El Camino de Santiago Inglés fue el utilizado por peregrinos del norte de Europa, pero muy en especial de Inglaterra para viajar a Compostela. Llegaban en barco a las costas coruñesas y desde allí seguían a pie hasta la tumba del Apóstol. Es una de las grandes rutas jacobeas y la cuarta más transitada. Un Camino de Santiago muy especial, mucho menos masificado que otros famosos, que ya parecen más una romería. En el Camino Inglés encontrarás todavía esa carga de soledad y misticismo perdidas en el Camino Francés. Aunque a algunas etapas les sobra asfalto, atravesarás localidades cargadas de historia y algunos de los bosques más bellos de la provincia de A Coruña. Tiene dos ramales: uno con salida en Ferrol (112 km) y otro desde A Coruña (76 km). Ambos se unen en As Travesas. Te cuento aquí las etapas del Camino Inglés saliendo desde Ferrol, una aventura que se puede completar en seis días.
Actualizado por Paco Nadal el 14 de junio de 2023.
La ruta a Compostela desde los puertos de A Coruña y Ferrol data de los primeros tiempos de la peregrinación. Para los fieles británicos y de otras naciones del norte de Europa era más rápido y, en cierto modo, más seguro el viaje por mar que por tierra (aún con todas las inseguridades que implicaba meterse en una rudimentaria nave mercante en aquellos remotos tiempos, a merced de tempestades e infecciones a bordo). La ruta está jalonada de templos y ermitas dedicadas a Santiago el Mayor y de referencias a antiguos hospitales, e incluso también a San Jorge, evidencias de ese 'camino de los ingleses' que fue especialmente transitado entre los siglos XII y XV. Se tiene constancia escrita de la peregrinación a través de la costa coruñesa, entre otros, del rey noruego Sirgud Jorsalafar en 1108 y de una expedición de cruzados nórdicos en 1217, que pasaron a orar por Compostela antes de seguir viaje a Tierra Santa. La decisión del rey inglés Enrique VIII de romper con la Iglesia de Roma y dar paso a la Reforma anglicana en el siglo XVI cortó de raíz la afluencia de peregrinos británicos por esta ruta, que empezó así a caer en el olvido.
El inicio del Camino Inglés desde Ferrol lo encontrarás en el muelle de Curuxeiras, antiguo puerto pesquero del Ferrol Vello. Desde allí se atraviesa todo el casco antiguo de Ferrol, con sus calles rectilíneas y sus edificios modernistas, para salir por el municipio de Narón hacia al monasterio de San Martiño de Xubia, un lugar histórico y muy bello a orilla de la ría de Ferrol, que los antiguos peregrinos cruzaban por este punto mediante una barca. En estos primeros kilómetros por los municipios de Neda y Fene se alternan tramos en los que se ve la ría y el mar con otros de asfalto y travesías urbanas. El mar vuelve a hacerse muy presente en Cabanas, donde se camina en paralelo a una preciosa y enorme playa rodeada de un pinar; un sitio delicioso para hacer un alto y comer algo. Queda ya muy cerca Pontedeume, al que se accede por un largo puente de origen romano sobre el río Eume. Pontedeume es una de las villas históricas y más encantadoras del Camino inglés en su variante desde Ferrol. Esta primera etapa es sencilla y muy llana, sin apenas desniveles. No obstante, puede resultar muy larga para quienes no estén acostumbrados a estos kilometrajes o quienes no quieran empezar el primer día con un atracón, por lo que se puede partir en dos aprovechando que hay un albergue de peregrinos de la Xunta de Galicia en Neda, a 15,4 kilómetros de Ferrol. Al día siguiente quedarían 12,9 hasta Pontedeume.
Servicios: alberge de la Xunta en Neda, calle O Empedrón, s/n. 28 plazas, abierto todo el año, de 13:00 a 22:00 horas. Cuesta 8 €, solo en efectivo. En Pontedeume, alberge municipal de peregrinos, en el puerto deportivo; 20 plazas, abierto todo el año, de 13:00 a 22:00, cuesta 6 €. Para comer: la ruta pasa por numerosos núcleos urbanos en los que encontrarás muchos restaurantes y tiendas de comestibles.
