¿Visitar Austria en tren? Y por qué no. El país cuenta con una excelente red de ferrocarril, rápido, limpio y puntual. Esta ruta en tren por Austria que acabo de hacer te permitirá descubrir en unos 10 días lo mejor del Tirol y alguna de sus ciudades icónicas, como Innsbruck, Salzburgo o Viena. Te doy todas las claves para viajar en tren por Austria. Además, con la posibilidad de alojarse en granjas.
Actualizado por Paco Nadal el 20 de noviembre de 2023.
La red de ferrocarril pública austriaca se llama ÖBB (Österreichische Bundesbahnen) y es eficiente, moderna y puntual. Y llega a casi todos los rincones del país. Los Railjet son la gama más moderna de trenes de ÖBB, la versión de nuestro AVE: circulan a 230 kilómetros/hora, tiene WIFI gratis, clase Business, Primera y Economy, restaurante, vagones panorámicos, zonas familiares, puedes llevar bicicletas, llegan hasta el aeropuerto de Viena y enlazan con todas las capitales de los países fronterizos con Austria. Para el recorrido que te propongo en este artículo volé desde España hasta Zúrich (Suiza) y allí tomé el Railjet Express (tiene varias salidas diarias) hasta Viena y me bajé en la estación de San Anton am Arlberg (2 horas y 21 minutos; 50 € aprox.), para empezar explorando esta zona del Tirol. Tienen un planificador de rutas online muy útil para buscar horarios y tarifas y comprar billetes. Más información en la web oficial de ÖBB.
Mi primera parada fue en esta famosísima estación de montaña del Arlberg (Tirol), un lugar perfecto para poner la base de operaciones para hacer senderismo y actividades de aire libre durante unos días en esta esquina del Tirol. Se puede subir en teleférico hasta el Valluga (2811 metros), el techo del Arlberg, desde donde en días claros se divisa una panorámica excepcional de los Alpes. Hay multitud de senderos señalizados de mediana dificultad para caminar con toda la familia. Se puede llegar a pie o en bici hasta alguna gasthof (posada) de montaña, como Almfrieden cerca de Pettnau, y probar la contundente gastronomía tirolesa. O subir la smontaás en busca de lagos y cascadas en bucólicos parajes, como los del lago Kartell o el lago Maiansee. Tienes más información en la web de la oficina de Turismo de Sankt Anton.
Dónde: Sankt Anton am Arlberg.
Aunque la red de hostelería de Austria es enorme una buena opción en zonas de montaña —por ejemplo, el Tirol— es alojarse en una granja. Hay muchísimas instalaciones agropecuarias aún en funcionamiento en Austria que admiten huéspedes. El mismo concepto de agroturismo con el que empezaron las casas rurales en España. Puede suponer una excelente experiencia de contacto con la población local, ver cómo vive y cómo trabaja, visitar los establos y ocasionalmente ayudarles en las faenas de la granja, probar la mantequilla, los quesos, las mermeladas y otros productos caseros que hacen. Y sobre todo conocer un país desde dentro, conviviendo y hablando con su gente y no pasando de puntillas como un turista más. Hay alojamiento en granjas tradicionales, de agricultura orgánica, especializadas en caballos, bodegas, chalés de montaña adaptados para familias con niños. Aquí tienes toda la información para dormir en una granja en el Tirol o en el resto de Austria.
Dónde: Tirol.
A poco más de una hora de tren Railjet desde Sankt Anton aparece la siguiente y obligatoria parada: Innsbruck, la capital del Tirol. Una de las ciudades más bellas de Austria. Y no solo por lo que contiene —que es mucho— sino por lo que le rodea. Innsbruck nació en torno a un puente sobre el río Inn en un valle rodeado de bellísimos picos que cuando la nieve los pinta de blanco forman el mejor decorado que ciudad alguna pudo soñar. No es de extrañar que grandes emperadores y emperatrices de la casa Habsburgo, como Maximiliano I o Maria Theresa de Austria la engrandecieran construyendo castillos y palacios. Uno de ellos es el Hofburg, el palacio imperial, de visita obligada. Tampoco debes perderte la Hofkirche, la iglesia imperial donde está enterrado entre otros, Maximiliano I. Y el Schloss Ambras, el castillo que el archiduque Fernando II reconvirtió en un fastuoso palacio renacentista. Pasea por sus calles, escucha tañir las campanas, sube a la Torre de la Ciudad para ver desde allí el Tejadito Dorado —puedes llevar tu entrada anticipada—, entra a sus venerables restaurantes cargados de historia. Y sobre todo, sube en el teleférico de Nordkette (sale desde la misma plaza del Hofburg y también puedes asegurar tu entrada comprándola previamente) para contemplar desde allí, si el día está claro, el espectacular circo de montañas que envuelve a Innsbruck. En esta ciudad existe la tarjeta turística Innsbruck Card que te permite moverte (sin límite) en transporte público e incluye el acceso a varios monumentos y descuentos para ciertas actividades. Puedes conseguir aquí tu Innsbruck Card.
Horario del Hofburg: todos los días de 9:00 a 17:00 horas. Última entrada, 16:30 horas. Cierra del 8 de enero al 4 de febrero de 2024 por trabajos de revisión.
Entrada al Hofburg: puedes consultar los precios de las distintas entradas en este enlace. Recuerda que el acceso a este palacio está incluido en la Innsbruck Card, que te nombraba al final del texto anterior.
