La Región de Murcia es famosa por su Costa Cálida, por ciudades monumentales como Cartagena, Lorca o Caravaca o por el barroco mediterráneo de su capital. En 12 sitios imprescindibles que ver en la Región de Murcia podrás informarte de las visitas esenciales. También son apetecibles los bares para tapear en Murcia. Pero más allá de esos lugares turísticos, hay muchos sitios con encanto en la comunidad, casi desconocidos. Rincones secretos, aún por descubrir. Estos son algunos de ellos.
Actualizado por Paco Nadal el 03 de enero de 2023.
El Arabí es una montaña pequeña de tamaño (1.68 m de altitud), pero grande en biodiversidad e interés geológico y arqueológico. En lo geológico, la erosión trabajó la arenisca de la que está compuesta excavando u horadando una serie de abrigos, cuevas y oquedades, de las que la más famosa es la cueva Horadada (en la foto). En lo arqueológico, el Arabí es una especie de montaña sagrada de la comarca, con vestigios de asentamientos humanos desde la Antigüedad y numerosos petroglifos y pinturas rupestres, que se pueden visitar en una ruta señalizada. Incluso son numerosos los testigos que afirman haber visto ovnis sobre la montaña, que aparece en numerosas guías de sobre lugares mágicos y esotéricos. Se accede por la carretera A-18, que va de Yecla a Montealegre del Castillo, tomando en el km. 15 un ancho camino de tierra que sale a la izquierda. Está señalizado. Si para tu visita necesitas alojamiento en Yecla, reserva en este enlace.
Hay muchas similitudes entre el paisaje casi sahariano de Murcia con el del otro lado del Mediterráneo. Si uno viaja por el Rif o por el Atlas marroquí comprueba al instante que nuestras historias divergieron, pero el paisaje sigue igual. Aquellos son, a gran escala, los mismos oasis, palmerales y montañas descarnadas de nuestra tierra. Si no lo crees, viaja hasta Abanilla y acércate a la pedanía de Mahoya. Allí, en la carretera que va hacia Baños de Fortuna encontrarás un desierto de badlands que no es más que el fondo de un mar que existió hace 10 millones de años, moldeado por la posterior erosión. Las ramblas de la Parra, del Font, Balonga, Zurca y la cuenca del río Chícamo forman uno de los paisajes más marcianos y surrealista de Murcia. Relieves descarnados donde el antiguo mar formó arrecifes coralinos y antiguos deltas, como el que el río Chícamo atraviesa formando la garganta de El Cajer, que son hoy un deleite para la vista y para la cámara fotográfica.
El Usero, en Bullas, es uno de los rincones más bellos del río Mula, un afluente del Segura que nace en la comarca murciana del Noroeste. En una tierra como ésta, con uno de los índices de pluviosidad más escasos de la Península, ver agua corriendo en superficie es una estampa casi irreal. Si además, ese cauce se despeña por un resalte de toba caliza hasta formar un rincón húmedo y fresco, donde las pozas de agua cristalina reflejan la silueta de las palmeras recortadas en el azul cegador de un cielo casi siempre despejado, la referencia al oasis se hace inevitable. El salto del Usero, un resalte de apenas dos metros y medio de altura en la cabecera alta del río Mula, es una de las zonas de baño y descanso estival más apreciadas por los bullenses, que suelen acudir a él para aplacar los rigores con los que el astro rey se emplea cada verano sobre estas comarcas murcianas. Para llegar al Usero hay que ir primero al parque de la Murta, en el casco urbano de Bullas, y desde allí seguir la calle Camino del Río durante unos 500 metros. Cuando calle y pueblo acaban surge a la izquierda un camino asfaltado de 1,5 kilómetros que lleva hasta el salto. Si tienes Bullas como inicio y fin de tu excursión, puedes reservar aquí tu alojamiento.
En una zona de España donde casi todo es barroco levantino, la presencia de una gran iglesia renacentista sorprende y llama la atención. Los trabajos de construcción de la iglesia del Salvador, una de las más bellas y espectaculares de Caravaca, se iniciaron hacia 1534 sobre un antiguo hospital de la Orden de los Templarios, fuera del corsé de la vieja ciudad altomedieval y una vez que la paz y la prosperidad económica favorecieron el crecimiento urbano. Se trata de un templo de planta cuadrada cuya monumental bóveda de crucería y su tamaño destaca sobre el resto de edificaciones del casco histórico caravaqueño. En el interior destaca la planta salón de estructura cuadrangular cubierta por unas bóvedas de crucería con nervaduras góticas.
El estereotipo de cauce tranquilo y de llanura que tiene el río Segura se rompe a su paso por el norte de la Región de Murcia. Entre Cieza y Calasparra, aprovechando los accidentes tectónicos y los plegamientos de la sierra del Molino, el Segura se encañona en una garganta de 4 kilómetros de longitud y 150 metros de profundidad conocida como el cañón de los Almadenes. Es el tramo más virginal y auténtico de todo el cauce de este río murciano. Además, se puede navegar por el interior del cañón en balsa neumática. Los paseos empiezan en un embarcadero instalado entre los arrozales de Calasparra y se prolongan hasta la presa de la Mulata. El cañón de los Almadenes conserva los últimos bosques de ribera autóctonos: sauces, adelfas, tarays, zarzas y cañaverales entre los que viven las últimas nutrias del río Segura. Para recórrelo a pie, el punto de acceso es la central eléctrica de Almadenes. Si necesitas alojamiento en una de estas dos localidades murcianas, Cieza o Calasparra, te facilitamos los enlaces para que busques el tuyo pulsando sobre sus nombres.
