Gandia tiene una de las mejores y más famosas playas de la Comunitat Valenciana. Pero Gandia es mucho más que playa. El palacio ducal de los Borja/Borgia es uno de los mejores ejemplos de gótico civil valenciano. Tiene además parajes naturales como la playa de l'Auir —dos kilómetros de dunas virgenes difíciles de ver ya en otros lugares del Mediterráneo—, el marjal de la Safor o el paraje natural del Parpalló. Hay también museos, monasterios, pinacoteca, una lonja de pescado de lo más activa y una gastronomía muy peculiar. Y es el inicio de la ruta por el Territorio Borgia. Un destino de sol y playa que como ves es también un gran destino cultural. Estos son los sitios que ver en Gandia que no deberías perderte.
Publicado por Paco Nadal el 06 de octubre de 2021.
La ciudad histórica de Gandia no estaba en la costa, sino a cuatro kilómetros de ella. Hoy el conjunto urbano llega hasta la costa y engloba las cuatro playas del municipio. De ellas la más grande, turística y famosa es la platja Nord, la playa Norte, un precioso arenal de casi tres kilómetros de largo y 100 metros de ancho. Una de las mejores playas urbanas del Mediterráneo y que ha contribuido especialmente a que Gandia sea una referencia en el turismo de sol y playa. Cuenta con todo tipo de servicios repartidos equitativamente a lo largo de toda su extensión y un paseo marítimo ejemplar, con zonas especiales y diferenciadas para caminantes, para ciclistas, para vehículos y para el descanso. Los servicios funcionan desde primeros de marzo al 1 de noviembre, una de las que tiene mayor temporada de la Comunitat Valenciana. Casi cinco kilómetros de pasarelas de madera ayudan a salvar el arenal entre el paseo y la orilla. Hay tres zonas habilitadas para personas con dependencias. Un lujo de playa, vamos.
Si la playa Norte es el gran arenal domesticado, a continuación de esta se abre otro tramo de litoral salvaje y virgen con dos kilómetros de maravilloso frente dunar sin construir. Es la playa de l'Auir, una joya del litoral valenciano, ejemplo de como era esta costa antes del boom turístico de los años sesenta. Al fondo se siluetean las cimas de la sierra del Mondúver (843 mts), una barrera formidable que condiciona el microclima de Gandia y de toda la comarca de la Safor. La playa de l'Auir es un espacio natural de los que quedan pocos ya en el Mediterráneo. Las otras dos playas son más pequeñas y urbanas, con un caracter más residencial y utilizadas por gente local: playa Venecia y playa Rafalcaid, a ambos lados de la desembocadora del Serpis. En julio, agosto y septiembre el Ayuntamiento organiza rutas guiadas por los espacios naturales de Gandia, que incluyen además de la cueva del Parpalló (ver foto más adelante), esta playa y dunas de l'Auir.
La historia de Gandia gira en torno a la familia Borja y los duques de Gandía. Aunque el ducado fue creado casi un siglo antes por Alfonso de Aragón el Viejo, en 1485 pasó a manos de esta familia noble aragonesa que amplió y mejoró el palacio Ducal como casa matriz de su dinastía. El palacio es un gran ejemplo de gótico civil valenciano y conserva buena parte de la magnificencia y el lujo con que el lo engrandecieron los Borja a lo largo de más de 300 años. Especialmente atractivos son el salón de Águilas, el salón de las Coronas y la Galería Dorada (en la foto), con cinco salas consecutivas de techos pintados al óleo y decoración barroca; eran usadas como sala de baile y festejos. En el palacio nació y vivió uno de los miembros más ilustres de la familia, san Francisco de Borja. El fundador de la dinastía, Rodrigo de Borja logró llegar a Papa con el nombre de Alejandro VI. En Roma italinizó su apellido como Borgia y fue el padre de Lucrecia y César Borgia, personajes controvertidos que junto con su progenitor son para muchos historiadores ejemplo de la manipulación, intrigas, traiciones y nepotismo que envolvían a los Estados Pontificios y las familias aristocráticas europeas en el Renacimiento. Los Borgia fueron también mecenas de algunos de los más grandes artistas de la época, entre ellos Miguel Ángel, Tiziano, El Bosco y Leonardo da Vinci. El palacio Ducal es una de las visitas obligadas si vas a Gandia. La Ruta de los Borja es un itinerario cultural que sigue la huella y el legado de la familia valenciana más universal. Empieza en Gandia, pasa entre otros lugares por Xàtiva, y termina en Valencia.
