Un fin de semana en el Renacimiento. Dos ciudades monumentales jienenses, Úbeda y Baeza, cuna del Renacimiento andaluz, reúnen la mayor concentración de palacios e iglesias que se pueda imaginar de este periodo histórico. En 2023 se cumplen veinte años desde que la UNESCO las reconociera con el título de ciudades Patrimonio de la Humanidad. En este post, verás los sitios ineludibles que visitar en Úbeda, la vieja Ubaddat al Arab, la ciudad fundada por el gran Abderramán II. Úbeda también sufrió y vivió los avatares de la Reconquista, de la repoblación y el señorío feudal y de las luchas entre bandos nobiliarios por hacerse con una tajada del pastel arrebatado a los musulmanes. La llegada del siglo XVI y el ascenso de varios ubetense a puestos importantes en las cortes de Carlos V y Felipe II, sumado a bonanza del comercio, hicieron repuntar a la ciudad lanzándola a su siglo dorado. Otro de los grandes protagonistas en esta transformación de la ciudad fue don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce, obispo de Jaén entre 1500 y 1520, conocido como el obispo constructor. Gracias a aquella centuria, Úbeda está hoy salpimentada de palacios, casonas y monumentos, hasta el punto de que el catálogo oficial de edificios de interés artístico suma 500.
Publicado por Paco Nadal el 07 de septiembre de 2023.
El entorno urbano de la plaza de Vázquez de Molina, conocida desde siempre como plaza de Santa María, es el resultado de un eje monumental programado conscientemente en el siglo XVI para mostrar el poderío de sus gobernantes, cuando Úbeda tenía casi tantos habitantes como tiene hoy (algo más de 34.000), quince conventos, más de diez hospitales y una agitada vida social en palacios y casonas de la nobleza y la burguesía. La plaza está ligada también a dos grandes nombres del Renacimiento español, los arquitectos Diego de Siloé y, sobre todo, Andrés de Vandelvira, que, hasta su muerte en 1575, estuvo involucrado en casi todos los hitos renacentistas de Úbeda y Baeza. Su planta trapezoidal, la amplitud de espacios y la disposición casi geométrica de las grandes construcciones nos habla del gusto de la época por estos espacios públicos abiertos y grandiosos, hechos para impactar. Si empezamos por el extremo oriental, verás la Sacra Capilla del Salvador, joya del Renacimiento español, proyectada por Diego de Siloé para el secretario de Estado de Carlos V, el ubetense Francisco de los Cobos, quién la ideó y costeó como panteón familiar. La capilla es una de las más puras construcciones de esta época, ya que las demás iglesias presentan superposiciones de estilos. Siloé, al diseñarla, y Vandelvira, al llevar a cabo la ejecución de obra, la concibieron con una planta interior de nave única centrada en la capilla mayor. La portada, por deseo expreso de Francisco de los Cobos, se parece a la puerta del Perdón de la catedral de Granada, con forma de arco triunfal profusamente decorado. Por dentro, su monumentalidad y riqueza abruman. Llama la atención en especial el altar Mayor, la gran bóveda de la cabecera y la sacristía.
Dónde: Sacra Capilla del Salvador.
Horario: de mayo a septiembre, de lunes a jueves, de 9:30 a 14:00 y de 16:30 a19:30 horas. Viernes y sábado, de 9:30 a 15:00 y de 16:30 a 19:30 horas. Domingo, de 11:30 a 15:00 y de 16:30 a 19:30 horas. de octubre a abril, de lunes a jueves, de 9.30 a 14:30 y de 16:00 a 18:00 horas. Viernes y sábado, de 9:30 a 15:00 y de 16:00 a 18:00 horas. Domingo, de 11:30 a 15:00 y de 16:00 a 19:00 horas.
Entrada: general, 5 €. Reducida (mayores de 65 años): 4,50 €, Superreducida (menores de 8 a15 años), 2,50 € Escolares acreditados, 2 €. Residentes, 1 €.
