El Camino de Santiago Portugués empieza en Lisboa, termina en Compostela y en su transitar por el Portugal más recóndito y desconocido atraviesa siete ciudades históricas llenas de arte y monumentos. Aquí van unas recomendaciones para visitarlas y para comer bien en ellas.
Actualizado por Paco Nadal el 27 de noviembre de 2023.
La primera ciudad monumental que encuentra el peregino al dejar Lisboa es Santarém, la ciudad del gótico portugués, un baluarte estratégico sobre la vega del río Tajo que fue sede de las cortes portuguesas, posición deseada por todos sus reyes y freno estratégico a los avances de musulmanes y castellanos. Santarém es una ciudad de calles curvilíneas y colores imprevistos donde igual te asalta un retablo manuelino que una fachada condecorada por ronchas de humedad atlántica. Calles peatonales, huidizas y frescas donde asoman arquerías, pasadizos, farolas y capillitas forradas de azulejos. Se puede empezar la visita en la praça Sá da Bandeira (en la foto), cuyo perímetro irregular hace el papel de plaza mayor en este conjunto urbano adaptado a las anomalías topográficas del cerro. Luego hay que seguir los pasos por la rua Serpa Pinto, peatonal y llena de comercios, hasta la iglesia da Graça, tremendo monumento del gótico portugués donde está enterrado Pedro Álvares Cabral, el descubridor de Brasil. Una muy buena opción para conocer la ciudad antes de proseguir tu camino es hacer una visita guiada por Santarém de dos horas con guía en español. Ah, se come muy bien, cocina portuguesa de autor, en Mae Luisa, en Arrouquelas, a 16 kilómetros de Santarém.
Dónde: Praça Sá da Bandeira. Satarém.
Oporto es el océano. También las humedades del Atlántico, los olores y sabores de ultramar, una fachada desconchada, una farola mohosa, un plato de tripas á moda do Porto y los bancales escarpados del Douro donde crecen las viñas que producen su caldo homónimo. Porto, Oporto, el Portus Cale de los romanos que dio origen al topónimo del país, es la ciudad más inclasificable de Portugal. Hermosa y decadente. Añeja y cosmopolita. Una urbe de contrastes donde la pobreza de las viviendas casi medievales que orlan la fachada del río convive con la opulencia elitista de la Avenida dos Aliados y la Praça da Liberdade, a la que se asoman bancos, palacios barrocos y entidades financieras, como el edificio neoclásico de la Bolsa, que gestionan las riquezas producidas por su pujante industria. No dudes en sumarte a un free tour por Oporto para conocer mejor esta ciudad. Muy buena cocina portuguesa, creativa y galardonada con una estrella Michelin, en Pedro Lemos. ¿La atracción más popular? Un paseo en barco que recorre sus 6 puentes.
Dónde: Praça da Liberdade. Oporto.
Es otra de las ciudades monumentales de Portugal. Situada a orillas del río Nabao, un tributario del Tajo, en la esquina donde el Ribatejo se funde con la Alta Estremadura, Tomar está muy vinculada a la Orden de Cristo, la hermandad de monjes-guerreros que en Portugal tomó el testigo de la Orden del Temple una vez que esta fue disuelta en 1314 por el Papa Clemente V. Fueron ellos los que levantaron en lo alto de la colina el Convento de Cristo (en la foto), el monumento más emblemático de Tomar, un conjunto de edificios con siete claustros en torno a una charola central de planta octogonal y aires bizantinos que recuerda al templo del Santo Sepulcro de Jerusalén y entre cuyas paredes se ha cocido buena parte de la historia de Portugal. Aquí residió Enrique el Navegante, el rey que dio un imperio colonial a Portugal, y aquí aclamaron las cortes portuguesas como nuevo monarca a Felipe II de España en 1581. Del 30 de junio al 7 de julio se celebra en Tomar la famosa Festa dos Tabuleiros. El mejor restaurante de la ciudad es la Taverna Antiqua, un local muy curioso en pleno centro.
Dónde: Convento de Cristo. Tomar.
Horario del convento: de octubre a mayo, de 9:00 a 17:30 horas. De junio a septiembre, de 9:00 a 18:30 horas. Última entrada, media hora antes del cierre. Cerrado el 1 de enero, 1 de marzo, Domingo de Pascua, 1 de mayo, y 24 y 25 de diciembre.
Entrada al convento: general, 10 €. Para conocer todos los tipos de entrada y acceder a la venta en línea, entra en su enlace oficial.
