Las Rías Baixas (Rías Bajas) son uno de los territorios más singulares de Galicia. Una zona costera rica en pesca comprendida entre el cabo de Fisterra, al norte, y la desembocadura del Miño, al sur. Y hay muchas cosas que ver en Rías Baixas. Faros, castros, playas, ciudades monumentales como Pontevedra... Si quieres visitar las Rías Baixas por tu cuenta, estos son los lugares que recomiendo no perderte. Y si quieres hacerlo en un viaje organizado, esta excursión parte desde Santiago de Compostela e incluye una visita al centro histórico de Pontevedra, un paseo en barco por su ría, visitas a localidades costeras de la zona y por supuesto una degustación de vino con mejillones. Te la recomiendo.
Actualizado por Paco Nadal el 08 de mayo de 2023.
Un lugar obligado que ver en rías Baixas y perfecto para empezar esta ruta por la costa de Pontevedra es Vigo. Tras la imagen de una ciudad grande, industrial y portuaria se esconde una de las urbes más vibrantes y dinámicas de Galicia. Vigo es una ciudad de excelente arquitectura burguesa, multitud de edificios eclécticos, importantes galerías y una vida nocturna que aún recuerda aquellos tiempos en que fue, junto con Madrid, capital de la movida de los 80. Es, además, la ciudad más poblada de Galicia, con unos 300.000 habitantes. Pese a su gran crecimiento, Vigo conserva un poquito de la esencia de aquel puerto pescador y comercial que fue. El casco vello de Vigo se despliega en torno a la praza da Igrexa, donde se levanta la concatedral de Santa María, un edifico neoclásico levantado en el siglo XIX. Desde esta pequeña plaza salen estrechas rúas forradas de granito que muestran aún cómo fue el urbanismo medieval de la villa. La rúa dos Cesteiros, donde aún perviven tiendas de artesanía y de cestos de mimbre; la rúa Chao, la rúa Alta o la praza Almeida, donde están dos de los edficios más antiguos de Vigo, el pazo dos Cetas y el pazo dos Figueroa, ventanas al pasado de una ciudad que creció sin tenerlo demasiado en cuenta. Si quieres conocer la ciudad con una guía profesinal, súmate a un free tour por Vigo y no te pierdas nada. Descubre aquí más sitios que ver en la ría de Vigo.
Dónde: praza da Igrexa.
Entre las tareas obligatorias que hacer en rías Baixas está una visita pausada al casco antiguo de Pontevedra, algo que puedes hacer cómodamente y con guía profesional participando en un free tour. La ciudad nació en torno a un puente romano que los ingenieros imperiales levantaron para facilitar el paso por la calzada que iba de Braga a Lugo y Astorga, el Pontus Veteri. El vado romano despareció, igual que casi todo el legado romano, pero Pontevedra fue evolucionando hasta convertirse en una ciudad monumental que ha sabido mantener un bellisimo casco histórico al servicio del peatón. Un entramado de deliciosas calles pavimentadas con granito a las que el verdín de la lluvia cubre con una pátina de añoranza. Vivir Pontevedra es vivir sus numerosas plazas, pasear por sus soportales en una día brumoso, y disfrutar el ritmo pausado de una ciudad a escala humana en los jardines de la Alameda o en el paseo urbano del río Lérez. Descubre aquí sitios que ver en la ría de Pontevedra.
Dónde: centro histórico de Pontevedra.
Un capricho de la geología hizo que, justo a la entrada de cada una de las tres principales rías bajas (Vigo, Pontevedra y Arousa), emergieran otros tantos conjuntos de islas e islotes en perpendicular al eje de la ría, que hacen las veces de pantalla protectora frente a oleajes y tempestades, contribuyendo en buena parte a la riqueza piscícola de estos entrantes de mar. Son la islas Cíes, frente a la ría de Vigo; la isla de Ons, en la bocana de la de Pontevedra, y el pequeño archipiélago de las Sálvora, que protege la de Arousa. En 2002 fueron declaradas Parque Nacional de las islas Atlánticas, junto a la pequeña isla de Cortegada. Son una de las visitas imprescindibles en las rías Baixas, sobre todo las islas Cíes. Por cierto, desde Combarro (el siguiente punto de esta ruta) tienes la posibilidad de conocer la isla de Ons. Un billete de ferry y tendrás todo el día para explorar este paraíso del Parque Natural de las Islas Atlánticas.
