A partir de la desembocadura de la ría de Vigo, el perfil de la costa gallega, quebrado y tortuoso hasta ese momento, se dulcifica y amansa. Al sur de Baiona las rías dejan paso a una línea continua de litoral de oscuros roquedos sin apenas refugios ni puertos naturales, donde el Atlántico rompe con fuerza incluso en los días de calma. Es quizá el trozo más rectilíneo de toda la costa gallega, solo roto por el gran estuario del río Miño, que hace de frontera entre España y Portugal. El Miño, el gran río gallego, que nace en la laguna Fonmiña, en la provincia de Lugo, va a ser el hilo conductor de la segunda parte de esta deliciosa ruta llena de parajes naturales, historia y buena gastronomía por las rías Baixas en Galicia.
Actualizado por Paco Nadal el 27 de mayo de 2023.
Sí, esta ruta de algo menos de 70 kilómetros es corta, pero tiene muchos sitios que ver en las rías Baixas. Necesitarás por los menos 3 días y 2 noches para hacer las visitas con tranquilidad. Es decir, disfrutando la naturaleza, las visitas culturales y, por supuesto, la gastronomía gallega.
Baiona fue marinera y a la vez noble. Sus calles porticadas y estrechas guardan reminiscencias de aquel pasado. Hay innumerables casonas blasonadas de los siglos XVI y XVII de la era dorada del puerto como punto de entrada y salida hacia América, entre ellas, la Casa Salgado, la casa del Deán Mendoza (hoy hotel) o la casa de los Ceta. También, numerosas iglesias, como la ex-colegiata de Santa María, un templo tardorománico de finales del siglo XII. Un paseo por la calle Ventura Misa, la más popular del casco antiguo, nos transporta a aquellas centurias, aunque hoy casi todos los locales están ocupados por bares y restaurantes que se llenan de vigueses y de turistas de otros muchos lugares durante los fines de semana y el verano: una de las mayores concentraciones de restauración de la costa pontevedresa. El paseo marítimo de Baiona es otro delicioso espacio peatonal, con el puerto deportivo y el parador de Turismo recortados en el horizonte.
Dónde: Baiona.
Los habitantes de Baiona, que ahora vive principalmente del turismo, fueron los primeros europeos que tuvieron noticia del descubrimiento de América, ya que a este punto perdido de Galicia arribó La Pinta el 1 de marzo de 1493 con la noticia de la existencia de un Nuevo Mundo. Un hecho que conmemora el monumento a la Arribada, obra del escultor Magín Picallo, que puede verse a los pies de la muralla del monte Boí. En el puerto hay una réplica de la carabela Pinta, a escala natural, construida en 1993 para conmemorar el V Centenario del Descubrimiento, que puede visitarse. El primer fin de semana de marzo se celebra la fiesta de la Arribada, donde se escenifica este acontecimiento.
Dónde: monumento a la Arribada.
La silueta más característica de Baiona la aporta la península del monte Boi, en la que se asentaron los primeros pobladores de estas costas. Existe en ella una fortificación en desde hace al menos 2.000 años, dentro de la cual estaba la primitiva villa de Baiona. Una senda recorre todo el perímetro de la península y permite ver numerosas construcciones defensivas de diferentes épocas: las torres del Reloj y de la Tenaza; la puerta del Sol, del siglo XVI; las diversas baterías artilladas y el pozo y cisterna que suministraban agua a la fortaleza. En su interior se construyó el parador de Turismo Conde Gondomar, a quien pertenecen ahora los terrenos.
Dónde: monte Boi.
Marca el límite meridional de la ría Vigo y el final de las Rías Baixas. La carretera va ahora hacia el sur en paralelo a un trozo de costa desnuda, salpicada de numerosos roquedos e islotes contra los que rompe en Atlántico. El faro Silleiro se eleva majestuoso y solitario sobre este escenario.
Dónde: faro de cabo Silleiro.
Varias viviendas particulares y algunos bares y restaurantes rodean este gran y viejo monasterio cisterciense, en el mejor de los emplazamientos costeros. El Real Monasterio de Oia fue fundado en 1185 y fue creciendo conforme las órdenes monacales gallegas ganaban en poder y prestigio. Su etapa más fecunda fue entre los siglos XVI y XVIII, siempre bajo el mandato del Císter. De aquellas centurias son la mayoría de edificios que hoy vemos, menos la iglesia que es la primitiva del siglo XII. Tras la Desamortización de Mendizábal el conjunto entró en un periodo de decadencia. En la actualidad y tras un proyecto de puesta en valor, es posible visitarlo.
Dónde: Real Monasterio de Oia.
Horario y entradas: en su página oficial podrás ver al pie el enlace para adquirir las entradas on line en función de tu grupo o tipo de visita.
