Taramundi (Asturias) se convirtió en referente del alojamiento rural en la década de los 80 cuando se abrió La Rectoral, considerado el primer hotel rural de España. Gracias al turismo en Taramundi ha prosperado también una de las zonas tradicionalmente más olvidadas y atrasadas de Asturias, perdida en los confines fronterizos con Galicia: la comarca de los Oscos-Eo, una de las siete Reservas de la Biosfera del Principado y la única que llega hasta el mar. La ruta tiene dos partes bien diferenciadas; abajo, en torno a la ría del Eo, crecen pueblos de tamaño medio y ambiente marinero. Arriba, en Los Oscos, aguardan Santa Eulalia, San Martín y Villanueva de Oscos, tres pequeños municipios tradicionalmente aislados que han encontrado en el turismo una forma de frenar su secular despoblamiento.
Actualizado por Paco Nadal el 27 de enero de 2023.
El inicio de la ruta es este pueblo marinero situado en una estratégica península en la desembocadura de la ría del Eo, que hace frontera entre Galicia y Asturias. Castropol es uno de esos pueblos que tiene mejor vista desde fuera que desde dentro. Y no es que su casco histórico desmerezca, pero es que visto desde Figueras o desde Ribadeo, al otro lado de la ría, aparece como un idílico pueblo marinero todo blanco y compacto sobre un promontorio; una postal perfecta. En el interior aguarda un centro histórico con muchas callejuelas, palacetes y casas señoriales y otras fachadas más humildes, todas pintadas de blanco. Desde el mirador de La Mirandilla se obtiene una buena vista de este espacio de alto valor ecológico que es la ría Eo. Hay un sendero GR muy recomendable que une Castropol con Figueras; tiene unos 5 kilómetros y discurre pegado a la Ría: una delicia en un día de buen tiempo. El sendero completo abarca desde Vegadeo hasta Tapia de Casariego y tiene 31 kilómetros señalizados. El puerto de Castropol tiene muy buen ambiente, con numerosos mesones, bares y restaurantes donde ir a comer pescado y marisco. Hay un servicio de lanchas que cada 15 minutos une los tres pueblos de la Ría: Ribadeo, Figueras y Castropol. La zona cuenta con algunas de las mejores playas de Asturias, como las de Arnao y Penarronda.
Es el gran centro de comercio y servicios de la comarca del Eo. Por eso ha crecido tanto. Aún así conserva un casco histórico interesante con edificios singulares como el Ayuntamiento, la casa Villamil (actual casa de la Cultura), el palacio Valledor o la Casa del Campo. Por Vegadeo pasan dos arroyos, el Suarón y el Monjardín, que desembocan en el Eo. Un total de 12 puentes ayudan a salvarlos por distintas zonas de la localidad. Aprovechando este elevado número de vados se creó la Ruta de 12 Puentes: se invitó a otros tantos artistas asturianos a crear una obra destinada a cada uno ellos. El paseo permite disfrutar ahora de un verdadero museo al aire libre. La ruta pasa por la plaza de la Llanera, donde puede verse una decimotercera estatua, Leyendo en Penarronda, del artistas local ya desaparecido César Montaña.
Camino de Taramundi por la N-640 encontrarás el tercer ayuntamiento del Eo, San Tirso de Abres, donde puedes visitar el Centro de Interpretación de la Pesca en el Eo, con un interesante recorrido por la importancia de este río salmonero para la comarca. El Eo vertebra el municipio y es uno de sus mayores recursos turísticos. Hay un paseo fluvial que empieza en El Llano, la capital del Ayuntamiento, y llega hasta el refugio de Xesteira, antigua cabaña de pescadores a la que se accede por un puente colgante. Hay muchas rutas para hacer senderismo. Una de las más recomendables, también para ciclistas, es la Vía Verde del ferrocarril minero Villaodrid-Ribadeo. Tiene 12 kilómetros hasta A Pontenova (Lugo) y aprovecha seis túneles y varios puentes de esta antigua infraestructura ferroviaria de la que aún se ven depósitos de agua, casetos para almacenar el carbón, una central hidroléctrica y otras muestras de arqueología industrial.
