La plaza Mayor, la plaza de la Villa, el Palacio Real… Madrid tiene lugares archiconocidos que esconden historias y leyendas fascinantes. El Madrid de los Austrias es la ruta más fotografiada y famosa del centro de la capital, pero esconde rincones y secretos aún encantadores. En este post encontrarás algunos consejos para descubrir el centro histórico de Madrid y recomendaciones de lugares que no te puedes perder si piensas visitar Madrid, la ciudad donde vivo y a la que siempre vuelvo.
Actualizado por Paco Nadal el 11 de octubre de 2023.
Por el Madrid de los Austrias se conoce geográficamente el área donde se encuentra el antiguo trazado medieval de la ciudad y el conjunto urbano desarrollado por los monarcas de la Casa de Austria, entre 1561 y 1700. La transformación de la ciudad sucede principalmente durante los reinados de Carlos I, Felipe II y Felipe III hasta Carlos II, con quien se extingue la rama española de la dinastía de los Habsburgo. En este periodo, Madrid pasa de ser una villa a ser el epicentro económico, social y político de España y la mayor potencia de Europa durante el reinado de los Austrias Mayores.
Verás estas magníficas cartelas de cerámica encastradas en las calles de los barrios más antiguos de Madrid desvelando las pistas de su pasado. En cada esquina, y a la altura de la primera planta de los edificios, te cuentan el origen de los nombres de las vías con dibujos que nos remontan a la época de Felipe II y que aluden a acontecimientos históricos, oficios, anécdotas o personajes ilustres de la época. No pierdas de vista algunas de las más pintorescas: 'Travesía del horno de la Mata', que hace alusión al horno de pan que existía en aquella época en el barrio. O la de 'calle de Manuela Malasaña' honrando la memoria de la heroína madrileña de 17 años caída ante las tropas francesas en 1808. Muy conocidas y visitadas también son la de la 'calle de la Cava Alta', cuyo origen se remonta a una mina que se hizo para salvar la antigua muralla en esa zona donde no había puerta; o la de la 'calle de la Esgrima', relacionada con la 'calle de la Espada', donde existían establecimientos dedicados a enseñar esas disciplinas. No hay una ruta específica diseñada para seguir las placas, ni página web que desvele la historia de cada cartela, pero sí un libro con más de 400 ilustraciones a color que forman parte de esta serie de placas de las calles de Madrid. Si te fascina Madrid, no dudes en hacerte con un ejemplar.
Otro consejo que te doy es que, durante tu visita por el Madrid de los Austrias, estés atento a descubrir las placas de bronce conmemorativas que otorgó la ciudad de Madrid a sus comercios centenarios en el año 2007. Esta iniciativa es parte del Programa de Reconocimiento de Comercios Centenarios, que destaca el servicio a los ciudadanos y su integración en el patrimonio histórico y cultural de Madrid. Las verás en el suelo delante de negocios emblemáticos como el restaurante Lhardy o la Real Botica de la Reina Madre. Si te topas con una de esas placas, no dudes en entrar al comercio, te transportará al pasado, disfrutarás de bellos espacios y mobiliarios, comprarás o degustarás auténticos manjares o te alojarás en casas con solera. En esta WebApp descubre por actividad el listado de los comercios centenarios.
Aunque no es exactamente parte del Madrid de los Austrias, es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Madrid y punto de partida habitual de la visita. En sus orígenes (y de ahí el nombre) aquí se encontraba uno de los accesos de la antigua muralla que rodeaba Madrid en el siglo XV, y al ser la puerta más al este —por la que salía el sol— adoptó el nombre. Hoy no existe ni la puerta ni la muralla, pero a la plaza se conserva el nombre. A lo largo de los siglos su aspecto ha ido cambiando. En el siglo XVIII se construye la Casa de Correos, el edificio más antiguo del lugar, y hacia mediados del siglo XIX la plaza toma su diseño definitivo al edificarse el urbanismo moderno. Hay tres puntos que no debes dejar de fotografiar en tu visita. La estatua del Oso y el Madroño, símbolo de Madrid. El reloj de la Casa de Correos, famoso en toda España por ser el lugar desde donde los madrileños (y turistas) despiden la Nochevieja cada fin de año desde 1962 y el kilómetro Cero, punto señalizado donde empiezan las seis autopistas radiales (antiguas carreteras reales) de España y que se tuvo siempre por el centro geográfico de la península (no es cierto).