Vista desde el otro lado del río Mondego, Coimbra se ofrece como un majestuoso amontonamiento de edificios históricos de piel clara y techumbres rojizas cuya cúspide corona el enorme conjunto de la Universidad, su monumento más emblemático. La Universidad de Coímbra, fundada en 1290 por el rey Dionisio I, es una de las más antiguas de Europa y eje destacado en torno al que ha girado la vida y la cultura coimbricense. Si estás en Coimbra, tienes que conocer su universidad. Coimbra es la antigua Aeminium romana, un punto intermedio estratégico en la calzada de Lisboa a Braga. Es capital de las Beiras, una región fértil y rica del centro de Portugal, y ostentó la capitalidad del incipiente reino portugués hasta su traslado a Lisboa en el siglo XIII. Como en aquella época medieval, la estructura urbana sigue dividida en dos alturas. Por un lado, la ciudad Alta, donde estaban las residencias de clérigos, nobles y estudiantes, con la Universidad, sus facultades y bibliotecas. Abajo, en torno al río y a la praça do Comercio, antiguo circo romano —de ahí su forma alargada—, se despliega la ciudad Baja, con los comercios y los barrios populares. Para comer en un entorno muy agradable y romántico, Pedro&Inés; aconsejable reservar en la terraza si hace buen tiempo.
Dónde: Universidad de Coimbra.
Es una de las villas históricas del norte de Portugal, situada a orillas del río Cávado. Barcelos es sobre todo la ciudad de la lenda do galo —la leyenda del gallo—, en torno a un peregrino y un gallo que cantó después de asado (como en Santo Domingo de la Calzada). Tras cruzar el Cávado por el puente gótico, el viajero accede a una gran plaza empedrada donde se conserva el Pelourinho (picota) y la igreja Matriz, un bello templo de transición romanico-gótica. A su derecha, sobre el promontorio cimero, están los restos del Palacio Ducal, que un día fue el espléndido palacio del duque de Barcelos y Braganza y que hoy alberga un museo arqueológico al aire libre. Si seguimos por la rua Direita (oficialmente rua Antonio Barroso), la calle peatonal y comercial más concurrida de la ciudad, saldremos a otro gran entorno urbano, el Largo do Porta Nova, presidido por la igreja de Senhor das Cruces, unos de los templos barrocos de inspiración italiana más interesantes del norte de Portugal. El Largo do Porta Nova es uno de los lugares más agradables de Barcelos, con muchas terrazas donde cenar o tomar un helado y grandes espacios abiertos. Para comer o cenar, Pérola, un restaurante con cocina portuguesa y mediterránea en un local de ambientación moderna.
Dónde: Pelourinho de Barcelos.
La ciudad debe nombre y emplazamiento a un puente de piedra construido sobre el río Lima en época del emperador Augusto en la ruta Bracara (Braga)-Asturica Augusta (Astorga), paso clave durante siglos en las comunicaciones de la región del Minho y punto de tránsito obligado para los peregrinos que iban a Santiago por el Camino Portugués. Pero no toda la fabulosa obra de ingeniería civil que ahora vemos es de aquella época. Al vado original romano solo corresponden los 5 primeros arcos de la margen derecha. Ponte de Lima tiene un interesante casco histórico que puede visitarse en un corto paseo por el centro urbano. En él abundan además las casas señoriales con fachadas gótico-manuelinas y los palacetes de familias pudientes de finales del siglo XIX como Villa Belmira y la Casa Norton de Matos. Buena cocina portugesa en un restaurante con elegante decoración y un buen trato, Best of Portugal (antiguo Picadeiro), en la rúa Senhor de Pias.
Dónde: Ponte de Lima.
Bracara Augusta, la actual Braga, la ciudad excelsa y monumental que hoy conocemos cuajada de palacios, iglesias y arte religioso, fue una de las principales urbes de la Lusitania romana, fundada por César Augusto en una orilla fértil del río Cádavo en el año 16 a. C. Puede que cuentes con poco tiempo para conocer la ciudad, si es tu caso, no dudes en hacer un free tour por Braga y garantizar que tu estancia sea lo más provechosa posible. La ciudad vieja gira en torno a la Sé, una magnífica catedral que ha ido creciendo con varias capillas anexas desde su fundación por San Geraldo en el siglo XII. De la antigua muralla se conserva la Porta Nova, portón de acceso obligado al casco histórico, construida en 1773 por André Soares, el arquitecto responsable de la magnificencia barroca de Braga. Dentro del perímetro monumental hay que visitar también el antigo Paço Arquiepiscopal Bracarense (palacio arzobispal), un soberbio conjunto construido a tandas por los diversos arzobispos que evoluciona desde el gótico hasta el barroco tardío. Una buena recomendación para comer es Delicatum, cocina creativa y de autor, extensa bodega y buen trato.
Dónde: Sé de Braga.
Horario: todos los días de 9:30 a 12:30 y de 14:30 a 17: 30 horas (hasta las 18:30 horas en verano).
Entradas: Tesoro y Museo de la Catedral de Braga, 3 €. Capillas y coro alto, 2 €. Catedral, 2 €. También hay entradas combinadas. Puedes consultarlo todo en su página oficial.