Es el pueblo más famoso de la región y el pionero del turismo rural. Históricamente fue una localidad de artesanos del hierro y de mazos: en 1900 había 200 ferreiros solo en Taramundi. Por fortuna, aunque en menor número la tradición de la forja se ha conservado y aún hoy existen artesanos que trabajan a mano el metal para producir los famosos cuchillos y navajas de Taramundi. El pueblo tiene un centro pequeño y compacto con numerosas viviendas antiguas hechas con la típica mampostería de piedra sin tallar y tejados de lajas de pizarra; también abundan las construcciones modernas, empezando por el Ayuntamiento, aunque ha tratado de no desentonar con la arquitectura popular de la zona. La calle principal está llena de tiendas de artesanías y recuerdos. La iglesia parroquial, un sencillo templo el siglo XVIII, se eleva sobre el conjunto. A las afueras del pueblo se excavó el castro de Os Castros, el único asentamiento prehistórico excavado en la comarca; no es muy espectacular, pero se puede ir en un corto paseo y permite conocer cómo vivían lo primeros pobladores de estas tierras. En la cercana aldea de Pardiñas debe visitarse el Museo de la Cuchillería Tradicional de Taramundi, donde también venden cuchillos y navajas. Y en Mazonovo, el Museo Interactivo de los Molinos.
Esta es una de las visitas más interesantes de toda la comarca. A cuatro kilómetros de Taramundi aparece este pueblo que quedó abandonado en la frondosidad de un estrecho valle. Se restauró a la vez que La Rectoral dentro del plan dinamizador. Conserva el sistema de ingenios hidráulicos por el que, mediante la fuerza de gravedad del agua, se mueve el mazo, la piedra de afilar, el molino, el batán y hasta una pequeña central hidroeléctrica. El agua del arroyo llega al banzao, la balsa superior donde se regula el caudal, y desde allí mediante un ocurrente sistema se distribuye a todos los centros de producción. Todo 100% renovable y ecológico. Una maravilla del ingenio y la capacidad de invención del ser humano. Además, todo en funcionamiento para que lo puedan ver los visitantes. Solo con visitas guiadas: consulta horarios, tarifas y condiciones en su web.
En esta pequeña aldea, en una inclinada ladera a tres kilómetros de Taramundi, vive la familia Lombardía. Manuel, el padre, fue reuniendo una increíble cantidad de objetos relacionados con los oficios, el hogar, las tradiciones y el estilo de vida de la comarca hasta crear una colección etnográfica con más de 2.000 piezas que muchos museos quisieran para sí. La enseña en los bajos de la casa de labranza donde vive la familia desde hace generaciones. En la parte superior, su hijo Martín y su nuera siguen la tradición de los ferreiros, haciendo cuchillos de acero de gran calidad a mano. Tiene también apartamentos rurales por si quieres quedarte a dormir.
De vuelta a Taramundi debes tomar allí la AS-11 hacia Bres y luego por la AS-26 seguir hacia el corazón de los Oscos en dirección a La Garganta y Villanueva de Oscos. El antiguo monasterio de Santa María domina este pequeño núcleo urbano. El monasterio fue fundado en el siglo XII y a lo largo del tiempo se convirtió en el motor económico e integrador de la comarca ya que, además, los monjes eran los propietarios de casi todas las tierras. Villanueva creció como burgo anexo al monasterio. Es el edificio religioso más grande e importante de toda la comarca de Oscos. Pero solo son visitables la iglesia, el patio interior y el aula interpretativa. El resto está en ruinas.
Santalla, como la llaman los locales, es una agradable villa de arquitectura popular desparramada por una ladera. Merece la pena dar un paseo por el centro para ver la iglesia (siglo XVII), el conjunto de viviendas tradicionales de mampostería de piedra y, sobre todo, la Casa La Palma, un antiguo bar-tienda fundado en 1925 que la actual generación de propietarios (la sexta, ya) ha tenido el buen gusto de reformar de manera magistral, modernizando pero conservando el espíritu primigenio de estos locales de la montaña asturiana que servían para todo, desde frutería a ferretería pasando por zapatería, cantina y centro de reuniones de los parroquianos. Al otro lado de la calle, se alza el monumento a los Ferreiros (que en realidad es un perfil de Pepe el Ferreiro, el de Grandas de Salime, con su eterna boina), actividad importante en la historia del pueblo. Como importantes fueron los telares; hubo prácticamente uno en cada casa, que muchas veces manejaban tejedores trashumantes que iban de pueblo en pueblo para durante unos días confeccionar y remendar el vestuario de toda la familia. Hoy solo queda en funcionamiento y abierto al público el telar de Irene Villar, que sigue haciendo telas y prendas para venta y exposición con algodón, lana y lino.
