Los romanos llamaron al conjunto de rías de A Coruña, Betanzos, Ares y Ferrol el Portus Magnus Artabrorum, el gran puerto de los ártabros. El término sirve aún hoy para designar este golfo de varias ensenadas donde, a diferencia de otras rías gallegas, la industria naval y el comercio marítimo tuvieron más pujanza que el marisqueo y la pesca. Pese a su alta densidad urbana y sus importantes astilleros, las rías ártabras de Betanzos, Ares y Ferrol conservan ciudades medievales como Betanzos, pazos llenos de camelias y pequeños puertos pesqueros llenos de encanto, como Redes.
Publicado por Paco Nadal el 29 de mayo de 2023.
Sada es una población grande muy afectada por su condición de zona de veraneo próxima a A Coruña. Tiene una buena playa urbana y un agradable paseo marítimo. Su elemento arquitectónico más destacable es La Terraza, un quiosco modernista a pie de playa en el centro del pueblo con restaurante y cafetería de inconfundible aire decimonónico. En realidad, era uno de los tres quioscos que se construyeron a principios de siglo XX en el paseo Méndez Núñez de A Coruña, junto con el Lino y el Alfonso. Cuando el Ayuntamiento obligó a cambiar las viejas estructuras de madera por otras de cemento, La Terraza fue adquirida por el empresario José Manuel Fariña (la leyenda dice que lo ganó en una partida de póker, pero no es cierto), que lo desmontó y lo volvió a instalar en este paseo marítimo de Sada, donde fue reinaugurado durante la Navidad de 1919. Desde entonces fue el sitio chic del pueblo y lugar de postín para celebrar bodas y guateques. Hoy lo regentan los nietos de Fariña, que han cambiado los bailes con orquesta por actuaciones en directo de jazz todos los viernes y jazz session cada 15 días. El concello tiene otras playas: las de Lobos, Armenteiro, Lourido y Arnela son pequeñas, muy salvajes y poco frecuentadas. La última es la preferida por los nudistas. A las afueras de Sada, en O Castro de Samoedo, está la fábrica de cerámica O Castro, de la misma empresa propietaria de la marca Sargadelos. Cuenta con tienda abierta al público, exposición y museo.
Dónde: Sada.
De Sada salimos hacia Betanzos y pasado el cruce de la autopista un desvío nos lleva en un kilómetro hasta este pazo histórico, integrante de la Ruta de las Camelias. Mariñán nació en el siglo XV como torre fortificada de un señor feudal de nombre Gómez Pérez das Mariñas. Poco a poco, los sucesivos propietarios lo fueron transformando en un pazo residencial y en el siglo XIX se amplio y mejoró el jardín muy al gusto romántico de la época. Ahora pertenece a la Administración pública y se ha convertido en un referente de los jardines gallegos y muy en especial de la camelia, la flor insignia de la Comunidad. Gira en torno a un gran parterre geométrico a cuyos lados se despliegan paseos, avenidas y arboledas, con cientos de azaleas, rosales, hiedras, aucubas, camelias… además de algunos tejos y madroños centenarios. Todo con excelentes vistas a la ría.
Dónde: CP-0804, 85. Bergondo, A Coruña.
Horario: jardines, todos los días, de 09:00 a 20:00 h. Para conocer el interior hay visitas guiadas cada 45 minutos los viernes, sábados y domingos desde las 11:00 hasta las 17:00 horas. Si necesitan más información pueden llamar al teléfono: 673 050 399. Los grupos grandes pueden reservar su visita a través del correo electrónico servizovisitantes@combinasocial.gal.
Entrada: gratuita.
