Granollers es la capital de la comarca del Vallès Oriental, en la provincia de Barcelona. Una ciudad comercial y emprendedora, cruce de caminos histórico, que mantiene uno de los mercados semanales más concurridos de la comarca desde época medieval. De esa actividad comercial viene la Porxada, su edificio más emblemático, una lonja renacentista que ha llegado casi intacta hasta nuestros días. Pero además de su patrimonio histórico, en Granollers se come muy bien y hay otras muchas cosas que ver o hacer. Son estas:
Actualizado por Paco Nadal el 10 de abril de 2023.
El icono de Granollers es esta lonja renacentista construida por el maestro Bartomeu Brufalt en 1587 por encargo del Consejo de la Villa. Su misión era acoger el mercado de grano que tan famoso y próspero hizo a Granollers desde época medieval. Brufalt, que residía en Barcelona pero era de origen francés, tenía fuertes influencias del Renacimiento italiano y diseñó un edificio muy de esa época, con columnas toscanas. Aunque ha vivido varias restauraciones (la última en 1985), La Porxada es una pequeña joya de la historia de la comarca, un edificio elegante y armónico que da gusto contemplar a diferentes horas del día, porque su aspecto y su personalidad cambia con las diferentes luces. La plaza es además el centro de la vida social granollerí, cruce de todos los paseos urbanos, siempre con ambiente gracias a las numerosas terrazas de bares y cafeterías y heladerías. Por cierto, la veleta que corona la lonja es la original de 1587. En uno de los laterales de la plaza se alza el Ayuntamiento, edificio de 1904 con toques neogóticos y modernistas obra de Simón Cordomí Carrera i del escultor Josep M Barmadas.
Dónde: Plaça de la Porxada, 140.
En 2005, durante las obras de excavación para la construcción de un aparcamiento y un nuevo edificio en la plaza de la Iglesia aparecieron restos de un complejo preindustrial. Resultó ser una tenería del siglo XVI, una de las muchas curtidurías de pieles que hubo en Granollers. Los trabajos de recuperación dejaron a la vista, entre otras instalaciones, un pozo, el fogón y varias balsas circulares donde ese llevaban a cabo los procesos de blanqueado, adobo y curtido de las pieles. Un auténtico descenso al Granollers de hace cinco siglos que se complementa con una serie de paneles, objetos y audiovisuales que guían un recorrido por la historia de la ciudad, su origen en un cruce de caminos neurálgico y la importancia del mercado de los jueves desde época medieval, que fue su gran motor económico, sobre todo en ese siglo XVI. Un gran cartel muestra una recreación de cómo era la ciudad en esa centuria, con sus torres, murallas, fuentes y plazas gremiales. Abre sábados por la tarde, de 18 a 21 y domingos por la mañana, de 12h a 14h.
Dónde: Plaça de l' Església.
Horario: de abril a octubre, sábados, de 18:00 a 21:00 horas y domingos, de 11:00 a 14:00 horas. De noviembre a marzo, de 17:30 a 20:30 horas y domingos, de 11:00 a 14:00 horas. En agosto, 25, 26 y 31 de diciembre, 1 y 6 de enero, viernes santo, 1 de mayo y 11 de septiembre, cerrado.
Entrada: gratuita.
Si en época medieval y renacentista fue el mercado semanal el que hizo crecer a la ciudad, la revolución industrial trajo una nueva era de prosperidad en forma de fábricas, sobre todo textiles. Las familias acomodadas encargaron entonces a arquitectos catalanes de renombre sus nuevas mansiones, acordes a la moda de principios de siglo XX: el modernismo. De aquel estilo arquitectónico eminentemente urbano que, frente a la frialdad industrial, buscaba una ornamentación inspirado en la naturaleza, quedan en Granollers varios ejemplos. Quizá la casa más espectacular sea Can Ramoneda, en la esquina de la calle Josep Anselm Clavé con la de Marià Maspons. La mansión es de 1902, mezcla el modernismo y el neoclasicismo y está aún habitada, por lo que no es visitable. Basta ver el zaguán de entrada, con sus estucos y artesonado, para imaginar la suntuosidad interior. Otras casas y fachadas que forman la ruta del modernismo por Granollers son la Casa Clapés (plaza de la Porxada, 14), la Casa Sebatià Costa (Santa Anna, 13), Can Puntes (Santa Elisabet, 16), la Casa Blanxart (Joan Prim, 11) o la Casa Ganduixer (Joa Prim, 44).
Roca Umbert fue la mayor fábrica textil que hubo en Granollers. Abrió en 1904 y en sus buenos momentos llegó a dar trabajo, directa o indirectamente, a casi una una cuarta parte de la población. Era un gran complejo industrial que cubría todo el proceso del algodón. Cerró en 1991 y dos años después el Ayuntamiento compró los terrenos y naves para hacer un gran centro cultural para uso de la ciudadanía. Gracias a ello, Roca Umbert. Fàbrica de les Arts es hoy un ejemplo modélico de cómo reconvertir el pasado industrial en espacios culturales. Se visita La Térmica, la central de producción eléctrica que la familia Umbert construyó en la década de los 50 para asegurar el suministro de energía a la fábrica y cuyas dos grandes calderas y resto de maquinaria son una verdadera joya de la arqueología industrial, usadas como set de rodaje en varias películas (por ejemplo, Soldados de Salamina) o anuncios (de Jean Paul Gaultier, entre otros). Cuenta con un centro de artes en movimiento con artistas residentes, una sala de conciertos, salas de ensayo para grupos de música locales, una escuela de teatro, espacios para ferias, exposiciones y actos varios y una sala de exposiciones de obra gráfica y visual.