El convento de Santa Clara fue una de las obras religiosas más importantes de Gandia, fundado como convento de clausura para mujeres de la familia. De él fue abadesa María Enriquez de Luna, nuera del papa Alejandro VI y una de las duquesas que más hizo por engrandecer el ducado. Del antiguo edificio solo queda la iglesia, que hoy alberga la pinacoteca ducal, con grandes obras procedentes de las colecciones privadas de esas mujeres Borja que por solteras o viudas acabaron en el convento. Una de las tablas más valiosas está firmada en 1507 por Pablo San Leocadio, el gran pintor de la época. Anexo estaba el hospital de San Marc, que funcionó como tal durante más de 600 años. Hoy, la sala de Hombres y la sala de Mujeres acogen el museo Arqueológico, que está en pleno proceso de ampliación. Por eso, de momento solo se exibe la colección de Prehistoria, en especial los materiales aparecidos en las excavaciones de la cueva del Parpalló. Se trata de miles de placas de piedra pintadas por homo sapiens entre el 25.000 y el 15.000 s.C y está considerada la mayor colección de arte mueble paleolítico del mundo. Tienes toda la información de horarios y precios en su web.
Es el centro de la vida social y cultural de la ciudad, antigua plaza del mercado. Un lugar con ambiente a cualquier hora, por el que cruzan todas las rutas urbanas y donde apetece sentarse en alguna de sus terrazas a ver pasar el tiempo. A un costado está la iglesia de la Asuncion, empezada a construir por Alfonso el Viejo, primer duque real de Gandia. La concluyó María Enriquez de Luna. El extraño ábside de ladrillo visto es un pastiche añadido en los años 60 del siglo pasado. En otro de los lados queda la Casa de la Vila, actual Ayuntamiento, construida en 1781.
El ciudadano más famoso de Gandia es el tío de la Porra. Se trata de un personaje de ficción ataviado como el Tambor Mayor de la milicia nacional que combatía la invasión napoleónica. Con nariz y gafas postizas recorre las calles de la ciudad -y muy en especial, los colegios- anunciando la llegada de la Fira y Festes de Gandia, el gran periodo de festejos local. Está inmortalizado en una estatua delante de la Casa de la Cultura, antiguo palacio de marqués de González de Quirós.
Gandia tiene una de las flotas de bajura, en especial de arrastre y trasmallo, más potentes del Mediterráneo español. Su puerto es de los más activos de la costa valenciana. Todas esas capturas se subastan de lunes a viernes, de 16:15 a 18:00 en la lonja de pescado del puerto. La sesiones están abiertas al público, que puede ver las operaciones comerciales desde el ventanal que se ve arriba en la foto, donde está el bar-restaurante. No está permitido acceder a las gradas. De todas formas, conviene avisar que las subastas de pescado ya no son lo que eran: el proceso oral de ir cantando los lotes y el precio a la baja desapareció por el más aséptico pero funcional de la electrónica. Los lotes de pescado aparecen en una pantalla, con la especie, el peso y el precio de inicio. Y los compradores accionan su pedido con un mando a distancia.