De vuelta a la plaza de Vázquez Molina, vemos a la izquierda de la capilla del Salvador el palacio del deán Ortega, hoy Parador de Turismo, mandado construir por Hernando Ortega, deán de la capilla del Salvador y hombre de confianza de la familia Cobos. Es uno de los claros ejemplos de palacio renacentista de la ciudad, en los que a diferencia de los de estilo plateresco, se da mucha importancia al claustro central con doble arcada sobre el que se estructura toda la obra, en la que hay un predominio de la horizontalidad, la simetría y la armonía de la influencia italiana. A continuación, y cerrando este lateral de la plaza por el oeste, está el Palacio de las Cadenas o de Juan Vázquez de Molina, también secretario de Estado, pero con Felipe II, que ordenó levantar este soberbio edificio de tres plantas y fachada dividida en siete calles verticales, al que el pueblo cambió de nombre por la cadena de forja que recorría todo su frente, ya desaparecida. Al morir sin descendencia, lo legó a las monjas dominicas, que lo habitaron hasta 1868. Ahora alberga el Ayuntamiento y el Archivo Histórico Municipal. En ambos casos, podrás visitar sus patios renacentistas.
Frente al palacio de las Cadenas hallamos otro hito de la arquitectura religiosa ubetense, la basílica de Santa María de los Reales Alcázares, una excelente superposición de estilos que ha sido la iglesia mayor de la ciudad prácticamente desde la Reconquista (ver despiece). El último gran conjunto que queda en la plaza es el formado por el antiguo pósito de grano, muy transformado en el tiempo, anexo al cual se construyó el palacio del Marqués de Mancera, virrey de la Nueva España que, a diferencia de los otros, añade un gran torreón cuadrado rematado por una arquería. Esta basílica, principal templo de Úbeda, se levanta sobre un solar que fue sacro mucho antes, ya que bajo ella están los cimientos de la aljama musulmana y el claustro actual ocupa lo que fue patio de la mezquita. Las bóvedas y los pilares de la nave central, así como una de las pilas bautismales corresponde a la primera fase constructiva, el gótico-mudéjar del siglo XV, la misma época en que se forjó una de las joyas artísticas del templo, la reja de la capilla de La Yedra. Un gótico más refinado aparece en el claustro, así como en algunas otras de las capillas laterales. Las fachadas renacentistas que dan a la plaza fueron añadidas entre 1604 y 1612 para adecuar la importancia del primer templo ubetense a la pompa que había adquirido el entorno urbano tras inauguración de los palacios y la capilla del Salvador.
Dónde: Santa María de los Reales Alcázares.
Horario: del 2 de mayo al 8 de septiembre, de martes a sábado, de 10:30 a 13:15 y de 17:30 a 20:45 horas. Domingos, de 10: 45 a 13:00 horas. Lunes, cerrado. Del 9 de septiembre al 1 de mayo, de martes a sábado, de 10:30 a 13:15 y de 16:30 a 18:45 horas. Domingos, de 10:45 a 13:00 horas. Lunes, cerrado. Domingos: de 10.45 a 13.00 horas. El horario de visita, advierten, puede sufrir variaciones por los horarios de culto religioso.
Entrada: general, 4 € (incluye audioguía). Mayores de 65 años, 2,50 €. Menores y personas con diversidad funcional, 1,50 €. Entrada grupos (mínimo 20 personas), 2,50 € por persona.
Es hora de cambiar de espacio urbano. Por el lateral izquierdo del palacio de las Cadenas salimos a la plaza del Ayuntamiento que, en realidad, era el patio trasero privado de este palacio. A ella se asoma el palacio de Vela de los Cobos, regidor de la ciudad a mediados del siglo XVI y hombre de Cámara de Felipe II, con una fachada de tres cuerpos, grandes ventanales adintelados y un último cuerpo con galería de arcos. Es obra también de Andrés de Vandelvira. Se encuentra en muy buen estado de conservación, también su interior; las estancias rícamente decoradas, la colección de arte, la biblioteca... constituyen un modelo de residencia ya en desuso. Si lo deseas, puedes reservar con comodidad tu visita guiada al palacio de Vela de los Cobos.
