El Alt Empordà es una tierra bendecida por la naturaleza. Tiene uno de litorales más abruptos y llamativos de la Costa Brava -el Cap de Creus-, con pueblos marineros en los que el turismo ha transformado el tejido social pero no tanto su fisonomía urbana, como Cadaqués o el Port de la Selva. En el interior, conserva paisajes humanizados de masías y viñedos que parecen trazados con tiralíneas, además de bosques mediterráneos, ideales para quienes busquen unas vacaciones rurales. Y luego disfruta de la omnipresente figura de Dalí, el genio de Figueres, que dejó su impronta en toda la comarca.
Publicado por Paco Nadal el 12 de abril de 2023.
Figueres es Dalí (pero no todo). Parece como si toda la oferta turística de la segunda ciudad más importante de Girona girara en torno a su hijo más ilustre, pero en realidad hay más cosas que ver y descubrir. El lugar más visitado de la ciudad es el teatre-museu Dalí, diseñado por el propio pintor sobre los restos del antiguo teatro municipal. Solo con ver la torre exterior y su decoración con gigantescos huevos blancos, el visitante ya intuye lo que le espera dentro. El teatre-museu expone el grueso de la obra daliniana, desde sus cuadros más famosos a obras creadas expresamente para este espacio inclasificable, como la Sala Mae West o el Cadillac lluvioso. En medio del jardín del museo, vigilado por unas estatuillas color oro que recuerdan a la de los Oscar, está la tumba del autor. Un museo sin patrones, como su propia obra, que hace aconsejable a los no expertos contar con la asistencia de un guía para entenderlo en su plenitud. Por eso, puedes valorar una visita guiada a Figueras y el Museo Dalí. Este teatre-museu, su casa de veraneo en Port Lligat (en Cadaqués) y el castillo de Púbol, donde reposan los restos de Gala, forman el llamado Triangulo Daliniano. Es la mejor ruta para entender al genio del surrealismo.
La calle más transitada de Figueres es el carrer de Sant Pere, donde se encuentra la bonita iglesia de Sant Pere y su fotogénica torre que, junto con la cúpula geodésica del museo, compone la postal típica de la ciudad. Pero no sólo de Dalí vive Figueres. El museu del Joguet de Catalunya (museo del Juguete), cerca de la Rambla, dedicado a los juguetes tradicionales, o el museu de L'Empordà, con una colección permanente de arqueología greco-romana y una planta dedicada al arte contemporáneo de autores catalanes (Miró, Marés, Tàpies) son buenos ejemplos de su patrimonio cultural. Completa el cuarteto el museu de la Tècnica del Empordá, que explica la tecnología de tiempos pasados y expone piezas cotidianas de maquinaria, vehículos, útiles de labranza… del siglo XIX y XX. Otro atractivo es la ruta modernista por los muchos edificios que el arte y la arquitectura de finales del siglo XIX y principios del XX dejaron en la ciudad, como la casa Cusí, la casa Salleras y la casa Puig-Soler, todas ellas en la Rambla. Y, por último, el sorprendente castell de Sant Ferrán, a las afueras, una ciudadela militar del siglo XVIII perfectamente conservada que es el monumento de mayor dimensión de toda Cataluña.
Dónde: Teatre-Museo Dalí. Plaça Gala i Salvador Dalí, 5.
Horario y entradas: si tienes clara tu visita a todos o a alguno de los centros del Triángulo Daliniano, en este enlace podrás reservar tu entrada
Consejo: para quien quiera visitar todos los museos de Figueres, es mejor dejar el de Dalí para el final porque después de recorrer 'el mayor objeto surrealista del mundo', todos los museos del mundo le parecerán sosos y aburridos.
