El parque natural de la Sierra Norte ocupa un 25 % de la superficie de la provincia de Sevilla. Una gran mancha verde de dehesas y bosque mediterráneo de alcornoques, encinas y quejigos convertido en el gran pulmón verde y recreativo de los sevillanos. Los pueblos de la sierra Norte de Sevilla, blancos y tremendamente andaluces, como Constantina, Cazalla de la Sierra o El Pedroso, llevan siglos viviendo de la interacción con estas dehesas y han hecho de ellas su forma de vida y su mejor arma paisajística. El parque tiene multitud de atractivos naturales y culturales, como las cascadas de la Ribera del Huéznar, la Vía Verde -una de las mejores rutas de senderismo de la sierra Norte-, castillos y barrios de aires arabescos que nos recuerdan el pasado o la Cartuja de Cazalla, ejemplo de recuperación de un patrimonio perdido. Si te va la bici, en este otro post encontrarás cuatro rutas en bicicleta de montaña por la sierra Norte de Sevilla.
Publicado por Paco Nadal el 31 de enero de 2021.
Situado en el centro geográfico del parque, Cazalla de la Sierra es la localidad más turística y famosa de este extremo septentrional de la provincia sevillana. A esta fama contribuye su entorno natural, su bellísimo casco histórico y su antigua pujanza económica, en especial la de las destilerías de anisados y licores, que aunque muy venidas a menos siguen siendo emblema del municipio. Fue precisamente el impulso económico de estas bodegas y destilerías el que provocó que a lo largo de los siglos XVI a XVIII se levantaran las grandes mansiones, palacetes e iglesias que engalana el casco antiguo. Un paseo por la historia encalada de Cazalla lleva necesariamente al eje que forman la plaza Mayor y la plaza del Concejo, unidas en un ir y venir continuo de gente por las calles Real y El Peso. En la primera de esas plazas se levanta la iglesia de la Consolación, un gran templo de nave basilical con una torre-portada de estilo mudéjar. Cierran el conjunto de la plaza Mayor varias casonas del XVI al XIX y las antiguas Casas Consistoriales, reconvertidas ahora en juzgados y en hogar del pensionista. La segunda de las plazas, la del Concejo, queda dominada por la silueta también blanca del antiguo convento de San Agustín, actual Ayuntamiento de la villa. Desde la plaza del Concejo podemos tomar la calle Cervantes y salir a la de La Plazuela, otro agradable paseo por la zona comercial de Cazalla, donde está el bar Los Mellis, todo un templo de la tapa sevillana, y un poco más adelante otros dos antiguos recintos eclesiásticos reconvertidos, el convento de San Francisco, un conjunto de iglesia y recinto monacal del siglo XVI, en cuyo claustro está instalado ahora el mercado municipal, y el antiguo Hospital de la Caridad, hoy casa de la Cultura. De retorno a la plaza del Concejo, tomaremos la calle de la Parra para bajar hacia el antiguo barrio de la Morería, donde vuelve a surgir el urbanismo altomedieval, con callejuelas más laberínticas y viviendas de humilde arquitectura serrana. Si quieres visitar una destilería del famoso anís de Cazalla, Bodegas El Clavel es la ultima que queda en activo.
A dos kilómetros y medio de la salida de Cazalla por la carretera de Constantina encontraremos el monumento más famoso del municipio, la Cartuja de Cazalla, una de las cuatro monasterio cartujos con que contó la provincia de Sevilla. El gran complejo monacal quedó prácticamente derruido tras la Desamortización de Mendizábal en 1836 hasta que en 1977 una iniciativa particular lo recuperó para dar vida a esta fantástica mezcla de hospedería y centro de arte en que se ha convertido hoy. La restauración del monasterio fue merecedora del premio Europa Nostra en 1987. Uno de sus aciertos fue no buscar la rehabilitación exacta de las instalaciones en busca de pasados esplendores, sino utilizar los que quedó con un fuerte sentido minimalista readaptándolo para su función museística y sobre todo para lograr los fines que movieron a la propietaria a luchar durante 25 años por reconstruirlo con fondos privados: que vuelva a ser un el mismo lugar de meditación, sosiego y paz con que los cartujos lo fundaron en el siglo XV. Funciona como alojamiento rural, con 12 habitaciones instaladas entre el claustro y la hospedería, más una pequeña casa ajardinada para quienes quieran pernoctar en plena naturaleza pero dentro de un genuino trozo de historia sevillana. Visitas para no alojados, sábados, domingos y festivos, de 11 a 15; cuesta 4 euros., Más información, en su web.
Siguiendo por la misma carretera de Constantina donde está la Cartuja, a unos ocho kilómetros, llegarás a la estación de tren de Cazalla y a un desvío a la izquierda que lleva hacia San Nicolás del Puerto. Empieza aquí el tramo accesible de la Rivera del Hueznar, el espacio natural más afamado y visitado, sobre todo en verano, del parque natural de la Sierra Norte. El río Huéznar, que nace unos kilómetros más arriba, se enclaustra a lo largo de 14 kilómetros en un estupendo bosque de galería, una de las mejores representaciones de vegetación riparia de la provincia de Sevilla, prácticamente desaparecida de las orillas de los ríos por la presión demográfica e industrial. Las orillas del Huéznar, encajonadas en un estrecho cañón, forman un oasis de verdor y humedad gracias a la presencia constante de agua en movimiento que facilita el crecimiento de alisos, chopos, fresnos, olmos y un matorral denso de madreselvas, juncos, adelfas y lentiscos, entre otros. Esta espesura da cobijo a una de las últimas colonias de nutrias de Andalucía. Varias áreas recreativas y un par de camping permiten el acceso a la zona de bosque y a las pozas de agua fresca. La manera más natural de descubrirlo es a pie o en bicicleta por la Vía Verde de la Sierra Norte, plataforma de un antiguo tren minero que circulaba en paralelo al río y que empieza justo al lado de la estación. Uno de los puntos más concurridos son las cascadas del Huéznar, cerca del área recreativa de Martinete, dos kilómetros antes de San Nicolás del Puerto.