El mazo era la fragua en la que mediante un gigantesco martillo (mazo) se preparaban las barras y planchas de metal que luego usaban los ferreiros para convertirlas en los utensilios y piezas de consumo. En la aldea de Mazonovo, a 5 kilómetros de Santalla, funciona uno de los últimos mazos de la comarca. Es original del siglo XVIII y estuvo operativo hasta 1970. Se restauró para abrirlo al público. Lo más increíble es que aún se acciona con agua del arroyo, almacenada previamente en el banzao, un depósito de madera instalado en el tejado. Luego, por decantación, el agua mueve el gigantesco mazo e incluso produce aire a presión para avivar el fuego de la fragua mediante un complejo sistema de tubos de madera que generan el efecto Venturi. Una maravilla de la tecnología, ¡de hace 200 años!, que funciona además con energía limpia y renovable. Lo maneja Fritz, un austriaco enamorado de las fraguas, octava generación de una familia de herreros en las montañas del Tirol, que recaló en Mazonovo en busca de fraguas necesitadas de manos amorosas que las hicieran funcionar. En su página, Ferreiros de Mazonovo tienes toda la información que necesites para tu visita (desde el 24 de diciembre hasta el primer fin de semana de febrero está cerrado).
La visita a esta aldea cercana a Santa Eulalia es altamente recomendable para conocer la Casa-museo del marqués de Sargadelos. El fundador de la celebérrima fábrica de cerámicas que lleva su nombre nació en esta humilde casa de labranza en 1749 (ver despiece). La casa se ha restaurado por completo y conserva muebles originales del siglo XVIII que usó la familia Ibáñez. Es una típica casa de los Oscos construida en piedra y pizarra que fue ampliándose con los años según las necesidades familiares.
Pequeña aldea a tres kilómetros de Santa Eulalia donde el río remansado forma una popular playa fluvial, muy frecuentada en verano; en esa época se alquilan canoas. El núcleo urbano forma un entorno muy agradable, porque respeta la tipología clásica de la comarca, con casas de piedra y pizarra. Tiene un hórreo sobre pilares que forma una especie de arco en la calle principal (y única). Y un puente medieval que completa el pintoresco escenario.
El tercer municipio de Oscos está situado en el extremo sureste de la comarca y apenas llega a los 500 habitantes en todo el concejo. La capital, San Martín, es un pueblo pequeño pero ofrece un agradable conjunto urbano en torno a la plaza. A ella se asoman la iglesia con su atrio porticado, algunas fincas señoriales, como la casa de los Guzmanes, del siglo XVIII, el hórreo de Curón, con su cubierta de pizarra y paja y un puente de piedra que salva el arroyo. En la plaza están también los escasos servicios para el viajero. A 5 kilómetros de San Martín se localiza el palacio de Mon, en la aldea homónima, un gran edificio barroco con fachada blasonada; es privado y no se puede visitar el interior. Existen varias rutas senderistas señalizadas en el entorno. Una de ellas, la ruta de Mon sale de Revoqueira, pasa por Mon y su palacio y luego se dirige por bosques de castaños centenarios y espesos robledales hasta las ruinas del mazo de Mon, otro ingenio que accionaba la prensa con energía hidráulica. La ruta es circular y tiene en total unos 12 kilómetros de recorrido.
Castropol, el acceso norte, está en la ría del Eo, accesible por la A-8, la autopista del Cantábrico. Toma la salida 501 y sigue las señalizaciones por N-640/N-634. Por el sur, el acceso a los Oscos es más montañoso y complicado. Se puede llegar a San Martín desde Grandas de Salime por la AS-13. O desde A Fonsagrada (Lugo) a Santa Eulalia por la LU-703.