Dónde: Puerta del Sol.
Han pasado 400 años, por lo que este es un lugar simbólico donde realizar un ejercicio de imaginación para conocer la historia y descubrir el Madrid de los Austrias. Durante el reinado, lo que ahora ocupan los actuales almacenes de Pontejos (quizá la mercería más popular de la ciudad), se encontraba el convento de San Felipe el Real y sus gradas fueron el enclave de uno de los mentideros más famosos de la villa desde el Siglo de Oro: las gradas de San Felipe. Los mentideros de Madrid eran lugares donde los madrileños se reunían para conversar, chismorrear y enterarse de los últimos acontecimientos y noticias. Este, por su estratégica ubicación cerca a la Real Casa de Correos, se convertió en un lugar óptimo para las tertulias y novedades. Vamos, cotilleo puro. Encuentra aquí información sobre los mentideros más famosos de Madrid.
El epicentro del Madrid de los Austrias, una preciosa plaza porticada en el corazón del casco antiguo de la ciudad. La plaza Mayor empezó a construirse sobre la antigua plaza del Arrabal, donde se encontraba el mercado de la villa hacia fines del siglo XV, fuera del recinto amurallado. Es la plaza mayor más grande de España y durante siglos ha sido testigo de festejos populares, corridas de toros, representaciones teatrales, beatificaciones, coronaciones y otros como autos de fe. En ella no debes perderte:
La Casa de la Panadería
Construida en 1590, actual Centro de Turismo de Madrid. Este edificio sirvió de modelo para edificar el resto de los edificios de la plaza. La fachada actual muestra unas pinturas murales contemporáneas obra de Carlos Franco llevadas a cabo en 1992. En ella que se distinguen figuras mitológicas relacionadas con la historia de Madrid como la diosa Cibeles.
El Arco de Cuchilleros
Esta plaza ha sufrido tres incendios importantes. El más devastador fue el de 1790, tras el cual la fisionomía de la plaza cambió muchísimo tras su reconstrucción. Se redujo en dos alturas las fachadas, se cerró la plaza en las esquinas y se levantaron nueve arcos de acceso. El de Cuchilleros es el más monumental y conocido. Aquí se ubicaban los talleres de cuchilleros proveedores de la Casa de la Carnicería, los carniceros de la plaza Mayor.
La estatua de Felipe III
El monarca inmortalizado en esta gran pieza de bronce fue aficionado a las artes —al teatro y la pintura— y amante de la caza y a su reinado se le atribuye el esplendor del Siglo de Oro. Delegó sus asuntos de gobierno en su valido, el duque de Lerma, otro gran personaje de la época. La escultura que custodió durante siglos el acceso a la Casa de Campo fue prestada por la reina Isabel II en 1848 a la ciudad, quien la ubicó en su emplazamiento actual.
El mercado de San Miguel está situado al lado de la plaza Mayor de Madrid y es una de las atracciones turísticas más solicitadas de la capital, superando los diez millones de visitantes al año. No pertenece al Madrid de los Austrias, ya que fue construido en 1916 en el solar de la iglesia de San Miguel, pero lo menciono porque es una parada obligatoria en la ruta. Fue durante casi 100 años el antiguo mercado de abastos del centro de la ciudad, cuando el de la plaza no daba más de sí. En la actualidad, y tras una sofisticada reforma siguiendo la línea del mercado de La Boquería en Barcelona, este edificio histórico es uno de los referentes gastronómicos madrileños donde encontrar los sabores más destacados de cada uno de los rincones de España. Encontrarás además de puestos de venta de productos, un tapeo caro, pero de calidad. Merece mucho apreciar la estructura original de hierro de principios del siglo XX.
Dónde: mercado de San Miguel.
La plaza de la Villa es uno de los rincones más tranquilos del centro del Madrid porque a él no ha llegado el comercio. En esta plaza tienen origen tres calles que nos permiten comprender el caprichoso trazado medieval de la ciudad: la del Cordón, la del Codo y la de Madrid. Fue el centro de la antigua ciudad y está peatonalizada. Aquí se encuentran tres edificios y un monumento que no debes dejar de apreciar. La casa y torre de los Lujanes, un edificio de estilo gótico-mudéjar que data del siglo XV; la Casa de Cisneros, un palacio plateresco que cierra la parte meridional de la plaza y data del siglo XVI, y la casa de la Villa de estilo barroco (siglo XVII), antigua sede del Ayuntamiento de Madrid. El monumento que se encuentra en el centro de la plaza es una estatua de finales del siglo XIX del marino Álvaro de Bazán, nombrado por Felipe II Capitán General de las Galeras de España.
