El parque natural de Cabo de Gata es uno de mis rincones favoritos del Mediterráneo. La playa de los Genoveses, Las Negras, la Isleta del Moro... son lugares únicos en los que la magia del desierto demuestra que es más productivo conservar el paisaje costero que llenarlo de cemento. Las playas de Cabo de Gata parecen un trocito de África que quedó varado en esta otra orilla del Mediterráneo. Te cuento una ruta lineal entre Níjar y San Miguel de Cabo de Gata para descubrir uno de los paisajes más carismáticos de la costa mediterránea.
Actualizado por Paco Nadal el 12 de abril de 2023.
Toda ruta por Cabo de Gata debe empezar en Níjar, la capital administrativa y económica de la comarca. Níjar es algo más que la calle atestada de tiendas de artesanía que suelen visitar los turistas. Sus calles frescas y sus casas de pulcra cal invitan a un paseo hasta la plaza de la Glorieta o por el entorno de su iglesia parroquial, donde se localizan algunos de los rincones más agradables y coquetos de este pueblo blanco. Desde allí se toma la carretera de Campohermoso y Fernán Pérez en busca de la playa de Las Negras a través del mar de plásticos de invernaderos que han convertido el suelo de Gata en un mar de plata y han hecho prosperar a una comarca tradicionalmente pobre.
Dónde: Níjar.
La playa de Las Negras es un cul de sac, un final de trayecto. El nombre lo recibe del característico color de los cantos rodados que tapizan su playa. Antiguo pueblo pesquero, Las Negras vive hoy del turismo que llega hasta este extremo del parque en busca de sus soledades costeras. Sigue siendo uno de los sitios con más encanto de Cabo de Gata, aunque ha crecido tanto que perdió ya parte de su aura de rincón mágico. Camino de Rodalquilar, una pista a la izquierda conduce hasta El Playazo, una playa solitaria encajada entre dos cerros muy apreciada por los amantes de la naturaleza y los baños en soledad. Desde Las Negras puedes adentrarte en el entorno haciendo un tour en 4x4 por el parque natural del cabo de Gata y recorrer este paisaje de minas, playas y cortijos.
Dónde: Las Negras.
Un antiguo poblado minero, hoy abandonado, que resume todos los tópicos del paisaje de «legañas y esparto» que Juan Goytisolo describió en su inigualable libro Campos de Níjar. Los romanos ya extraían plata de Rodalquilar, pero fue el descubrimiento de vetas de oro lo que llevó a la construcción del poblado minero a principios del siglo XX. La iglesia, de un color marrón terroso similar al de los campos que la rodean, despunta entre los edificios del nuevo Rodalquilar. Camino del siguiente pueblo, la Isleta del Moro, se pasa por el Mirador, un alto desde el que merece la pena bajarse del coche y volver la vista atrás, hacia el valle de Rodalquilar, para disfrutar de la mejor vista panorámica del paisaje interior de Cabo de Gata.
Dónde: Rodalquilar.
Otro pueblo pesquero que aún conserva el encanto de aldea perdida y soleada al pie de unos crestones negros que sirven de refugio a su pequeña flota artesanal. Un buen lugar donde comer pescado en una terraza con vista al mar. Cerca queda Los Escullos, poblado surgido al amparo de la fortificación de San Felipe, levantada en el siglo XVIII para proteger estas costas de ataques corsarios. Pueblo y fortaleza fueron construidos sobre una vieja duna fosilizada. En su entorno abundan los palmitos, la única palmera autóctona de Europa, convertida en símbolo del parque natural de Cabo de Gata.
Dónde: La Isleta del Moro.
Es hora de dejar la costa y dirigirse hacia el interior —entre espartales y henequenes, plantas de secano que sustituyeron a las antiguas plantaciones de cereal que cubrían el parque cuando era un latifundio privado— en busca de El Pozo de los Frailes, un poblado asimétrico de casas cúbicas y humildes, nacido en torno a un pozo del que los frailes de un convento cercano sacaban aguas para sus huertas. El pozo y el curioso sistema de noria construido para extraer el agua han sido rehabilitados y están a la vista del público en la plaza. La carretera cruza el pequeño pueblo blanco en dirección a San José.
Dónde: El Pozo de los Frailes.
Situado a pie de playa, es la capital turística del parque y el pueblo más grande. Fue un tranquilo poblado pesquero y punto habitual de incursiones piratas a los largo del siglo XVI. Hoy no queda almacén o chiringuito en el puerto o en el casco urbano que no se haya reconvertido en restaurante, hostal o tienda destinada al turismo. Aquí está la mayor oferta de servicios del parque natural y también las mayores aglomeraciones humanas. El puerto de San José está lleno de restaurantes de todo tipo y precio. Por las noches, la plaza se convierte en escenario para reuniones familiares y juegos de niños.
Dónde: San José.
Desde San José, una pista de tierra lleva a las playas de los Genoveses y de Mónsul, las dos más famosas del cabo (el acceso en coche particular se ha prohibido; hay que ir a pie o en un bus lanzadera). La de los Genoveses es la cala más grande y resguardada de Gata. Dicen que se llama así porque aquí fondeó en 1174 una flota de 200 naves genovesas que vinieron a ayudar a Alfonso VII en la toma de Almería. Sea cual sea el origen, la playa de los Genoveses es el corolario de los encantos de Cabo de Gata. Más de un kilómetro de arena dorada, sin construcciones ni servicios ni carretera alguna que nos enseñe cómo tuvo que ser toda la costa mediterránea antes de que el cemento de apropiara de ella. En uno de los costados de la contigua playa de Mónsul puede verse una duna fósil que aparece en una de las escenas de acción de Indiana Jones y la última cruzada. Si no quieres o no puedes trasladarte por tu cuenta hasta aquí, desde San José puedes realizar un tour por las playas de Mónsul y los Genoveses en 4x4.
Dónde: playa de los Genoveses / playa de Mónsul
La asfaltada carretera continúa hacia la punta de Cabo de Gata, el extremo suroriental de la Península. Sobre un cerro de unos 50 metros de altura sobresale el faro de Cabo de Gata, fue construido en 1861 en el mismo lugar donde antes se elevaba el castillo de San Francisco de Paula. Es un buen lugar donde pasar un rato admirando toda la línea de costa de este espacio salvaje y privilegiado. A sus pies hay varias calas con un excelente baño. Los faros son una de mis pasiones cuando viaje. Si también es tu caso, te recomiendo leer 10 faros españoles en entornos espectaculares.
Dónde: Faro de Cabo de Gata.
La ruta puede terminar en el pueblo que da nombre al parque, a siete kilómetros del faro, en el que encontrarás también todo tipo de servicios. La carretera circula entre unas viejas salinas y la enorme playa de San Miguel, de arena blanca y muy frecuentada en verano. A la derecha verás despuntar una iglesia, solitaria e irreal entre las balsas salineras. Es la iglesia de San Miguel, construida en 1855 por la empresa que explotaba las salinas (con gran éxito comercial entonces) para sus trabajadores. Tras muchos años en ruina, en 2012 fue rehabilitada y ahora acoge un punto de información del parque.
Dónde: Cabo de Gata.
La ruta propuesta tiene unos 55 kilómetros. Hay alojamiento y todo tipo de servicios en Níjar, Las Negras, San José, Rodalquilar, El Pozo de los Frailes, Isleta del Moro y San Miguel de Salinas. En el Centro de Visitantes Las Amoladeras tienen información sobre rutas, ecosistemas, artesanías y usos tradicionales del territorio.