todo en duda, para confirmar que existen muchos mundos y que todos son únicos. Viajo para comprender, para huir de la rutina. Viajo por que si no viajo, me muero.
Estudie Ciencias Químicas en la Universidad de Murcia, pero ya sabía que la ciencia no era lo mío. Me reciclé haciendo el Master de Periodismo de la Fundación El País/Universidad Autónoma. Y soy también diplomado en Dirección y Guión de Documentales por el Instituto del Cine de Madrid. Me puedes leer también en mi blog del diario EL PAÍS.