Al fondo de la ría que lleva su nombre, Betanzos es una de las capitales históricas de Galicia. Mantuvo un activo puerto pesquero y comercial y una floreciente comunidad de familias burguesas que dejaron un muestrario de casonas, palacios e iglesias. La visita al caso histórico debe empezar por la plaza Irmáns García Naveira, rodeada de casas tradicionales con las típicas galerías de madera pintadas de blanco. En sus bajos está la oficina de Turismo. Un quiosco de música y una estatua de Diana Cazadora, copia de la que hay en el Louvre y fundida en París en 1866, completan la decoración de una gran plaza que hace de conexión entre el Betanzos histórico y el moderno. Si vas a dedicar un tiempo a conocer la capital del gótico gallego, puedes sumarte a un free tour por Betanzos.
Dónde: Betanzos.
Otra villa monumental de origen medieval que también estuvo durante siglos bajo la tutela de la familia Andrade. Fue el conde Fernán Pérez de Andrade 'el Bueno', quien ordenó construir el primer puente sobre el río Eume, hacia el año 1380. Tenía unos 850 metros de largo y 78 arcos, uno de los más largos de su época. El puente de los Andrade aguantó hasta 1870, cuando se inauguró el actual. La plaza del Conde, con el torreón medieval que la preside, es un buen lugar donde empezar el recorrido por las calles peatonales de Pontedeume. La torre es contemporánea del puente y formó parte del palacio de los Andrade, cuyas últimas ruinas fueron demolidas en 1942. El escudo de los Andrade que estaba en la fachada del palacio fue realojado en la de la torre, que sirvió de cárcel municipal y ahora acoge la oficina de Turismo. A la misma plaza da el Mercado Municipal. Desde allí subimos por la calle Real que, con sus soportales y sus fachadas de piedra, nos recuerdan la vieja villa medieval. Hay varios rincones muy agradables con terrazas en el buen tiempo como la plaza Real y la plaza del Pan. La calle Real acaba en la iglesia de Santiago, comenzada a edificar hacia 1538 por Fernando de Andrade (de esa época solo nos llegó la Capilla Mayor) y terminada en estilo barroco en el siglo XVIII. Adosada a ella se ven aún restos de la vieja muralla. Al otro lado del puente, ya en Cabanas, está la playa de la Magdalena, la mejor de la zona, muy extensa y rodeada de pinares.
Dónde: puente de Pontedeume.
A 3 km de Pontedeume se elevan los restos del castelo de Andrade (solo se puede acceder en Semana Santa y verano), pequeña atalaya (no debió ser su castillo principal, sino un baluarte estratégico) del que se conserva en buen estado al torre del Homenaje, de 20 metros de altura. En un monte a las afueras de la villa debe visitarse también la iglesia de San Miguel de Breamo, un destacable templo románico fechado en 1187. Está en un paraje solitario y arbolado, con buenas vistas del litoral. Cada 8 de mayo se acude a ella en romería.
Dónde: castelo de Andrade / iglesia de San Miguel de Breamo.
Una fraga, en gallego, es un espacio montañoso donde crece salvaje la vegetación. Casi a las puertas de Pontedeume se halla una de las fragas atlánticas mejor conservadas de Galicia, que cubre las riberas del río Eume. Fresnos, castaños, abedules, sauces, arces, avellanos, laureles y por supuesto carballos (robles) forman una pantalla densa de verdor y misterio, acrecentada por los helechos relictos del Terciario que crecen en las zonas más húmedas. Son 80 km de biodiversidad extendida a lo largo de las riberas del Eume que fueron declarados parque natural en 1997. Una estrecha carretera que remonta el cauce permite recorrer buena parte de este impresionante bosque, reliquia de los que cubrían buena parte de Galicia hace cientos de años. A las Fragas do Eume se llega saliendo de Pontedeume por la carretera de Monfero, tomando a 2 km el desvío hacia Ombre y Monasterio. Entre sus habitantes se cuentan zorros, gatos montés, ginetas, marta, búhos reales, halcones, además de numerosas especies de anfibios y reptiles. Una verdadera joya ecológica.