Dónde: palacio de Vela de los Cobos.
Horario: para visitarlo se recomienda reservar previamente. Habitualmente se puede visitar de martes a sábado a las 13:00 y a las 19:00 horas. Domingos, a las 13:00 horas. Los domingos por la tarde y los lunes, permanece cerrado. Si quieres ponerte en contacto, puedes hacerlo a través de info@veladeloscobos.com o llamando al 651 32 14 60.
Entrada: 4,5 €. Reducida, 3,5 €. Menores de 8 años, gratis.
Dobla a la derecha por la calle María de Molina para salir a la plaza Primero de mayo, antigua plaza del Mercado, otro de los espacios emblemáticos de la ciudad, este mucho menos monumental, pero más vivido y sentido, centro de la vida cotidiana de Úbeda durante siglos en el que se celebraban mercados, fiestas, procesiones, bandos y ejecuciones. Se trata de un gran recinto cuadrangular, rodeado por viviendas tradicionales de tres alturas y vanos en arco de medio punto, resultado del urbanismo del siglo XIX. Es agradable sentarse en los bancos del jardín y dejar discurrir el día a día de la ciudad. La plaza bascula entre la figura imponente de la iglesia de San Pablo, a un lado, y el antiguo Ayuntamiento a otro. La iglesia de San Pablo es uno de los templos más antiguos de la ciudad. Pudo iniciarse en el siglo XIII y sirvió como panteón funerario de familias nobles. Su portada principal, de 1511, es una transición del gótico al Renacimiento, mientras que el interior lo forman tres naves del gótico tardío, de las que destaca la reja. En la iglesia se celebraban las reuniones del concejo hasta que se construyó, al otro lado de la plaza, el edificio de las Casas Consistoriales, sede del Ayuntamiento desde su inauguración en 1680 hasta 1873 y, actualmente, conservatorio profesional de música María de Molina. La fachada consta de dos cuerpos, con unos soportales porticados en la planta baja y una galería de seis arcos en la alta. En el centro de la plaza hay una estatua de San Juan de la Cruz. Dato para 'sabineros': en el número 20 de esta plaza nació el cantante Joaquín Sabina y su imagen, en azulejo, así lo recuerda.
Dónde: plaza Primero de mayo.
Por la calle Las Parras (en la esquina de la Sinagoga del Agua), podrás coger enseguida la calle Real, donde encontrarás un buen número de bares de tapas. Uno de los más populares, el que rinde homenaje a Joaquín Sabina con el nombre de una de sus canciones más emblemáticas, la taberna Calle Melancolía, repleta de imágenes y letras del ubetense. El recorrido te llevará hasta la plaza de Andalucía y allí podrás ver la Torre del Reloj y la placa que hace alude a las visitas a la ciudad de Carlos V. A la derecha de la plaza, la iglesia de la Trinidad.
Dónde: plaza de Andalucía.
Salpicados por el entramado del casco histórico, cuyo perímetro no varió prácticamente desde el siglo XVI hasta 1950, cuando se inicia la gran expansión urbana de Úbeda, se pueden ver otros muchos palacios, iglesias y casas nobles que completan el vasto catálogo del patrimonio ubetense. Como el palacio de Francisco de los Cobos, en la calle del mismo nombre, a un costado de la capilla del Salvador que él mismo financió; la casa de los Gigantes (calle Horno de Contador); el convento de San Miguel (calle Juan de la Cruz), el soberbio palacio del Conde de Guadiana (calle Real), el convento de la santísima Trinidad y el palacio de los Bussianos (ambos en la calle de la Trinidad), el hospital de Santiago (Carrera Obispo Cobos) y otros muchos que hicieron a Úbeda, junto con Baeza, merecedoras de la distinción Patrimonio de la Humanidad en 2003.
He señalado en este mapa de mi ruta por Úbeda todos los puntos que menciono en el post. La ciudad merece que te detengas. Seguro que, a lo largo de sus murallas, descubres nuevos paisajes y rincones.