¿Pensando en hacer turismo en Oviedo? La capital de Asturias —como la Vetusta de La Regenta— es una ciudad apacible y tranquila, donde el tiempo parece discurrir de otra manera. Fue pionera en la peatonalización de todo su casco histórico, gracias a lo cual plazas, palacios, iglesias, sidrerías, balcones y mercados lucen ahora con mayor brillantez en una ciudad pensada para el caminante. Oviedo es romana, visigoda, medieval y gótica y está cuajada de Historia y de historias, la mayoría de las cuales giran en torno a la catedral del Salvador y a su famosa Cámara Santa. Te cuento qué ver y qué hacer en Oviedo.
Actualizado por Paco Nadal el 27 de marzo de 2023.
Sean cuales sean tus intenciones y el tiempo que vayas a pasar en Oviedo, empieza tu ruta en el corazón del casco histórico: la plaza de Alfonso II el Casto. Está rodeada de edificios históricos de varias épocas que forman un conjunto soberbio. A ella da, por supuesto, la catedral (te la explico en la foto siguiente). Enfrente queda el palacio de La Rúa, el edifico civil más antiguo de Oviedo, una construcción tardogótica con añadidos barrocos que fue mandada levantar por Alonso González de la Rúa, contador de los Reyes Católicos, en el siglo XV. A continuación, en la misma línea de fachada, puedes ver la casa de los Llanes, de 1740. En esta esquina de la plaza está la famosa estatua de La Regenta, un homenaje a la inmortal obra de Leopoldo Alas Clarín que, como sabes, transcurre en estas calles de Oviedo (su Vetusta). En el lado norte, es decir, a la izquierda si miras la fachada catedralicia, se alza el enorme palacio de Valdecarzana, casa solar de los marqueses homónimos desde 1627, el último gran palacio barroco que se levantó en Oviedo. El lateral sur de la plaza lo componen varias fachadas más actuales y de vivos colores, la iglesia de San Tirso y la capilla de Balesquida. ¡La plaza más monumental y bonita de Asturias! Y precisamente desde aquí parten dos recorridos para adentrarte en la ciudad de la mano de un guía profesional: un free tour por Oviedo y una visita guiada.
Dónde: Plaza de Alfonso II el Casto.
La catedral de San Salvador es el principal monumento de Oviedo y la obra cumbre del gótico asturiano. Su construcción se prolongó durante tres siglos, aunque hubo partes, como la girola, que tuvieron que esperar otros 200 años. Por eso es un muestrario de estilos arquitectónicos. En el solar que hoy ocupa el templo se levantaban hace siglos el palacio del rey astur Alfonso II el Casto, una basílica prerrománica mandada construir por él mismo y la capilla palatina, conocida como Cámara Santa. A finales del siglo XIV se empezó a construir la nueva cabecera gótica, derribando los viejos edificios románicos, con una altivas naves coronadas por bóvedas de nervaduras. Canteros flamencos añadieron el transepto. La primera piedra de la elegante y solitaria torre, símbolo de la catedral y de Oviedo, se colocó en 1508, pero no se terminó hasta casi 100 años después. En principio estaban previstos dos campanarios, pero faltó financiación. La nave central está rodeada de capillas donde se da rienda suelta al gótico y el barroco más exuberantes. El claustro gótico y la sala capitular completan el catálogo de maravillas de esta soberbia catedral. Si lo deseas, también puedes contratar una visita guiada por la catedral de Oviedo.
Dónde: Catedral de San Salvador. Plaza de Alfonso II el Casto.
Horario: es importante que sepas que los domingos no se permiten visitas turísticas. Por lo demás, el horario varía mucho según la época del año, por lo que te recomiendo que consultes el enlace de su página oficial.
Entradas: la visita general al conjunto catedralicio cuesta 7 €, pero hay entradas reducidas para mayores de 65 años, estudiantes y peregrinos. La visita a la torre no está incluida en la entrada general. Tiene un precio único de 8 €. Más información.
Contigua a la plaza de la catedral y también peatonal, como casi todo el casco antiguo, aparece esta pequeña placita con el centro ajardinado y con la estatua de “El regreso de Williams B. Arrensberg”, el mejor homenaje a los viajeros de Eduardo Úrculo, en una esquina. A ella se asoman otras tres importantes edificaciones. La fachada este la ocupa el palacio de Camposagrado, construido a mediados del siglo XVIII; fue sede de la Audiencia y aún hoy alberga el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. A su derecha, en la esquina de la fachada sur, el palacio de Toreno, edificio del siglo XVII, con frontón y columnas dóricas en su fachada y en el que nació en 1786 el político liberal José María Queipo de Llano, que fue ministro de Hacienda y presidente del Consejo de Ministros. La esquina con la calle Mendizábal la ocupa el Teatro de la Filarmónica, el segundo recinto teatral del capital, tras el Campoamor. La plaza la completan otros bellos edificios modernistas, como la sede del BBVA, antiguo Banco Asturiano, y varios bares con terraza donde disfrutar del aperitivo en días soleados.