Si hubiera que elegir un pueblo como referencia arquitectónica de la ría de Pontevedra (quizá de todas las rías) sería Combarro, una pequeña localidad perteneciente al municipio de Poio. En torno a la rúa del Mar, calle principal de la localidad, se suceden una treintena de hórreosy cruceiros que miran a la ría, algunos construidos sobre la roca viva. Los hay de madera, de piedra tallada o mixtos. Una concentración difícil de ver en otra parte de Galicia y que mereció la declaración de Conjunto Histórico Artístico. ¿Quieres conocerlos en un free tour? Da pena pensar que no hace mucho tiempo todos los pueblos de las rías gallegas se parecían a este… hasta que llegó el boom inmobiliario. El paseo está repleto de tabernas donde los mejillones, navajas y berberechos saben a gloria. El hórreo era la despensa de la vivienda, donde se guardaba sobre todo el maíz, alimento base de la cocina gallega. Muchos de los cruceiros de Combarro datan del siglo XVIII y algunos tienen delante una característica mesa-altar. El pueblo ha sido muy restaurado y ahora tiene casi tantos bares y restaurantes como hórreos; es una de las visitas imprescindibles de las rías Baixas, aunque en temporada alta la afluencia de visitantes casi impide caminar por las intrincadas e irregulares calles. Entre las actividades interesantes que puedes hacer en Combarro, también hay un paseo en barco por la ría de Pontevedra, con visión submarina, en la que podrás conocer el cultivo del mejillón y degustar este manjar gallego.
Dónde: Combarro.
Es uno de los mejores conjuntos arquitectónico de la ría de Arousa. La enorme plaza de Fefiñáns, el centro neurálgico de la localidad, es para muchos la segunda plaza más hermosa de Galicia por detrás de la del Obradoiro compostelano. Hace un par de siglos esta plaza daba al mar. A ella se asoma el pazo de Fefiñáns, construido en el siglo XVI por Juan Sarmiento Valladares, consejero de Felipe II XX. Bustos, frontones y escudos nobiliarios decoran la soberbia fachada y la torre, que tiene además característicos balcones en ángulo. Hoy acoge a una de las más célebres bodegas de vino albariño. Una arcada comunica el conjunto con la finca colindante. En otro lado de la plaza se alza la iglesia de San Benito, una antigua capilla románica rehecha y ampliada en centurias posteriores, con dos torres gemelas también muy singulares. En ella están enterados varios señores del pazo de Fefiñans. Desde la plaza salen las calles más típicas y mejor conservadas del conjunto monumental, como la rúa Real, la rúa Rianxeira o la rúa Novedades, donde está el museo Ramón Cabanillas, uno de los grandes escritores gallegos durante la transición entre el siglo XIX y el XX, nacido en Cambados en 1876. Una de sus muchas casas nobiliarias, el Pazo de Bazán, levantado por un antepasado de la novelista gallega Emilia Pardo Bazán, es ahora un Parador de Turismo. ¿Te animas a conocer Cambados con un free tour o un tour privado? Por supuesto, si te gusta el enoturismo, también puedes hacer una visita a la bodega Martín Códax o a la bodega Granbazán, comarca del Salnés.
Dónde: plaza de Fefiñáns.
En el extremo de la península de Barbanza, en el frente marítimo que da al océano entre las rías de Arousa y Muros, aparece uno de los paisajes más singulares de Galicia. Un mar de dunas que podría haber escapado de una relato sahariano. El parque Natural de Corrubedo comprende unas 9.600 hectáreas de frente dunar, más las cercanas lagunas de Carregal y Vixán. La duna más grande, que aún está activa, tiene un kilómetro de longitud por 250 metros de ancho y 20 de alto. Hay un centro de interpretación y una red de senderos y pasarelas de madera que permiten recorre la zona dunar, las lagunas y las playas cercanas. Se accede desde Santa Uxía de Ribeira por la carretera AC-550, en dirección a Porto Son.
Dónde: dunas de Corrubedo.
Si entramos a la ría de Muros por la AC-550 desde la vecina ría de Aruosa, el primer hito reseñable es el castro de Baroña, para muchos el más impresionante de los castro galaico-romanos de Galicia. No tanto por su tamaño (el de Santa Tecla es más grande) sino por su ubicación. En una estratégica península unida a tierra firme por un estrecho istmo. Baroña estuvo habitado en el siglo I a. C. Se han excavado una veintena de viviendas circulares distribuidas en dos barrios y separadas por una especie de plaza comunal. El conjunto lo rodeaban dos murallas de mampostería, de la que aún se observan lienzos. En el istmo había un foso y otra muralla como primera línea defensiva. Fue excavado por primera vez en 1933. Se han encontrado restos de trabajos en metal y piedra así como tejidos. Quedarse sentado en lo alto al atardecer, cuando ya se han ido los turistas, a escuchar cómo el mar bate contra los acantilados que defienden el poblado es una experiencia mágica. El centro de interpretación del castro de Baroña se encuentra a poco más de 5 km, en la calle Fernando Fariñas, de Porto do Son.
Dónde: castro de Baroña / Centro de interpretación del castro de Baroña.
La estrecha carretera que sale del pueblo de Fisterra (Finisterre), en la ría de Corcubión, llega por fin al fin del continente europeo por el oeste, el finis terrae, el lugar donde la tierra acababa hasta el descubrimiento de América. Fisterra es el cabo más occidental de Galicia y de toda Europa. Un monumento al peregrino poco antes de llegar al faro recuerda que hasta este lugar mágico llegaban (y siguen llegando) los romeros de Compostela para quemar sus ropas tras la peregrinación, como símbolo de ruptura con el pasado y renovación espiritual. En el extremo de la península despunta el faro de Fisterra. Las instalaciones anexas al faro son ahora el Hotel O Semaforo, un lugar mágico para quedarse a dormir; tiene bar y restaurante. La puesta de sol es de una belleza extrema, puedes disfrutarla con un paseo en barco al atardecer. Pero si lo tuyo es quedarte en tierra, también puedes conocer Finisterre a fondo con un free tour o con un tour privado para tu grupo de viaje.