Si tienes tiempo, no te pierdas este bucólico pueblecito medieval situado a solo nueve kilómetros de Innsbruck. Hall creció gracias a los beneficios de una cercana mina de sal y conserva aún hoy su fisonomía auténtica de pueblo tirolés, con sus casas de tonos pastel. Da un paseo por sus calles, especialmente agradables al anochecer, y no te pierdas el Burgg Hasegg, el castillo donde se acuñaba una moneda llamada thallers, de donde deriva la actual palabra dólar. Se puede llegar en tren desde Innsbruck (tienen varias salidas diarias).
Dónde: Hall in Tirol.
Para llegar desde Innsbruck a Salzburgo, el Railjet toma 1 hora y 50 minutos atravesando territorio alemán para acortar camino. Pero el viajero solo se entera porque cambia el operador de la compañía telefónica en su móvil. Salzburgo es otra de las joyas ineludibles de Austria. La ciudad de Mozart, de la cultura y de los príncipes-arzobispos que construían fastuosos palacios para sus amantes, como el de Mirabell, desde cuyos jardines se tiene una de las vistas más bellas de la ciudad. Hay muchas cosas imprescindibles de ver en Salzsburgo: el castillo, las calles peatonales del casco histórico, en especial Getreidegasse (la calle comercial), el Dom (catedral), con su imponente cúpula; la Residenz, el palacio barroco de la ciudad-estado de Salzburgo, o las casas de Mozart. Ojo porque hay dos: en mi opinión la que menos merece la pena es la casa natal (Geburthaus); hay poco que ver. Si decides visitar solo una, mejor la de Makart-pltaz (Wohnhaus). En verano se celebra el famosísimo festival de Salzburgo, con cientos de actividades culturales. Y como en Innsbruck, también hay una Salzburg Card con la que tendrás acceso a muchos espacios de interés.
Dónde: Salzburgo / Hohensalzburg.
Horario del castillo Hohensalzburg: de enero a abril, de 9:30h a 17:00 horas. De mayo a septiembre, de 8:30 a 20:00 horas (museos, habitaciones principescas, teatro mágico de 9:00 a 19:00 horas). De octubre a diciembre, de 9:30 a 17:00 horas. Pascua y fines de semana de Adviento, de 9:30 a 18:00 horas. El 24 de diciembre, de 9:30 a 14:00 horas. Último acceso 30 minutos antes del cierre.
Entradas al castillo Hohensalzburg: la entrada general básica (incluye la subida y el descenso en funicular a la fortaleza), 14 €. Menores de 6 a 14 años, 5,70 €. Para consultar el resto de las entradas, puedes consultar este enlace.
De Salzburgo a Linz hay otra hora y diez minutos de tren. Linz, antigua ciudad industrial, está a mitad de camino entre Salzburgo y Viena, dos potencias históricas y monumentales con las que era difícil rivalizar. Así que la ciudad tuvo que buscar su propia identidad, unas señas que la definieran. Y las encontró en el arte contemporáneo. Linz es la capital de la cultura moderna de Austria. Y sus dos máximos exponentes estan a orillas del Danunio, uno frente a otro. Por un lado el Lentos, uno de los mejores museos de arte contemporáneo del país, y por otro, el Ars Electronica Center, dedicado a la tecnología, la ciencia y los medios digitales, cuya fachada cambia de color durante la noche y se ha convertido en el símbolo de la ciudad. Pero es que, además, Linz tiene un centro histórico muy bello y armónico, lleno de placitas y agradables calles peatonales. La plaza mayor se llama Hauptplatz y es rectangular y en pendiente. Más cosas que ver en Linz: los murales de grafitis del puerto, la soberbia catedral gótica, y el Pöstlingberg, una basílica en una colina que domina la ciudad y el Danubio, con las mejores vista de la región. Se sube en un tranvía antiguo que sale de la Hauptplatz (cada 15 minutos en fin de semana, cada 30 en laborables).
Dónde: Linz.
El aeropuerto de Viena, al que ya llegan los trenes Railjet, es la salida natural de este viaje en tren a través de Austria. Desde Salzburgo puedes ir directamente al aeropuerto sin cambiar de tren en la estación central de Viena. Pero si tienes más días, no hace falta decir que se los debes dedicar a la capital austriaca, una ciudad que por sí misma justifica cualquier viaje. Viena es una de las capitales más antiguas y monumentales de Europa, la ciudad de la música, del imperio Austro-Húngaro, meca de la cultura y de la filosofía. En la capital, si deseas bucear a fondo en su enorme catálogo monumental, dispones del Vienna Pass, con el que tendrás acceso gratuito a más de 70 atracciones, como los palacios Schönbrunn, Hofburg y Belvedere, el autobús turístico, la Catedral, la Casa de Mozart, etc.
Dónde: Viena / palacio de Schönbrunn.
Horario de Schönbrunn: palacio, todos los días de 8:30 a 17:00 horas. Jardines, todos los días de 6:30 a 17:30 horas.
Entradas de Schönbrunn: la entrada Grand Tour (incluye audioguía), 29 €. Reducida, 24 €. Menores de 6 años: 21 €. Si quieres consultar más, puedes hacerlo en el enlace oficial.
Como has leído, viajar por Austria en tren es sencillo. El país cuenta con una excelente red de ferrocarriles; son rápidos, limpios y puntuales. Te cuento en este vídeo cómo cruzar Austria en tren visitando lugares icónicos, como el Tirol, Innsbruck, Salzburgo o Viena.