Si nunca has estado, tienes que visitar Ronda. Pocas ciudades andaluzas han sido tan loadas y ensalzadas como esta ciudad de Málaga, famosa por su puente y su plaza de toros. Pero además de esos dos hitos, hay tantas cosas que ver en Ronda, que el viajero se aturde. Te cuento en este post los mejores sitios para visitar en Ronda y aprovechar bien tu estancia.
Actualizado por Paco Nadal el 17 de julio de 2023.
Un buen lugar para iniciar la ruta urbana por la Ronda monumental es su famosa plaza de toros. Si además acudes a primera hora, es decir, a las 10 de la mañana, cuando el coso se abre para las visitas, podrás disfrutar de esta pequeña bombonera del arte taurino sin demasiados agobios ni apreturas. La plaza es una de las más antiguas y bonitas de España y está ligada a la fundación, por Felipe II en 1752, de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, que necesitaba un espacio para sus ejercicios ecuestres y las corridas de rejoneo a caballo. Tiene un total de 5.000 plazas, algo sorprendente para la época, todas bajo techado en un círculo perfecto de dos pisos con arcos soportados por 136 columnas toscanas. El coso tiene 66 metros de diámetro. En 1954 se instauró la corrida goyesca, el espectáculo anual que engalana a la plaza rondeña con vestimentas y decoración a la usanza de la época del pintor Francisco de Goya (1746-1828). Los bajos del tendido de sombra graderío albergan un museo taurino. Si te apetece un tour guiado por la plaza de toros de Ronda, no tienes más que reservarlo en este enlace. Muy cerca está el hotel Maestranza, una buena opción de alojamiento en Ronda: bien decorado, excelente servcio y muy buena ubicación.
Dónde: plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda. Calle Virgen de la Paz, 15.
Horario: todos los días, de noviembre a febrero, de 10:00 a 18:00 horas. De abril a septiembre, de 10:00 a 20:00 horas. De marzo a octubre, de 10:00 a 19:00 horas.
Entrada: general, 9 €. General con audioguía, 10,5 €. Puedes comprar tu entrada por anticipado en su página oficial.
Desde el coso rondeño podemos ir hasta la plaza de España directamente por la calle José Aparicio, pero es mucho mejor dar un pequeño rodeo por el paseo de Blas Infante, donde una lápida de azulejos recuerda al padre del andalucismo histórico. Al final del jardín se llega al paseo que bordea el acantilado de casi 180 metros de altura sobre el que se levanta la ciudad. El corazón se empequeñece ante el paisaje tan diáfano y grandioso que se tiene de la campiña y los cortados que envainan al río Guadalevín. ¡Que no te dé miedo asomarte al balcón! Por cierto, en el nº 1 de la calle José Aparicio está Bardal, uno de los mejores restaurantes de Ronda; no es barato, pero la experiencia resulta sublime.
Dónde: paseo de Blas Infante.
Sea cual sea la ruta elegida, se llega a este gran espacio urbano, uno de los más diáfanos de la vieja Ronda y fruto de la ampliación llevada a cabo a partir del siglo XVI, cuando el aumento de la población y el auge económico estiraron el perímetro urbano al otro lado del tajo del Guadalevín. La plaza actual corresponde a las mejoras llevadas a cabo en el siglo XIX, que incluían también las obras de un nuevo Ayuntamiento, inaugurado en 1843. Sobre este se reedificó en 1944 el actual Parador de Turismo de Ronda, que preside la plaza: un muy buen hotel para alojarse en Ronda. Es uno de los puntos más bulliciosos de Ronda y paso obligado de cualquier ruta urbana.
Dónde: plaza de España.
El icono más representativo de Ronda en todo el mundo, el puente Nuevo, empezó a gestarse a principios del siglo XVIII, dado el tamaño que había adquirido la ciudad y la incomodidad y el freno que suponía para su desarrollo tener que bajar hasta el puente Viejo y volver a subir cada vez que se deseaba ir de uno a otro barrio. El puente, inaugurado oficialmente en 1793, tras 42 años de obras, es un prodigio de la ingeniería de la época y un emblema insustituible de la ciudad. La vista desde el pretil es bella a cualquier hora del día, como lo es la vista desde el fondo del tajo para admirar la grandiosidad de sus formas y de paso tomar la foto más típica de Ronda, repetida en mil folletos y postales. Pero es al caer la noche, cuando Ronda queda bajo el embrujo de unas luces anaranjadas que recuerdan vagamente a la de las viejas antorchas, cuando un paseo por el puente y sus aledaños transportan al viajero al siglo XVIII. El arco que hay entre los dos pilares fue usado primitivamente como prisión. Hoy es el Centro de Interpretación del Puente Nuevo.