La sierra de Modúver es como una pantalla gigantesca que atrapa las vientos húmedos de levante y genera un microclima más lluvioso que el resto del litoral. Toda esa agua termina por alorar en manantiales a los pies de la sierra que dan vida al marjal de Gandia o marjal de la Safor, ya que afecta a tres municipios más de la comarca. Un afloramiento de agua dulce que forma lagunas y humedales en los que viven una gran cantidad de aves residentes y migradoras además de otras especies terrestres. Es el gran pulmón verde de Gandia, el espacio de recreo al que ir a caminar, a montar en bici o a observar fauna. Encontarás varios senderos y un circuito señalizado de 4,5 kilómetros en torno a las lagunas. Tiene también una importante función de educación ambiental. A la entrada verás un gran edficio de forma cuadtrada: es la Alquería del Duc, una construcción fortificada que los duques de Gandia construyeron en el siglo XVI como finca de caza y recreo. Desde 1996 alberga un centro de estudios turísticos.
El microclima húmedo de la sierra de Mondúver se disfruta en toda su intensidad en este parque natural dentro del término municipal de Gandia, a 10 kilómetros de la ciudad por la carretera CV-675 en dirección a Barx. Es un bello ejemplo de serranía mediterránea, con relieves calizos muy erosionados por la disolución karstica y una vegetación bien adaptada a los veranos extremos. El valle tiene una de las mayores pluviometrías de España, con aguaceros intensos y muy concentrados. Existen muchos de senderos para caminantes y ciclistas. El más popular es la senda Parpalló-Font del Garrofer, circular y de unos ocho kilómetros, que empieza en el aparcamiento del centro de interpretación que está al lado de la carretera. Un lugar al que debes de ir para conocer más del parque, de sus senderos y sobre todo, de su gran atracción: la cueva del Parpalló. Se trata de un abrigo de roca que bandas de cazadores recolectores de homo sapiens utilizaron en el Paleolítico durante más de 10.000 años como refugio y lugar de reuniones sociales y ritos religiosos. De aquella larguísima ocupación quedaron miles de piedras planas pintadas con motivos de caza. Los diferentes estratos de la cavidad se excavaron entre 1929 y 1931 sin demasiados criterios científicios para salvar el material del expolio al que estaba siendo sometido. Aún así, se salvaron más 5.000 piedras pintadas en buen estado, la mayor colección de arte mueble paleolítico de Europa. Buena parte de ellas se exhibe ahora en el museo de la Prehistoria de Valencia.
El gusto por los helados y el hielo como forma de conservación no es reciente. Desde la Edad Media, los habitantes de las montañas más altas del arco mediterráneo, en las que en invierno eran frecuentes las nevadas, aprendieron que en construcciones adecuadas, esa nieve se podía mantener muchos meses para bajaral luego en mulas por la noche a las ciudades y venderla cuando llegaba el calor del verano. Son los pozos de la nieve, muy habituales en estos pagos. Uno de los pozos de nieve más grandes conocidos está en el termino muncipal de Barx, a unos tres kilómetros pasado el centro de interpretación del parque natural del Parpalló. El pozo se conocía desde hace muchas décadas, pero el túnel de acceso por el que se metía y sacaba la nieve en la parte inferior se descubrió y puso en valor hace apenas cuatro años. Pertenecía al monasterio de Santa María de la Valldigna, que está en un valle contiguo.
Otra de las grandes fundaciones de los primeros duques de Gandia fue este enorme monasterio, hoy en término municipal de Alfauir, a ocho kilómetros de Gandia. El conjunto, original de 1388, es un fantástico recorrido por la arquitectura desde el siglo XIV al XVIII y tiene elementos góticos, mudéjares, renacentistas, barrocos y neoclásicos. Fue el primer monasterio de la orden de los Jerónimos en la corona de Aragón y gran centro espiritual y cultural del ducado, muy vinculado a importates intelectuales de la época como Ausiàs March o Joanot Martorrell. A destacar la iglesia de planta basilical, los dos claustros -en especial el inferior, de estilo gótico-mudéjar-, el espectacular refectorio, el salón de Armas y los jardines románticos. El monasterio de propiedad privada y está abierto al público. Se puede visitar en su totalidad. Información para visitas guiadas en su web. En verano organizan un festival de música. También se alquila para bodas y eventos privados.