La inmensa mayoría de viajeros que visita Perú se decanta por la zona sur, donde está Cusco y Machupicchu. Pero si quieres ver otro Perú menos turístico, muy auténtico y lleno de yacimientos arqueológicos de primer orden, la ruta Moche, por la desértica costa norte, te fascinará.
Publicado por Paco Nadal el 01 de enero de 2018.
Un buen lugar para iniciar esta ruta es esta ciudad de 800.000 habitantes situada en la costa norte peruana, con buena conexión aérea con Lima y un indudable sabor colonial en su casco antiguo, conocido como el Cercado. En torno a la plaza de Armas se levantan multitud de iglesias, casonas con balcones de madera y palacetes de época virreinal y de los primeros años de la República. A destacar la catedral, del siglo XVII, el palacio Itúrregui o la casa Tinoco. Trujillo es sin duda la ciudad más atractiva para un turista en el norte de Perú, merece la pena hacer una visita guiada.
La primera parada obligada de la ruta es en este conjunto ceremonial a las afueras de Trujillo, que fue la capital religiosa y administrativa del imperio mochica. Lo que queda ahora a la vista son dos enormes huacas, la del Sol y la de la Luna, pero en época mochica entre ellas se levantaba toda una ciudad habitada por el clero y los funcionarios reales. La más pequeña, pero más excavada y estudiada, es la huaca de la Luna, de 25 metros de altura, en la que han aparecido bellísimos frisos de varias épocas. El más espectacular es el de la gigantesca fachada principal, con relieves policromados que han llegado casi intactos a nuestros días. En ellos se observa perfectamente el desfile de cautivos desnudos y maniatados camino de la decapitación ritual. En la parte superior del friso aparecen los guerreros vencedores, los sacerdotes y los gobernantes. Hay un museo anexo donde se muestran todas las piezas aparecidas en la excavación. La vecina huaca del Sol, de 45 metros de altura, está aún por excavar. Si te apetece conocer las Huacas del Sol y la Luna te dejo esta excursión.
Todos los restos arqueológicos que vemos en la costa norte de Perú no son mochicas. Cuando su cultura colapsó, les sucedieron los chimú, otro pueblo del desierto que se desarrolló a partir del siglo VIII hasta ser sometido por los incas en 1470. Conocemos su capital: Chan Chan, la mayor ciudad de barro jamás construida en América. El complejo arqueológico se extiende por una amplia superficie porque cada uno de sus nueve gobernantes construyó su propio palacio. Este no era reutilizado ni destruido al morir el personaje: se quedaba como morada de su momia, que se sacaba al exterior en procesión una vez al año para que el pueblo la reverenciara. Y su sucesor construía una nueva residencia. De esos nueve palacios solo está excavado y puesto en valor uno, el de Ni Kan, que no fue uno de los monarcas chimú más poderosos. Pese al dominio chimú de la técnica constructiva, Chan Chan son una ruinas sencillas, conviene no hacerse grandes expectativas: lo que resta son pequeños muros de adobe, con algunas inscripciones y juegos decorativos. Aun así, la visita a Chan Chan merece mucho la pena.
En 2005 las excavaciones que se llevaban a cabo en el centro arqueológico El Brujo, una serie de huacas cercanas a la aldea de Magdalena de Cao, a unos 45 minutos al norte de Trujillo, encontraron algo sorprendente: una tumba real intacta, sin expoliar por los huaqueros. Pero cuando desenvolvieron el fardo de la momia, que pesaba más de 100 kilos y estaba rodeada por kilos y kilos de objetos de oro y materiales preciosos que evidenciaban su poder terrenal, la sorpresa fue monumental: no era un gran gobernante... ¡era una gran gobernanta! El primer caso documentado en cualquiera de las culturas americanas conocidas hasta la fecha de una mujer como jefa suprema. Hoy el museo creado en El Brujo en torno a la señora de Cao es una de las paradas obligatorias en todo viaje por el norte de Perú. En este enlace tienes la posibilidad de reservar tu entrada al Complejo arqueológico El Brujo.