Dónde: puente Nuevo.
Una vez cruzado el puente se entra en la vieja madinat, el perímetro de la antigua andalusí. Tomamos la primera calle a la derecha, la calle Tenorio, y por ella nos adentramos en un espacio urbano inalterado en el tiempo, con palacetes y casas del XVIII y el XIX a ambos lados, que dan forma a una de las ciudades más hermosas y cantadas de Andalucía. A mitad de la calle, a la derecha, conviene entrar en la casa museo Don Bosco, una de las famosas viviendas colgadas al tajo del Guadalevín, que perteneció a una familia adinerada de principios del siglo XX. Al morir sin herederos, la donaron a la congregación salesiana de San Juan Bosco como casa de retiro, que mantiene abierta parte de la instalaciones al público. Solo se puede ver la planta baja, pero es suficiente para hacerse una idea de cómo era la vida de la alta sociedad rondeña en estas mansiones de estilo modernista. El mobiliario de madera de nogal es el original de 1850.
Dónde: casa museo Don Bosco. Calle Tenorio, 20.
Horario: de lunes a domingo, de 10:00 a 19:00 horas.
Entrada: general, 2,50 €. Mayores de 65 y personas con diversidad funcional, 2 €.
La calle Tenorio desemboca en la plaza de María Auxiliadora y el mirador del Campillo, desde donde parten las escaleras que bajan al cauce del Guadalevín hasta la zona donde se ubicaban los molinos del siglo XIII, protegidos por otra cerca conocida como la muralla de la Albacara, de la que se conservan dos puertas. Es en este punto, en el fondo del tajo, es donde se obtiene la vista completa del puente que suele aparecer en folletos y postales.
Muy cerca de la plaza de María Auxiliadora aparece este palacio, la obra civil más importante de Ronda, que descansa sobre el basamento del antiguo palacio del rey mahometano de Ronda, Abb el Malik, y de los gobernadores árabes de la ciudad. El palacio de Mondragón fue también residencia de los Reyes Católicos durante su estancia en la ciudad, en 1485. La fábrica actual es la de un gran edificio de sillería, con una portada monumental que corresponde a las obras llevadas a cabo en el siglo XVIII; tras ella se abren dos bellos patios. El primero es el patio del Aljibe, con arcos de medio punto y columnas toscanas que soportan una galería en L; el segundo, el patio Mudéjar, con arcos de medio punto decorados con azulejos y galería de madera. Desde él se accede a los jardines, que se suponen son herederos de los del palacio musulmán original. El palacio acoge el Museo Municipal de Ronda.
Dónde: museo Municipal de Ronda - Palacio de Mondragón.
Horario: de martes a viernes, de 9:30 a 20:00 horas. Sábado y lunes, de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 20:00 horas. Domingo, de 10:00 a 15:00 horas.
Entrada: general, 4 €. Reducida (estudiantes menores de 26 años y mayores de 65 años), 3 €.
Si a la salida del palacio giramos a la derecha y seguimos recto, llegaremos a la plaza de la Duquesa de Parcent, espacio principal y protagonista de la ciudad vieja, donde han estado los edificios y templos representativos del poder de las diferentes culturas que han pasado por Ronda. El edificio principal de la plaza es la Colegiata de Santa María la Mayor, mandada construir, cómo no, sobre la antigua mezquita aljama nazarí que, a su vez, pudo ocupar el espacio de algún edificio romano. La parte más antigua del templo, el coro y el trascoro, corresponde al gótico. Destaca el altar del Sagrario, una recargadísima obra barroca terminada en 1773 con columnas salomónicas, todo tipo de ornamentación vegetal y un altorrelieve de la Encarnación. Detrás de este altar se conserva el arco del Mirahb, decorado con yeserías de motivos vegetales y caligráficos, único elemento que se ha conservado de la antigua aljama musulmana. El otro edificio es el del Ayuntamiento, a la derecha de la colegiata. Un sorprendente edificio con fachada de doble arcada construido en 1743 como cuartel militar que también fue pósito y alhóndiga. En 1978 se rehabilitó para albergar las dependencias municipales.
Dónde: plaza de la duquesa de Parcent, s/n.