El último pueblo costero de Galicia por el sur 'guarda' la desembocadura del río Miño acostado en la ladera del monte de Santa Tecla. Son famosos sus pescados y sus langostas. Una carretera asfaltada sube hacia la cumbre del monte de Santa Tecla, en cuya cima hay un santuario y unas vistas espectaculares de toda la desembocadura del Miño, de la comarca vinícola de O Rosal y del vecino Portugal. Los atardeceres son soberbios desde esta atalaya. Hay una senda, el PR 122, que sube desde Camposantos, a las afueras de A Guarda, hasta la cima para quienes quieran ganarla a pie. Abajo se ve el transbordador que cruza desde A Guarda hasta Caminho, la población portuguesa en la otra ribera del Miño.
Dónde: A Guarda.
El monte que custodia la desembocadura del Miño ha sido objeto de ocupación por todo tipo de pueblos y culturas. Subiendo por la carretera que va al santuario, a 2,5 km de A Guarda, se encuentra el castro de Santa Tecla, uno de los más importantes poblados galaico-romanos de los que tenemos constancia. La excavaciones llevadas a cabo desde 1914 han dejado a la vista numerosas viviendas de planta circular u ovalada hechas con muros de piedra y techumbre de paja. No tenían más vano que la puerta. El poblado estaba rodeado por una muralla, aún visible en parte. El monte de Santa Tecla estuvo habitado desde 2.000 años antes de nuestra era. Y aún hoy sigue siendo la posición más privilegiada para contemplar el estuario del Miño, sus marismas, sus islas. Toda la belleza del paisaje en un solo golpe de vista. Las ruinas están abiertas y son de visita gratuita (si subes en coche tendrás que pagar una pequeña tasa). Pero antes de llegar a ellas, te recomiendo visitar el museo Arqueológico de Sta. Trega (MASAT) una sala de exposición pequeña pero que ofrece una buena visión de los sucesivos períodos del castro y los trabajos arqueológicos de investigación.
Dónde: castro de santa Tecla / museo Arqueológico.
Horario del museo: te recomiendo consultar el horario en su página antes de tu visita, ya que varía mucho según la época del año.
Dejamos la costa para remontar el río Miño por la PO-552. La ruta circula ahora entre marismas y bosques de ribera. Durante el viaje se hace imprescindible una parada en cualquier taberna de O Rosal, centro de una famosa comarca vinícola con la denominación de origen Rías Baixas. Se debe parar en alguna de sus tabernas para degustar un vino blanco de la comarca. En el valle de O Rosal se conservan viejos molinos de agua, entre los que destacan los hermosos muiños do folón, docenas de molinos en cascada y recién restaurados, ubicados en una zona apropiada para el descanso y el senderismo. Algunas de las bodegas más prestigiosas son bodegas Terras Gauda y bodega Quinta de Couselo.
Dónde: O Rosal.
El final de la ruta es esta población antiguamente amurallada y estratégica que defendía los intereses españoles en el Miño frente a la vecina y también fortificada Valença do Minho, en territorio portugués. Del doble recinto de murallas apenas se conserva la Porta da Pía, de origen medieval, y otra del siglo XVII. Tui ha sido sede episcopal desde el siglo V. No es extraño, por tanto, que su monumento señero sea la catedral de Santa María de Tui, un templo con apariencia de fortaleza cuya construcción se inició en 1120, durante el reinado de Alfonso IX. Pese a las ampliaciones y reformas posteriores, el primer templo tudense mantiene su impronta románica tanto en el exterior como en el interior, donde destacan la profusa decoración de los capiteles. De sus añadidos góticos lo más señalado es el pórtico de la fachada principal, una de la primeras obras que se hicieron en España este estilo. En su interior se encuentra el museo Catedralicio Diocesano. Como su vecina portuguesa, es una ciudad de impronta medieval y callejuelas estrechas donde resulta grato caminar y sentir el peso de la historia. Otros puntos arquitectónicos de interés son la capilla de San Telmo, patrón de los navegantes —que murió cerca de Tui peregrinando a Santiago de Compostela— y la iglesia de San Francisco.
Dónde: catedral de Santa María de Tui.
Horario de visita a la catedral: invierno (hasta el cambio de hora), de lunes a sábado, de 10:45 a 14:00 y de 16:00 a 19:00 h. Domingo, de 9:00 a 12:30 y de 16:00 a 19:00 h. En verano (también hasta el cambio de hora), de lunes a sábado, de 10:45 a 14:00 y de 16:00 a 20:00 h. Domingo, de 9:00 a 12:30 y de 16:00 a 19:00 h. Último acceso, media hora antes del cierre. Las cubiertas de la catedral se pudeen visitar en julio, agoso y septiembre, de lunes a sábado a las 13:30 horas.
Entradas: general, 5 €. Cubiertas con guía, 9 €.