A la salida de Pontedeume, una fuerte cuesta nos lleva desde el nivel del mar a un alto a 150 metros de cota. Un anticipo de lo que nos espera en esta etapa: un sube y baja sin grandes altitudes, pero con continuos desniveles; Galicia en estado puro. A 9,2 kilómetros se llega de nuevo al mar en Miño, donde existe otro albergue público. Algunos peregrinos de los que optan por hacer el primer final de etapa en Neda sitúan aquí el final de la segunda, en vez de en Pontedeume, para estirarla un poco más. En cualquier caso, la decisión es personal. Lo bueno es que hay albergues suficientes para adaptar las etapas en función de las necesidades de cada uno. Se pasa por Ponte do Porco, otro vado histórico, en este caso ya en la ría de Betanzos, y se sube de nuevo atravesando el concello de Paderne, donde por cierto se pasa por uno de los puentes medievales rodeados de bosques autóctono atlántico más bellos del Camino Inglés. Unos 10 kilómetros después de Miño aparece Betanzos, una de las siete capitales históricas de Galicia. Uno de los finales de etapa más deliciosos del Camino Inglés por la monumentalidad de la villa. Visita su casco histórico y dejes de probar su famosa tortilla de patatas.
Servicios: albergue de peregrinos de la Xunta en Miño, 22 plazas, abierto todo el año, de 13:00 a 22:00 horas. Cuesta 8 €. Albergue de peregrinos de la Xunta de Betanzos, rúa Pescadería, esquina con rúa Ferreiros; 32 plazas, abierto todo el año de 13:00 a 22:00, cuesta 8 €. Para comer: restaurantes y tienda de comestibles en Miño, Ponte do Porco y Betanzos.
Una vez más, la salida de una ría nos lleva a un fuerte repecho. De Betanzos se sale en ascenso hasta la cota de 180 metros. La etapa es muy exigente y con continuos desniveles. Además, apenas hay servicios intermedios y las aldeas por las que pasa no tienen ni bar ni tienda. Los primeros 10 kilómetros, hasta Presedo, en el concello de Abegondo, donde hay otro albergue, son un sube y baja sin fin. Después, tras Leiro, empieza la subida más fuerte de todo el Camino de Santiago Inglés: unos 8 kilómetros en ascenso moderado, pero constante, hasta alcanzar una meseta en la cota 460 donde está As Travesas y la unión con el ramal que viene de Coruña. No es una ascensión demoledora, pero es sin duda el tramo más exigente de toda la ruta. En As Travesas, poco antes de Hospital de Bruma, se unen los dos caminos, el que viene de Coruña y el que empezamos en Ferrol. A partir de Bruma, los dos caminos serán uno solo.
Servicios: albergue municipal de peregrinos de Presedo (Abegondo), 16 plazas, hay que contactar antes con la hospitalera (608 616 533), cuesta 6 €. En Presedo encontrarás el mesón Museo Xente no Camiño que es un sitio de comidas sencillo con producto local (981 67 31 20) y dos restaurantes cercanos: Casa Julia (981 630 242) y Mesón San Marcos (661 089 849), que puedes pasar a recoger si les avisas o traen la cena al albergue. Albergue de peregrinos de la Xunta de Hospital de Bruma, 22 plazas, abierto todo el año de 13:00 a 22:00, cuesta 8 €. Al lado del albergue está Casa Graña, un restaurante histórico y con muy buena cocina donde se puede desayunar y cenar. ¡Ojo! No aceptan tarjetas. Mejor llevar efectivo. No hay tienda de comestible cercana.