El casco urbano tiene poco que ver, pero su mayor atractivo reside en el área recreativa del Nacimiento del Huéznar, donde el río brota del suelo rodeado de un pequeño bosque, muy cerca del pueblo. La localidad se sitúa en medio de un gran entorno natural y es un buen sitio desde el que plantear excursiones senderistas, como la ruta de las Dehesas (12,5 km), que nace junto al puente nuevo sobre el arroyo Galindón.
Pueblo blanco, tranquilo y agradable con muchas calles peatonales por las que discurre la vida sosegada de esta Sierra Norte, pese a que con más de 7.000 habitantes es el mayor núcleo urbano dentro del parque. Constantina, heredera de una ciudad romana llamada Constatina Julia, de la que también adquirió el topónimo, es la puerta de entrada al parque por el sur. Un paseo por el centro deja ver una buena cantidad de calles amplias y edificios que usan el ladrillo visto y la azulejería mudéjar como recurso decorativo en sus fachadas. Pertenecen a la ampliación urbana llevada a cabo a partir del siglo XIX, cuando la bonanza económica propiciada por la industria del aguardiente, el ganado y la madera llevó a muchos comerciantes y burgueses a levantar sus casas en esta nueva zona urbana, más despejada y cosmopolita que los barrios antiguos pegados a la ladera del castillo. A esa corriente del mudéjar sevillano pertenece buena parte de la iglesia de Nuestra señora de la Encarnación, el principal templo de Constatina, aunque la mayoría de lo que vemos responde a los patrones renacentistas del siglo XVI. De los paseos urbanos, el más subyugante es por el barrio de la Morería, en la zona alta, antiguo alfoz musulmán donde se ha conservado la arquitectura típica serrana de casitas bajas y encaladas con pulcritud. También se puede ver esta tipología constructiva en la ladera norte del castillo, en los barrios de Santa Constanza y Santiago. El castillo es origen almorávide y conserva aún el trazado poligonal de las murallas y tres de las siete torres con que contó, incluida la principal de ellas, la del Homenaje. A tres kilómetros queda la ermita de la Virgen del Robledo, sencilla ermita campera, muy pulcra y muy andaluza, con camarín típico del barroco sevillano, construida en mitad de bosque de encinas donde según la tradición se apareció la Virgen.
Es la población más septentrional del parque, limítrofe ya con Extremadura, y creció al albur de una minas de plata hoy agotadas. Como curiosidad cabe citar que la famosa batalla de Guadalcanal, una de las decisivas y más sangrientas entre los aliados y las tropas japonesas en el frente del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial tuvo como escenario esta isla del Pacífico descubierta en 1567 por un paisano del pueblo, Pedro Ortega Valencia, que le puso el nombre de su localidad natal. La zona con más encanto gira en torno a la plaza de España, a la que se asoman la iglesia de Santa María de la Asunción, templo gótico-mudéjar; el Ayuntamiento y la iglesia de San Vicente, del siglo XVIII. A un costado del Ayuntamiento está La Almona, un edificio mudéjar construido en 1307 catalogado como una de las obras civiles más antiguas de toda Sevilla
Un tranquilo y encantador conjunto urbano, con muchas fachadas tradicionales de blanco y albero y dos placitas muy agradables en torno a la iglesia parroquial de Santa María de Gracia (de finales del siglo XVI y con un excelente retablo mayor) y a la torre del Reloj, una obra civil de estilo neomudéjar construida en 1905 que destaca tanto por su altura como por su color rojo en un mar de paredes blancas. Almadén es un pueblo de orígenes remotos que durante mucho tiempo vivió de la actividad minera. De hecho, el topónimo proviene del árabe Al-Madin (La Mina), como se conocía a la localidad en época musulmana, cuando contaba ya con fortificación y un pequeño castillo. El apellido de la Plata se le añadió tras la Reconquista para diferenciarla de otras localidades con el mismo nombre. El moderno Ayuntamiento aprovecha los restos que quedaron del castillo árabe. Te llamará la atención la cantidad de alojamientos y restaurantes que tiene un poueblo tan pequeño; la razón es que Alamdén es un final de etapa clásico de la Vía de la Plata, la ruta jacobea que va de Sevilla a Santiago por Astorga.
La comarca de la sierra Norte engloba un total de 18 municipios y otras muchas localidades de interés. Alanís, por ejemplo, situado también en el límite norte del parque, es un pequeño y tranquilo pueblo en el que destaca la silueta de su castillo y en especial de su torre hexagonal, construida en el siglo XIV y ahora rodada de olivares, la riqueza del municipio. Desde 2003 se celebran unas Jornadas Medievales convertidas en referencia turística de la zona y que incluyen justas y torneos en la plaza de Armas del castillo; la fuente de Santa María es un caño muy popular en Alanís que data de tiempos de Carlos I. Por su parte, El Pedroso, cuenta con un entramado urbano que delata también su pasado hispanomusulmán. Nació en torno a unas minas muy ricas, tanto que llegó a haber una fundición de altos hornos en el pueblo hasta el siglo XIX. Sus dos principales monumentos son la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, con una capilla gótica del siglo XV y un retablo del famoso escultor Martínez Montañés, y la ermita de la Virgen del Espino, de estilo mudéjar y un crucero en piedra conocido como la Cruz del Humilladero.
Se relacionan las principales localidades de las que se habla en el artículo. Cazalla de la Sierra es la capital de la comarca y la localidad con más servicios para el viajero.