Dónde: faro de Fisterra.
Cuando se citan las rías Baixas se olvida generalmente esta pequeña ría, transversal a las demás y mucho más pequeña, que en los mapas aparece como una ensenada encajada entre las dos rías mayores: las de Vigo y Pontevedra. Aldán es una ría en miniatura que conserva el espíritu y la fisonomía que un día hubieron que tener sus hermanas mayores, antes del boom inmobiliario. En la gran explanada del puerto de Aldán, siempre hay pescadores en sus quehaceres. La antigua factoría de salazones es ahora A Casa de Aldán, un acogedor alojamiento rural. Y en la cantina de la lonja dan los fines de semana el mejor y más fresco pescado de la ría. Deambular por el paseo construido a lo largo de la ría de Aldán nos transporta a otro tiempo, cuando estos estuarios eran aún territorio de pescadores y mariscadores. La iglesia parroquia está en San Cibrán. En la parroquia de Coiro puede visitarse otro interesante templo barroco y el pazo de Vista Alegre, que perteneció a los condes de Aldán. La ría tiene excelentes y tranquilos arenales, como la playa de Castiñeiras, la playa de Areacova y la playa Areabrava. Si te animas, puedes adentrarte en ella con un paseo en barco que incluye una degustación de mejillones. A la ría de Aldán se accede desde Cangas de Morrazo.
Dónde: Aldán.
Desde A Guarda, en la desembocadura del río Miño, una carretera asfaltada sube hacia la cumbre del monte de Santa Tecla, en cuya cima hay un santuario y unas vistas espectaculares de toda la desembocadura del río, de la comarca vinícola de O Rosal y del vecino Portugal. Los atardeceres son soberbios desde esta atalaya. Hay una senda, el PR 122 que sube desde Camposantos, a las afueras de A Guarda, hasta la cima para quienes quieran ganarla a pie. Abajo se ve el transbordador que cruza desde A Guarda hasta Caminho, la población portuguesa en la otra ribera del Miño. No hay puente en esta zona. Subiendo por esa misma carretera que va al santuario, a 2,5 kilómetros de A Guarda, se encuentra el castro de Santa Tecla, uno de los más importantes poblados galaico-romanos de los que tenemos constancia. La excavaciones llevadas a cabo desde 1914 han dejado a la vista numerosas viviendas de planta circular u ovalada hechas con muros de piedra y techumbre de paja. No tenían más vano que la puerta. El poblado estaba rodeado por una muralla, aún visible en parte. El monte de Santa Tecla estuvo habitado desde 2.000 años antes de nuestra era. Y aún hoy sigue siendo la posición más privilegiada para contemplar el estuario del Miño, sus marismas, sus islas. Toda la belleza del paisaje en un solo golpe de vista. Las ruinas están abiertas y son de visita gratuita. En este post te propongo una ruta de Baiona a Tui por la desembocadura del Miño.
Dónde: monte de Santa Tecla.
Situada en la ría de Arousa, es sin duda el rincón más famoso y turístico de todas las rías Baixas. Lo que fue una zona de pastoreo para el ganado de O Grove se transformó en un balneario de lujo al descubrirse las propiedades curativas de sus fangos y aguas termales. El mismo Ramón y Cajal las recomendaba a sus pacientes. El Balneario de La Toja fue inaugurado en 1840. Es el mismo que vemos hoy, pero reformado. A su alrededor se alzan cuidados jardines, el Gran Hotel (un cinco estrellas), un campo de golf, otros modernos hoteles de diferentes categorias con sus correspondientes spas y un casino. Uno de los lugares más fotografiados es la capilla de Las Conchas, con la fachada forrada de conchas de vieira. Es la isla más elitista de las rías Baixas, dedicada al relax y al turismo de alta gama. Un puente centenario la une a O Grove. ¿Quieres conocer La Toja de manos de una guía profesional? Súmate a un free tour para conocer uno de los rincones más bellos de la ría de Arosa y ver lugares tan icónicos como la capilla de las Conchas.
Dónde: isla de La Toja.
Un gigantesco aparcamiento antecede a esta famosa playa de la ría de Arousa, entre Sanxenxo y O Grove. Su gran tamaño permite que, pese a su fama, haya hueco para todos, incluso en verano. En uno de sus extremos se levantan todavía los restos del castillo de A Lanzada, ordenado construir en el siglo X por el obispo Sinando para proteger su diócesis de los ataques de barcos normandos. Tiene dos kilómetros y medio de largo y forma parte del Complejo Intermareal Umia-O Grove, una zona de especial protección que utilizan numerosas aves acuáticas migradoras para invernar y criar o como tránsito en su viaje. Una pasarela de madera permite caminar sobre las dunas sin afectarlas. Es creencia popular en Galicia que la mujer que se baña la noche de San Juan en A Lanzada quedara pronto embarazada.
Dónde: playa de A Lanzada.
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