Una vez dejado atrás el albergue de Bruma, empiezan los que para mi son los kilómetros más bellos de todo el Camino Inglés. Primero por unas carreteritas locales entre maizales y eucaliptos y luego, por corredoiras de techo abovedado por la fronda de los carballos (robles) hasta Poulo, otro lugar casi solitario, como toda esta Galicia rual, donde encontrarás otro albergue de la Xunta y una casa rural excelente donde se puede comer y también dormir, casa Antón Veiras. Tras Poulo siguen otros kilómetros de preciosas corredoiras, algunos puentes medievales y zonas muy rurales y perdidas. Esta es sin duda la etapa más bonita del Camino Inglés. A estas alturas la señalización es ya perfecta, con mojones de piedra y numeración kilométrica. La llegada a Sigüeiro es algo monótona, por una interminable recta en paralelo a la autovía, aunque la sensación mejora en el último kilómetro, donde volvemos a sumergirnos en una corredoira auténtica encajada entre el pueblo y un polígono industrial, recuperada por el concello. Sigüeiro tiene todo tipo de servicios.
Servicios: albergue de peregrinos de la Xunta en Poulo, en la antigua casa rectoral. 43 plazas, abierto todo el año de 13:00 a 22:00, cuesta 8€. Al lado está la casa rural Antón Veiras, un sitio lleno de encanto y con muy buena cocina. Tiene 6 dormitorios (alguno, cuádruple) y servicio de desayunos y cenas. No hay tienda de comestibles en los alrededores. En Sigüeiro no hay albergue público, pero si varios privados. Entre ellos y muy recomendables: Albergue Camiño Real, 22 plazas en habitaciones compartidas más una vivienda de uso turístico de 6 plazas. Y Sigüeiro Hostel, que funciona como un pequeño hostal, con 18 plazas en habitaciones dobles o de uso individual. También, Albergue Mirás, nuevo, con 14 plazas, de los dueños del restaurante homónimo. Albergue Ultreia et Suseia (teléfono 638 177894), con12 plazas y Albergue Quinta Andaina, 18 plazas. En el pueblo hay bares, restaurantes y tienda de comestibles, además de todo tipo de servicios.
Sigüiero está muy cerca de una gran ciudad como Santiago. Y eso se nota. Empiezan a aparecer ya carreteras nacionales, polígonos y zonas urbanas. Aún así, queda espacio para que en esta corta etapa atraviese uno de los bosques más bellos de toda la ruta, el bosque de Sionlla, unos 8 kilómetros antes de entrar a Santiago. Un cartel clavado en un tronco lo confirma: El bosque encantado. Y tras él, la entrada a la gran ciudad que, como todas, es urbana y prescindible. Hasta que por fin aparece —imponente— el final de toda ruta jacobea, el gran espacio escénico tallado en piedra hecho para impresionar a fieles de todo el mundo: la plaza del Obradoiro. El final de todas las rutas jacobeas.
Servicios: en Santiago encontrarás todo tipo de servicios para el caminante. Hay infinidad de albergues privados, hostales y pensiones además de dos albergues públicos de la Xunta. El del Monte do Gozo está a las afueras, a la entrada del Camino Francés, por lo que no te servirá de mucho. El de San Lázaro queda a 15 minutos a pie del centro (línea 6 de bus). Cuenta con 80 plazas y sí permite la salida y entrada después de las 22:00 horas.
El gran atractivo del Camino de Santiago Inglés, ya sea desde Ferrol o desde A Coruña, es que es una ruta jacobea aún sin explotar, con los servicios justos para facilitar el tránsito del peregrino, pero sin la masificación, el mercantilismo y la romería en que se han convertido ya otros caminos. Lo resumiría en que es el Camino Francés de hace 20 años, cuando aún podías caminar en soledad durante muchos killómetros, la hospitalidad de las gentes locales era sincera y no había una máquina de vending, un cartel de "se llevan mochilas" o un negocio en torno al caminante cada 100 metros. A cambio, la parquedad de servicios hace más compleja la ruta. Es cierto que ya existe al menos un albergue público en cada final de etapa, además de casas rurales y albergues privados a lo largo del camino. Pero por ejemplo, no hay tienda de comestibles al final de esas etapas, lo que obliga a cargar con la cena o a hacerla en algún restaurante. Y hay pocos sitios donde parar a tomar un café o un almuerzo a media mañana. También hay que reseñar que en algunas etapas hay demasiados tramos por asfalto. A cambio, los soliloquios, la comunión con la naturaleza y la contemplación están más que aseguradas. Que tampoco son malas compañeras de viaje.