Podría parecer un decorado del Far West, o un trozo del desierto mexicano más profundo, pero es la sierra Minera de La Unión. La arqueología industrial que quedó de las explotaciones mineras la sierra de La Unión, en uso desde época de los romanos, quienes tenían allí 40.000 esclavos y extraían plata por valor de 25.000 dracmas diarios, es uno de los paisaje más marciano de la región. La fiebre de la minería causó un espectacular resurgir de la comarca en los años de entreguerras, hasta el punto de que la Unión fue conocida como la Nueva California. Pasados aquellos días de miseria para unos y enriquecimiento rápido para otros, la sierra ofrece hoy algunos de los paisajes áridos y manipulados por el hombre más bellos de Murcia. Te aconsejo que vistites la web de el Parque Minero de La Unión, donde te informarán de las minas que se han abierto a las visitas turísticas, las actividades, los horarios del Centro de Interpretación y la ubicación de los 12 conjuntos mineros puestos en valor. Dos caminos permiten cruzarla y apreciar el paisaje de bocaminas, escombreras y castilletes. Unos es la pista de tierra que enlaza el Llano del Beal con la carretera de Los Belones a Portmán. El otro, la carretera asfaltada que discurre entre Portmán y Escombreras, sorteando alguna de las más espectaculares explotaciones a cielo abierto.
Si observas la foto, te puedes creer que se trata de un patio de la Alhambra o de un riad marroquí. Sin embargo, este sitio con (mucho) encanto está en Cartagena y es uno de los mejores ejemplos que el modernismo dejó en la ciudad departamental. La casa Zapata fue encargada al arquitecto Víctor Beltrí en 1910 por Miguel Zapata Hernández, hijo del tío Lobo, el más rico y despiadado empresario minero de Cartagena y La Unión durante la fiebre del metal de finales del siglo XIX. Beltrí creo un patio neonazarita muy del gusto de la época, pero también incluyó en el proyecto elementos gaudistas, simbologías neogóticas y muchas referencias a la naturaleza, como era propio del modernismo. La casa Zapata pertenece ahora a un colegio de la congregación religiosa Santa Joaquina de Vedruna. El modernismo fue una corriente artítstica de finales del siglo XIX y principios del XX que dejó en Cartagena magníficos edificios, como el palacio Pedreño, el Casino y muy en especial, el increíble Ayuntamiento.
La descripción del itinerario entre Murcia y Almería que hizo el geógrafo árabe Al Idrisi en el siglo XII cita ya la fortaleza de Aledo, uno de los pueblos con mayor encanto de toda Murcia. Emplazado en un lugar privilegiado, sobre un peña que domina por un lado sierra Espuña y por otro las vegas del valle del Guadalentín, Aledo conserva en buen estado el castillo de La Calahorra, el bastión defensivo que hizo famoso al pueblo, y cuenta además con uno de los entramados urbanos más genuinos de la región. La torre defensiva fue construida en el siglo XI, y es por tanto una de las más antiguas de la región. La villa llegó a albergar hasta 12.000 hombres armados y una vez en manos cristianas, el soberano andalusí Jasaí no pudo retomarla por más que en el asedio le ayudaran tropas de los emires de Sevilla, Málaga, Almería y Granada. Por cierto, si puedes no te pierdas el 6 de enero el Auto de los Reyes Magos, que escenifican sus habitantes por las calles del pueblo. Uno de los más antiguos y de mayor arraigo de España.
Le llama el Escorial murciano y despunta con sus torres gemelas por encima de los frutales de la huerta, en la pedanía de Guadalupe, cerca de Murcia capital. Como su nombre indica, fue una fundación de la orden de los Jerónimos, que se estableció en la región, primero en la Ñora y más tarde, a partir de 1648, en este lugar, donde iniciaron las obras de un soberbio templo de estilo herreriano. Estuvo habitado por la orden hasta la Desamortización de Mendizábal. La iglesia sorprende por sus proporciones, casi basilicales. Tiene planta de cruz latina y una rica decoración de yeserías. Fue saqueada por las tropas napoleónicas en 1810. A un costado está la antigua residencia conventual, que se articula en torno a un gran claustro en el que los monjes cultivaban una huerta. Hoy es la sede de una universidad privada, pero está abierto al culto y las visitas.
Gracias a diversos factores, desde la presencia de la base naval de Cartagena al aislamiento y malas comunicaciones de amplias zonas, la costa de la Región de Murcia conserva algunos de los parajes más virginales y auténticos de todo el mediterráneo español. Una de ellas es Puntas de Calnegre, una kilométrica zona de calas, playas de guijarros y pequeños acantilados entre Mazarrón y Águilas donde el único núcleo habitado es el pequeño pueblo de pescadores de Puntas de Calnegre. Un litoral solitario, bellísimo, con cierto aire de trasnochada nostalgia, que ha logrado de momento salvarse del ladrillo de forma casi milagrosa. ¿Seguirá así para futuras generaciones? Se accede por la autovía Cartagena-Vera, donde hay uan salida (la 857) señalizada a Calnegre.
Este mapa interactivo te ayudará a localizar dónde están esos diez lugares increibles de la Región de Murcia. Pincha en el icono para tener más información de cada uno de ellos.