Grazalema (Cádiz)
De nuevo, el bosque de encina, quejigo y alcornoque y los sotobosques de lentiscos, alhucemas, peonías, jaras, madroños, endrinos y brezos en la provincia de Cádiz. Pero la mayor singularidad de Grazalema reside en el pinsapo. Hace unos 144 millones de años la aparición de plantas con frutos, las angiospermas, obligó a retirarse de sus hábitats a las plantas con flores, las gimnospermas, forzándolas a huir hacia climas más fríos y norteños. Pero un pequeño grupo de ellas, tras retirarse los hielos de la última glaciación, decidió cambiar en vez de viajar. Y se adaptaron a su nuevo hábitat mediterráneo, quedándose a vivir para siempre en el sur de la península ibérica. Son los pinsapos, una conífera emparentada con los abetos del hemisferio Norte, reliquia de los bosques que cubrieron estas zonas en el Terciario y que hoy solo se encuentran en esta sierra de Grazalema y en menor medida en la de las Nieves (Ronda) y en la sierra Bermeja (Estepona).