Es la playa más famosa de Trujillo, situada 15 kilómetros de la ciudad. Un simpático y trasnochado balneario con mucha vida local y un agradable malecón abocado a las olas del Pacífico. Los peruanos van a Huanchaco a comer ceviche clásico (la especialidad del lugar), a montar en los caballitos de totora, embarcaciones hechas con juncos de totora que ya usaban las culturas preincaicas para salir a pescar (como aparece en muchas cerámicas mochicas) y, sobre todo, a pasear por El Muelle un pantalán de madera que se adentra en el océano y que recuerda a los balnearios ingleses. Una buena parada para comer y descansar entre tanto yacimiento arqueológico.
Túcume, nada menos que 26 pirámides pertenecientes a la cultura lambayeque (siglo X al XV) se levantan en torno al cerro de El Purgatorio, un apu sagrado cercano a esta pequeña localidad a las afueras de Chiclayo. Es el mayor campo de huacas descubierto hasta el momento. Hay varias excavadas, como la de Las Balsas, con excelentes murales en relieve que cuentan mucho de la vida cotidiana y las tradiciones de los lambayeque. Una de las que está aún por excavar es la huaca Larga, que con sus de 700 metros de longitud se considera la mayor pirámide de adobe de América del Sur. A la entrada del complejo arqueológico hay un museo con el grueso de las piezas rescatadas en las excavaciones y una exposición sobre la cultura lambayeque. Si te interesa la visita, aquí te dejo una propuesta de excursión.
Llegamos a uno de los lugares clave de esta Ruta Moche: el yacimiento donde en 1987 se descubrió cerca de la aldea de Sipán, a unos 45 minutos de Chiclayo, una tumba sin saquear perteneciente a un gran personaje mochica. El lugar tuvo que estar tiempo protegido por la policía para que no lo expoliaran antes de que los arqueólogos pudieran empezar su trabajo. Se le bautizó como el señor de Sipán y su ajuar funerario se convirtió en el mayor y más espléndido tesoro que jamás se haya conocido de esta cultura. Sigue siendo la única tumba de un gobernante preincaico que se haya descubierto intacta y con su ajuar completo. Tanto había en su interior que los casi 600 objetos que le acompañaban, junto con los de otras tumbas que aparecieron cerca posteriormente, sirvieron para crear un museo entero (ver foto siguiente). En el túmulo se puede ver ahora una fiel recreación a escala 1:1 de cómo estaba el señor de Sipán, sus acompañantes y todo el ajuar que le colocaron para hacer más grato su viaje al más allá. Las originales están en el museo de las Tumbas Reales de Sipán (ver foto siguiente). El lugar se llama así por dos huacas cercanas, muy ajadas por la erosión del agua. ¿Buscas cómo reservarlo?
La importancia de los hallado en Huaca Rajada llevó al Gobierno peruano a inaugurar en 2002 un museo especial para acoger ese valioso tesoro. El museo de las Tumbas Reales de Sipán está en Lambayeque, a las afueras de Chiclayo, y alberga el ajuar funerario y las propias osamentas del señor de Sipán y sus acompañantes, más el de otras 13 tumbas excavadas con posterioridad en ese panteón real de Huaca Rajada. En total, más de 2.000 piezas de oro. El edificio costó 5 millones de dólares y asemeja una huaca mochica, con su rampa ceremonial de acceso, por la que se entra al nivel más alto del complejo, como ocurría en las huacas de verdad. La exposición es muy didáctica y su visita resulta de obligado cumplimiento en esta Ruta Moche. Es uno de los mejores museos de Sudamérica. ¡No te pierdas la visita!
Como ya has leído, la ruta Moche es un itinerario por los desiertos costeros del norte de Perú que enlaza los principales yacimientos arqueológicos de la cultura Mochica. Incluidos el Señor de Sipán y la Dama de Cao. En este vídeo cuento lo que más me gustó.