El soberbio castillo que domina esta pequeña localidad es, en realidad, una reconstrucción de estilo afrancesado llevada a cabo a finales del siglo XIX sobre los restos de un viejo castillo medieval que perteneció a los condes de Peralada. En la actualidad pertenece a la familia Suqué Mateu, que lo dedica a diversas actividades. Una parte del castillo acoge su residencia privada y la sede de la bodega, también de su propiedad. Otra parte está dedicada a salones de bodas y celebraciones. También hay espacio para un casino. Lo que sí está siempre abierto al público con entrada libre es el acceso a la rotonda principal, a la que da la fachada del castillo —comida por la hiedra— y las dos famosas torres cilíndricas; se puede ver también un lago artificial con dos cisnes y parte de los jardines. La única manera de conocer el interior es mediante las visitas guiadas al museo del castillo, instalado en el claustro del vecino convento del Carmen, que quedó incorporado a la propiedad. La visita incluye la iglesia gótica, la famosa biblioteca con más de 80.000 volúmenes, entre ellos 200 incunables y unas mil ediciones del Quijote en 33 idiomas diferentes, la colección privada cristal y cerámica reunida por la familia Mateu y al resto de los jardines. Ofrecen también visitas enoturísticas a las bodegas, con cata de vinos. Desde 1987 se celebra en los jardines del castillo durante los meses de julio el Festival Castell de Peralada, una de las citas culturales más importantes del verano ampurdanés, con especial dedicación a la música clásica, la ópera, la danza y el jazz.
Pero Peralada es más. La zona ya estuvo habitada en época romana y en la Edad media existió un condado de Peralada. Resultado de todo ellos es un casco histórico pequeño pero lleno viviendas tradicionales y calles de impronta medieval. La plaça Gran es el eje de este entramado, a ella se asoman varios edificios porticados, como el Ayuntamiento. La iglesia parroquial de Sant Martí es de origen románico, muy reformada en el siglo XVIII y conserva un campanario gótico. Del antiguo convento de Sant Domenèc solo queda el claustro románico, que se ha integrado como un elemento más del centro cultural Museu Sant Domenèc, con salas de exposiciones, cafetería y concierto al aire libre en verano.
Dónde: Castillo de Peralada
Horario y entrada: te aconsejo que planifiques tu visita en función de tus intereses. En la página oficial del Museu del Castell de Peralada tienes todos los detalles, tanto si te interesa el museo, los jardines, la bilioteca, etc.
El interior del Alt Empordá, ya en las laderas meridionales del Pirineo, es un territorio singular con grandes bosques de pinos, encinas y alcornoques, el bosque mediterráneo aún poco alterado por el hombre, en cuyos claros crecen viñedos, pequeños pueblos de piedra y masías sacadas de un relato de Josep Pla. Espolla es uno de ellos; el núcleo urbano, agrupado en torno a la iglesia de Sant Jaume, no tiene nada de especial, pero ha sido muy rehabilitado gracias a la recuperación de numerosas viviendas como segunda residencia de gentes venidas de la gran ciudad y resulta agradable para pasa un fin de semana rural. Igual ocurre con el cercano Rabós, donde destaca la iglesia románica San Julián, con la fecha fundacional de 1313 grabada en uno de sus dinteles. Una zona muy tranquila y natural, sin las aglomeraciones de la costa, con muchos alojamientos rurales de calidad, para pasar un fin de semana de descanso y en armonía con el paisaje.
A 7 km de Rabós, por una pista de asfalto y luego tierra, aparecen las ruinas de este monasterio benedictino de longeva historia en la comarca. Se sabe que en el año 935 el obispo de Girona acudió a bendecir la iglesia monástica, aunque su fundación puede remontarse al menos 100 años atrás. En el siglo XII el monasterio de Sant Quirze vivió momentos de esplendor, pese a los destrozos causados por la invasión francesa de 1288. Poco a poco fue entrando en decadencia hasta que en 1592 los pocos monjes que quedaba fueron trasladados al monasterio de Besalú y Sant Quirze fue cerrado. Tras la Desamortización pasó a manos privadas y sirvió como almacén agrícola. En 1931 fue declarado Monumento Nacional y empezó su rehabilitación. Quedan en pie la iglesia y restos del claustro.
Toda esta zona está dentro del parque natural de interés nacional de L’Albera, un pequeño pero interesante espacio protegido con bosque mediterráneo en el que viven los últimos ejemplares de tortuga mediterránea de la zona.
Dónde: Monasterio de Sant Quirze de Colera.
Horario: del 12 de septiembre al 12 de julio, sábados y domingos, de 11:00 a 13:00 horas. Del 13 de julio al 31 de agosto, de lunes a domingo, de 11:00 a 13:00 y de 16:00 a 19:00 horas. Martes por la tarde y miércoles, cerrado. Del 1 al 11 de septiembre, de lunes a domingo, de 11:00 a 13:00 horas. Martes y miércoles, cerrado. Para completar tu información antes de la visita, si lo precisas, puedes llamar a este teléfono del Ajuntament de Rabós: 972 563 082.