La magia de la fraga se ve acrecentada por las ruinas de algunos molinos y presas, por viejas torres defensivas y por el monasterio de Caaveiro, en el corazón del parque natural, a 14 km de Pontedeume. Caaveiro nació como eremitorio antes del siglo X. Como casi todos los monasterios del Císter está ubicado en un sensacional paraje, aislado de todo. Tuvo siempre una comunidad de frailes muy pequeña aunque recibió importantes donaciones y creció hasta ser colegiata, con dos iglesias, y finalmente quedó abandonado a principios de siglo XX. Unas tímidas reparaciones consiguieron frenar su total deterioro, aunque buena parte del conjunto se perdió, incluida la iglesia colegial.
Dónde: monasterio de Caaveiro.
Su grandiosa silueta se alza en medio de otro paraje natural de gran energía, en la parroquia de San Fiz de Monfero, a 17 km de Pontedeume por la AC-151. Monfero fue otro de los grandes monasterios cistercienses de Galicia, contemporáneo del de Caaveiro, del que dista pocos kilómetros, aunque el de Monfero está fuera del área protegida de las Fragas do Eume. Refundado en 1124 por el conde Pedro Osorio, muestra, pese al abandono tras la Desamortización de Mendizábal, elementos constructivos desde el románico hasta el siglo XVIII. La iglesia cuenta con una original fachada ajedrezada con losetas de pizarra incrustadas en el granito. Es el panteón de muchos miembros de la familia Andrade y aún permanece en una de las capillas laterales el sarcófago de Nuño Freire de Andrade, el conde “malo”. Si quieres conocerlo, así como su localidad y su enclave natural, puedes hacer un tour en buggy por Monfero, una manera distinta y divertida de conocer las Fragas do Eume y el monasterio.
Dónde: monasterio de Monfero.
Desde Pontedeume cruzamos el largo puente sobre la ría, dejamos atrás Cabanas y por la N-651 seguimos hasta el primer semáforo, donde tomamos a la izquierda. La señalización lleva a este pequeño pueblo pesquero que ha conservado cierto encanto marinero. Redes no es un conjunto monumental ni un decorado de cartón piedra, como otros pueblos costeros turísticos de la cornisa cantábrica. Es una localidad sencilla, con su placita llena siempre de redes y barcas varadas, sus fachadas pintadas de colores cremas y pastel con alféizares de tonos más chillones, sus callejuelas estrechas que van a desembocar directamente a la ría y su pequeña rada, donde se apilan las nasas de cuerda para pescar marisco. En el puerto hay un par de establecimientos sencillos donde tomar buen pescado.
Dónde: Redes.
Ares es la localidad que da nombre a una de las cuatro rías que forman el golfo ártabro. Presenta un frente abierto al mar y a una larga playa urbana, muy apreciada para el veraneo, que continúa más allá con el gran arenal de Seselle, más salvaje y natural. Un paseo marítimo bordea todo la playa y llega hasta el club náutico y el puerto pesquero, resguardo en una esquina de la ensenada. El pueblo conserva algunas fachadas tradicionales, con sus galerías de madera y grandes balcones donde se colgaban las redes. La iglesia de San José, de estilo barroco, destaca sobre el conjunto.
Dónde: Ares.
Ferrol ha crecido ligada a la industria naval y al ejército. Cuando llegó la reconversión industrial de los últimos 80 y la reducción de presupuesto y efectivos en la Armada, la ciudad sufrió un cataclismo social y económico. Ferrol nunca fue turística, pero guarda puntos de interés que justifican una visita. Las calles Real, Galiano y Dolores son el corredor urbano y comercial de la ciudad; las plazas de España —con la mayor variedad de galerías acristaladas de Galicia— y de Amboage, a la que da la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores; la calle Iglesia y teatro Jofré y, frente a la alameda Cantón de Molins, en el Centro de Herrerías de la Armada, está el Museo Naval.
Dónde: Ferrol.
En este mapa dejo marcados los 12 puntos de mi ruta por las rías de Betanzos, Ares y Ferrol. Recuerda, cuando la planifiques, que podrás detenerte además de dos ciudades muy distintas, pero amblas emblemáticas, de las Rías Altas gallegas, Betanzos y Ferrol. ¡Buen viaje!