Horario: todos los días, de noviembre a febrero, de 10:00 a 20:00 horas. Marzo y octubre, de 10:00 a 19:00 horas. De abril a septiembre, de 10:00 a 20:00 horas. Cerrado el 25 de diciembre y el 1 de enero.
Entrada: general con audioguía, 4,5 €. Mayores de 65 con audioguía, 3 €. Menores de 11 a 18 años, sin audioguía, 2 €. Menores de 10 años, gratis.
Por detrás del Ayuntamiento salimos a la transitada calle Armiñán y giramos a la derecha para ir en busca de lo que queda de las murallas en el barrio de San Francisco, una zona con rica arquitectura popular rondeña. Un poco más abajo el paseo se topa con el límite sur de la madinat nazarí, marcado por unos lienzos de la muralla musulmana de los siglos XIII y XIV que arropan a la puerta de Almocábar o del cementerio, con dos arcos de herradura y uno ojival protegidos por dos grandes torreones semicirculares de mampostería. Hay un segundo vano en la muralla que corresponde a obras llevadas a cabo en el siglo XVI, en tiempos de Carlos I.
Dónde: puerta de Almocábar.
Si una vez en la calle Armiñán en vez de ir a la derecha, retrocedes un poco hacia la izquierda, es decir, hacia el puente Nuevo, te podrás deleitar con una de las joyas históricas de Ronda. En la minúscula plaza de Abul Beka, anexo a una casa particular, perdido en este pequeño rincón de la ciudad antigua, se conserva el minarete de San Sebastián, el único alminar nazarí que nos ha legado el tiempo. No tiene ni la altura ni la profusa decoración de otros campanarios de la ciudad, pero su delicado entramado de ladrillo con restos de lo que fue una decoración de cerámica vidriada y sus vanos con arcos de herradura son uno de los mejores nexos de unión que nos han quedado con la vieja Madinat Runda.
Dónde: minarete de San Sebastián.
Bajando por la calle San Miguel, casi al nivel del río, se debe hacer un alto para entrar a otro de los hitos de la Ronda nazarí que el tiempo ha tenido a bien regalar a las futuras generaciones: los baños árabes. Situados en una de las puertas de la ciudad, en la confluencia del río Guadalevín y el arroyo de la Culebra, los baños cumplían una importante función social y eran lugar de reunión y de purificación. Los baños árabes de Ronda, uno de los mejor conservados de España, se levantaron en el siglo XIII y estuvieron en uso más de 300 años. En época cristiana se reconvierten en una fábrica de curtido de pieles y, ya en el siglo XIX, en un taller de cerámica. La duquesa de Parcent, una dama noble que convirtió Ronda en uno de los centros de moda de la alta sociedad a principios del siglo XX, los compró y ajardinó, impidiendo así un mayor deterioro. Como todos los baños clásicos, consta de cuatro zonas separadas: recepción, sala fría, sala templada y sala caliente. Muy recomendable el audiovisual que se proyecta en el al-bait-al-sajum (sala caliente) para comprender cómo funcionaba este servicio público y su significado dentro de la comunidad.
Dónde: calle Molino de Alarcón, s/n.
Horario: de martes a viernes, de 9:30 a 20:00 horas. Sábado y lunes, de 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 20:00 horas. Domingo, de 10:00 a 15:00 horas.
Entrada: general, 4,5 €. Reducida (estudiantes menores de 26 años y mayores de 65 años), 3 €.
Una de las vistas más bonitas y menos conocidas de Ronda es la que se tiene desde esta puerta de la antigua muralla, por donde entraban los carruajes y caminantes que llegaban por el puente Viejo desde el barrio del mercadillo, extramuros de la urbe. El portón es un arco de sillería coronado por tres pináculos y construido en 1742, en tiempos de Felipe V, en sustitución de la vieja puerta árabe de la Puente, mucho más angosta que esta. A través de ella se ve el puente Viejo y detrás de este, el barrio del Padre Jesús, encalado hasta la médula, con la iglesia del mismo nombre y su característica portada-torre de estilo gótico. Al lado de la iglesia está la fuente de los Ocho Caños, encargo también de Felipe V, donde nace la calle Real. La Puerta de Felipe V, el Puente Viejo y la iglesia de Padre Jesús, alineados como para una foto, componen una de las postales más sugerentes de Ronda.
Dónde: puerta de Felipe V.
Espero que este mapa de mi visita a Ronda, en el que señalo todos los puntos de mayor interés histórico y cultural, te resulte útil. ¡Buen viaje!