Uno de los lugares imprescindibles de visitar en Granollers es una fonda. Y no una cualquiera. La Fonda Europa es toda una institución en la comarca del Vallés Oriental. Abrió en 1771 en al pie de la carretera que iba de Barcelona a Vic y que pasaba por el centro del pueblo. La regenta la misma familia desde entonces, todo un ejemplo de empresa familiar continuista. El hotel está completamente reformado, es muy agradable y de decoración exquisita, tiene cafetería y un excelente restaurante con terraza en la calle en cuanto llega el buen tiempo. Es el lugar favorito de los granollerenses para ir a tomar el aperitivo o el café, para una tertulia con amigos o para un esmorzar de forquilla (almuerzo de tenedor, es decir, contundente) los jueves de mercado.
Dónde: Carrer d'Agustí Viñamata, 2.
El antiguo camino que llevaba de Barcelona a Ribas pasaba por el centro del pueblo. La Carretera se inauguró en 1848 al pie de la nueva vía se fueron construyendo nuevas casas y reformando los antíguos corrales que había fuera de la muralla. Más tarde se convertiría en la Nacional 152. Y cuando el tráfico rodado se desvió pasó a ser la calle Josep Anselm Clavè. Hoy, ya peatonalizada, es la arteria principal del centro histórico, el lugar por el que deambular cien veces al día, en el que están las mejores tiendas de una ciudad famosa por su actividad comercial, siempre con viandantes y con ambiente en sus muchas terrazas. Pero pese al tiempo pasado y su evolución, los granollerenses la siguen conociendo como 'la carretera'.
Dónde: Carrer de Josep Anselm Clavè.
Una de las curiosidades de Granollers es que, como viene ocurriendo desde hace más de cinco siglos, el mercado semanal se celebra los jueves. Es uno de los más grandes y concurridos de Cataluña y sus tenderetes de todo tipo de productos se desparraman por todas las calles del centro peatonal. Entre las columnas de la Porxada se instalan los vendedores de frutas, verduras y otros productos perecederos, como hace siglos. Es un gran día para visitar Granollers porque la ciudad bulle de ambiente comercial, el mismo que le hizo crecer y convertirse en la gran capital del Vallès Oriental.
Dónde: La Porxada y calles del centro de Granollers.
Horario: de 8:00 a 13:00 horas.
El 31 de mayo de 1938 es una fecha muy presente en Granollers. Ese día, en plena Guerra Civil, aviones italianos del bando sublevado bombardearon la ciudad dejando 224 muertos, casi todos ellos civiles. Aunque hubo tres bombardeos más a lo largo de la contienda, aquel de 1938 quedó como uno de los más duros y sangrientos perpetrados contra la población civil. Eso hizo que se acelerara la construcción de refugios subterráneos en la ciudad. De los muchos que se excavaron quedan visitables y en buen estado uno bajo el Ayuntamiento y otro muy grande en la plaza Josep Maluquer i Salvador. Este último tenía (aún es visible) un corredor que conectaba directamente con las escuelas públicas. Se abre para grupos previa petición y también cada 31 de mayo, día en que se conmemora el bombardeo con una jornada de puertas abiertas. Ese día se abre también el refugio del Ayuntamiento.
Dónde: plaza Josep Maluquer i Salvador / Ayuntamiento. Plaça de la Porxada, 6.
Más información: si te interesa, completa tu información y valora una visita con la oficina de Turismo de Granollers.
Instalado en una antigua casa modernista en la calle Francesc Macià, el museo de Ciencias Naturales de Granollers es muy interactivo y pensado para familias con niños. Tiene exposiciones permanentes sobre paleontología (fósiles), geología y botánica. Aunque su especialidad es la zoología, con un extenso muestrario de mariposas de todo el mundo y escarabajos tropicales. Organiza también talleres y actividades muy participativas, como las de tocar hormigas e insectos. Cuenta con un planetario que cambia la visión de la bóveda celeste cada mes. Es la sede también del Centro de Documentación del Parque Natural del Montseny. En 2012 se construyó otro edificio anexo para ampliar su capacidad expositiva.
Dónde: Palaudàries, 102.
Horario: de martes a sábado, de 16:00 a 19:00 horas. Domingos, de 11:00 a 14:00 horas. Lunes, cerrado.
Entradas: gratuita. Acceso a las actividades: adultos, 4 €. Menores, 2 €.
Otra de las cosas que me gustan de Granollers es la cantidad de buenos restaurantes que los que cuenta. La comarca tiene una intensa actividad de negocios y eso repercute en la cantidad y calidad de sus fogones. Entre los más recomendables están: El Trabuc, cocina catalana en una antigua masía en Palou, la zona agrícola de Granollers. La Taberna d’en Grive, cocina catalana de alta calidad y una extensa bodega. Mifune Neko, el mejor japonés de la zona. La Rectoría de Palou, muy buenos productos de temporada y km. 0, cocina de mercado. La Gamba, en pleno centro histórico, cocina catalana de proximidad. Os Galegos, como su nombre indica, una marisquería gallega, buen pescado. DO (Denominación de Origen), muy buen producto de temporada, con menús del día a buena relación calidad/precio. Fonda Europa, como ya he comentado antes, un clásico de Granollers, con un buen restaurante de cocina catalana e internacional.