Dónde: plaza Porlier.
Vuelve de nuevo a la plaza de la catedral y por delante de la fachada del palacio de la Rúa, toma el eje urbano más famoso y concurrido del casco histórico, el que forman la calle de la Rúa y la calle Cimadevilla. Irás desde la sede del poder religioso (la catedral) a la sede del poder civil, el Ayuntamiento. Cimadevilla era la calle donde ir a pasear, donde ver y ser vistos, donde estaban los mejores comercios, los bancos y las sedes administrativas de la ciudad antigua. Clarín refleja muy bien en La Regenta el ambiente provinciano de estas calles, que en la novela aparecen como el barrio de la Encimada. Merece la pena levantar la vista para apreciar sus muchas fachadas restauradas, de antiguos comercios, de arquitectura urbana tradicional de Asturias o del modernismo, como el edificio de la Banca Massaveu. Sus bajos comerciales están llenos de sidrerías y bares de tapeo, siempre con muy buen ambiente. ¡No te pierdas una sidrina en cualquiera de ellas! Por una pequeña calle lateral se baja a la plaza de Trascorrales, llamada así porque a ella daban los corrales de las casas del entorno. El edificio ovalado que ocupa el pequeño espacio de la plaza fue el mercado de Pescado (de 1886) y hoy, un centro cultural. A Trascorrales se viene también por sus buenos chigres (sidrerías).
Dónde: calle Cimadevilla / plaza de Trascorrales.
La calle Cimadevilla acaba en un arco coincidente con una antigua puerta de la muralla y que da paso a este gran espacio cuadrangular, plaza mayor de la ciudad desde el siglo XVI, donde se celebraban mercados, romerías y ejecuciones. Es otro de los espacios más agradables y transitados de la parte vieja y lugar de paso de muchas rutas urbanas. A un costado está el edificio del Ayuntamiento, de los siglos XVII y XVIII. A su lado, la iglesia de San Isidoro el Real, una fundación jesuítica que pasó a parroquial tras la expulsión de la orden. En la restauración de la fachada aparecieron algunas pintadas o grafitis de siglos pasados que se han dejado a la vista. También estaba proyectada con dos torres, pero como en el caso de la catedral, se acabó la plata antes que las ganas.
Dónde: plaza de la Constitución.
La plaza de la Constitución desciende suavemente hacia un conjunto de placitas y calles peatonales llenas siempre de ambiente y terrazas, sobre todo al caer la tarde. Es el Oviedo más íntimo y sentido. La plaza del Sol, la calle Oscura, la calle Mon o la calle del Carpio son las calles del comercio tradicional diurno y de la marcha joven nocturna. Desde la calle Mon se tiene una estupenda perspectiva de la catedral y su torre. La pequeña calle Máximo y Fromestano conecta Mon con la plaza del Paraguas; una vez en ella no es necesario explicar el porqué del nombre. Bajo esta estructura metálica se refugiaban las vendedoras de leche. La continuación de Mon es la calle Santa Ana, a la que da la entrada del Museo de Bellas Artes de Asturias, la pinacoteca más importante del Principado, donde se exhiben obras de maestros desde el siglo XIV hasta nuestros días, como El Greco, Goya o Picasso. El museo lo forman cuatro edificios del centro histórico: el palacio de Velarde, la Casa de Oviedo-Portal, la ampliación construida en el XXI y, el cuarto, destinado a oficinas, de mediados del siglo XX.
Si desde la plaza de la Constitución seguimos por la fachada de San Isidoro, la calle Ferrero, nos introduciremos en otro de los espacios mágicos de este Oviedo pensado para el peatón. El mercado El Fontán es la gran plaza de abastos ovetense desde 1885, cuando el arquitecto Javier Aguirre concluyó este edificio de hierro fundido y grandes cristaleras, muy del gusto afrancesado que imperaba en las capitales españolas en aquellos últimos años del XIX. El mercado no está aquí porque sí: El Fontán fue la zona de mercadeo extramuros tradicional del Oviedo medieval. Es uno de los espacios emblemáticos y quizá el mejor lugar de la ciudad para ir a un chigre a beber unas sidrinas y probar unos quesos y unos embutidos asturianos en una noche de verano. Su aspecto es tan saludable y lleno de tipismo que el viajero que no lo sepa pensará que es la original restaurada. En 1996 el Ayuntamiento decidió su demolición por el estado de ruina que presentaba. Tres años después se inauguraba esta réplica, pese a todas las polémicas, se ha convertido en una referencia de la ciudad.