Dónde: plaza de la Villa.
En la actualidad, este edificio histórico debería ser la morada regia, sin embargo, los actuales monarcas habitan un palacio más discreto, el de la Zarzuela y solo lo utilizan sólo para recepciones reales. Parte de sus más de 3.000 estancias, su patio cuadrado y la plaza de Armas están abiertos al público. Lo interesante de este palacio es que ocupa un espacio físico muy importante dentro de la historia de España. Antiguamente, en época hispanomusulmana, aquí se emplazaba una alcazaba construida por el emir Mohamed I y cuyo propósito era defender Toledo del avance de los cristianos. Más adelante fue habitada esporádicamente por los reyes de Castilla y en el siglo XIV se transformó en lo que se conociera como el Antiguo Alcázar. Carlos I y su hijo Felipe II convirtieron la fortaleza en residencia permanente de los monarcas. En 1734 un incendio arrasó el edificio y sobre las cenizas, Felipe V mandó construir el palacio actual. A resaltar durante la visita turística al palacio la escalera principal, el salón del Trono, el salón de Alabarderos, el salón de baile que Carlos III reconvirtió en Sala de Guardias, el Salón Gasparini, la Real Farmacia, la Capilla Real, la Real Armería y la galería de pintura.
Una de las recientes novedades del palacio es la visita a la Real Cocina, un ejemplo fascinante de cocina histórica de las residencias reales europeas que te recomiendo visitar. Si quieres ahorrarte la cola de entrada al Palacio Real y disfrutar de la mano de una guía profesional, puedes reservar aquí una visita guiada al Palacio Real de Madrid.
Dónde: Palacio Real.
Horario: de octubre a marzo, todos los días de 10:15 a 17:00 horas. De abril a septiembre, todos los días de 10:15 a 19:00 horas. El palacio permanece cerrado el 1 y 6 de enero, el 1 de mayo y el 25 de diciembre. El 24 y el 31 de diciembre abre solo hasta las 15:00 horas (taquilla hasta las 14:00 horas).
Entradas: existe un amplio rango de tarifas para las entradas, que puedes consultar y adquirir en este enlace. Ten en cuenta los horarios y condiciones para la entrada gratuita para ciudadanos de la Unión Europea: de lunes a jueves en la taquilla del Palacio Real de Madrid de 16:00 a 18:00 horas (octubre a marzo) y de 17:00 a 19:00 horas (abril a septiembre).
Más datos de interés:
El Palacio Real acoge el cambio de guardia todos los miércoles y sábados (excepto julio, agosto y septiembre y aquellos días en los que se celebra algún acto oficial o las condiciones meteorológicas lo impidan) y el primer miércoles de cada mes, el relevo solemne. Tienes aquí toda la información.
Para tapear, Casa Labra en el 12 de la calle Tetuán, cerca a la Puerta del Sol. Una antigua casa de comidas fundada en 1860. De escándalo el bacalao rebozado en tajadas y las croquetas. ¿Para comer?¡Un cocido! No dejes de probar el más famoso de Madrid, el de La Bola. En 1870 una asturiana regentó este restaurante, cuyo cocido se dice que era el preferido de la familia Real. Hoy, la sexta generación sigue sirviéndolo en el tradicional puchero de barro. Si te gusta el dulce, no dejes de visitar la confiteria El Riojano, fundada en 1855 por el pastelero Dámaso de la Maza, empleado de la Casa Real. El obrador sigue el calendario tradicional de Madrid: roscones de Reyes, panecillos de San Antón, rosquillas tontas y listas, azucarillos de San Isidro, huesos y buñuelos de santo, la corona de la Almudena, etc. ¡Una delicia! Otra parada imprescindible para los dulceros es la chocolatería San Ginés, situada en uno de los pasadizos más antiguos de Madrid, entre Arenal y Mayor. Los churros con chocolate son ¡de vértigo! Para dormir te recomiendo la Posada del Peine, uno de los hoteles más antiguos de Madrid, inaugurado a principios del siglo XVII para ofrecer alojamiento a los huéspedes y forasteros que llegaban a la Corte.