Dónde: Mercado El Fontán.
Como si fueran un embudo, las principales calles del casco antiguo que avanzan en dirección oeste (Fruela, San Francisco, Arguelles) confluyen en esta plaza, nudo gordiano que enlaza el casco antiguo con el Oviedo más moderno. Es el verdadero centro geográfico de Oviedo y distribuidor del tráfico rodado y del peatonal. La decoran la escultura Maternidad del colombiano Botero, y varias fachadas representativas, como la del edificio del Termómetro, una obra del racionalismo con fachada curva, y sobre todo, la del teatro Campoamor.
Dónde: plaza de la Escandalera.
Es el gran jardín urbano y el pulmón de la ciudad. Situado, además, a diferencia de otros grandes parques de ciudad, en pleno centro. Era la huerta de un antiguo convento de franciscanos que con la Desamortización de Mendizábal pasó a manos del Ayuntamiento. Lo recorren dos avenidas y dos paseos transversales a aquellas, al más puro estilo decimonónico. En una esquina crecía el Carbayón, un viejo roble de 600 años de antigüedad, que fue derribado en 1879 para la ampliación de la calle Uría; una placa en este vial recuerda el hecho. De él proviene el apodo de carbayones para los ovetenses. La espesa foresta del Campo, así a secas, como lo llaman los parroquianos, cuenta con 127 especies de árboles y la famosa escultura de Mafalda instalda ahí en 2014 para conmemorar el galardón Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades que recibió el escritor y caricaturista argentino Joaquín Salvador Lavado Tejón más conocido como Quino y que es idéntica a la original instalada en el barrio porteño de San Telmo en el Paseo de la Historieta en Buenos Aires.
Dónde: Campo de San Francisco.
Es la principal artería de la ciudad postmedieval y el eje en torno al cual se creó el Ensanche, la parte moderna y comercial de la ciudad. Se abrió en 1874 para unir la parte vieja con la nueva estación de ferrocarril y posibilitar el crecimiento urbano de la ciudad. Es la calle de las tiendas, los centros comerciales y las cafeterías. Por detrás de ella, las calles Pelayo, Milicias Nacionales (donde está la estatua de Woody Allen), Palacio Valdés, Nueve de Mayo, Melquíades Álvarez, Casal y Campoamor, forma una verdadera red peatonal de arterias comerciales llenas de vida y actividad a todas horas.
Dónde: calle Uría / Escultura de Woody Allen en la calle Milicias Nacionales.
La calle Jovellanos cierra por el norte el casco antiguo y es también una buena zona de comercio, bares y vida nocturna. Merece la pena deambular por ella aunque solo sea para visitar la centenaria confitería Camilo de Blas, la más famosa de la ciudad, fundada en 1914, aunque el bisabuelo ya había abierto la primera en León en 1827. La regenta la quintta generación de la familia De Blas, que ha tenido el buen gusto de conservar el despacho tal cual estaba, con su mostrador de mármol, sus anaqueles blancos, sus antiguas balanzas y lámparas. Fueron ellos los que crearon en 1920 un pastel de yema y crema al que llamaron carbayón, el dulce típico de Oviedo. Woody Allen también estuvo rodando aquí con Scarlett Johansson.
Ningún lugar mejor para terminar esta ruta peatonal por el casco histórico de Oviedo que la calle Gascona, conocida como la calle de las sidrerías, donde la concentración de chigres y locales de cocina asturiana supera a la de cualquier otro lugar del mundo. Es la calle por antonomasia para ir a cenar productos de la tierra bien regados por unos culines. Nace al final de la calle Jovellanos, a la izquierda. Locales como La Manzana, La Noceda, El Ferroviario, Tierrastur Gascona, Tierrastur Parrilla o La Pumarada, son muy recomendables.
Dónde: calle Gascona.
Oviedo es una de las capitales que más espacio dedica al peatón. Toda la ruta descrita podrás hacerla a pie y por zonas históricas sin apenas tráfico. Te recomiendo empezar en la plaza de Alfonso II el Casto, donde está la catedral, y terminar en la calle Gascona, que es otro templo, pero del buen yantar.
En este vídeo te cuento mi experiencia sonora en Oviedo. Siempre que la visito, la capital asturiana se muestra sugerente, accesible, amable, encantadora. Hay mucho que descubrir en ella. Disfrútala y no dejes de visitar los sitios que ver cerca de Oviedo: el Naranco y La Zoreda guardan secretos históricos.