Turquía es un país intenso para los sentidos y Estambul, la antigua Constantinopla, una magnífica muestra de ello. Europa y Asia se tocan en esta ciudad que triplica en habitantes a la capital turca, Ankara. Ciudad políglota por su historia y los pueblos y credos que la habitan, en sus calles y plazas puedes dejarte sobrecoger por su arquitectura religiosa, sus mercados, las vistas desde sus diversas orillas y su ambiente callejero. La explanada de la mezquita Azul y de Santa Sofía es el mejor inicio de tu visita. ¿Vamos?
Publicado por Carmela Fernández el 04 de octubre de 2022.
Santa Sofía —Ayasofya para los turcos— es una obra maestra de la arquitectura bizantina y un símbolo de Estambul. Fue construida durante el mandato del emperador romano Justiniano entre los años 532 y 537. Diez mil trabajadores levantaron los muros que sostienen la cúpula del templo, de más de 30 m. de diámetro y la mayor del mundo hasta que se construyó la de San Pedro del Vaticano mil años más tarde. Para entender su magnitud, debemos recordar que en esa misma época en la península ibérica se construían iglesias visigodas con apenas ventanas. En 1453 cuando acumulaba más de 900 años funcionando como iglesia, con la toma de la ciudad por el impero Otomano, se convirtió en mezquita y se agregaron los cuatro minaretes que la rodean. La suerte que corrió esta joya de la arquitectura es que, en esta transformación, Solimán el Magnífico no destruyó sus mosaicos, sino que los hizo tapar con yeso. Esto los preservó hasta que en 1935 el primer presidente de Turquía, Kemal Atatürk, convirtió Santa Sofía en museo. En 2020, Santa Sofía se reconvirtió una vez más en mezquita con la desdicha de que, como las imágenes están prohibidas en el credo musulmán, los históricos mosaicos y enormes medallones que decoran las instalaciones fueron cubiertos con cortinas. Solo permanece uno a la vista.
Dónde: Plaza Sultanahmet.
Precio: Entrada gratuita.
Consejos: Visita Santa Sofía a primera hora de la mañana o a la hora de comer, a las 11 de la mañana se forman unas colas infernales, y no te pierdas las vistas a la Mezquita Azul desde las ventanas de la segunda planta. Durante las horas de culto (cinco veces al día), la mezquita está cerrada al turismo. Para entrar debes llevar ropa apropiada y descalzarte. Las mujeres deben taparse el pelo, los hombros y llevar faldas o pantalones que cubran el cuerpo por debajo de las rodillas. Baños gratuitos.
La mezquita Azul, nombre por el cual solo la conocen los turistas (para los locales es Sultanahmed Camii, mezquita del Sultán Ahmed), fue levantada a imagen y semejanza de Santa Sofía, mil años después. Es la más importante de Estambul y fue construida por ese sultán entre 1609 y 1616 e inaugurada en el año 1617, durante el mandato de Mustafá I. La mezquita toma su nombre de las 20.000 losetas de azulejo azul de la ciudad de Nicea que decoran la parte superior y la cúpula. Aunque a simple vista parece que tiene las mismas dimensiones que Santa Sofía, la realidad es que ocupa la mitad tanto de diámetro como altura. La rodean seis minaretes y la luz entra por sus más de 200 vidrieras además de las lámparas de araña que cuelgan del techo.
Dónde: Plaza Sultanahmet.
Precio: Entrada gratuita.
Consejos: Durante las horas de culto, que son 5 veces al día, la mezquita está cerrada al turismo. Para entrar debes llevar ropa apropiada y descalzarte y las mujeres deben taparse el pelo, los hombros y llevar faldas o pantalones cubriendo el cuerpo por debajo de las rodillas. Baños gratuitos.
El palacio de Topkapi fue la residencia de los sultanes otomanos desde la toma de Constantinopla por Mehmed II. El inicial data de 1465, una fantasía arquitectónica de 700.000 m2 que cada sultán fue ampliando hasta mediados del siglo XIX. Tiene unas 5.000 habitaciones para residentes, la mayoría eunucos y concubinas, con un derroche de brocados, mármoles de colores, muebles de maderas nobles, fuentes y dorados. Solo el harén -donde residían el sultán, su familia y un conjunto de entre 500 y 800 mujeres- tiene 400 salas y terrazas; por el pasillo llamado Vía Dorada la favorita elegida cada noche iba a los aposentos del sultán. El palacio es el mejor reflejo de la época imperial en Estambul y simboliza el poder que alcanzó Constantinopla como sede del imperio Otomano. En 1856, el sultán Abdulmecid trasladó su residencia al palacio Dolmabahçe, de corte occidental. Dentro del palacio se encuentran el museo Arqueológico y otros edificios de interés. De visita imprescindible es, además del harén, el tesoro, que cuenta con algunos de los objetos más valiosos del mundo, como el diamante del Cucharero (de 88 quilates, que perteneció a Letizia Ramolino, madre de Napoleón) o el puñal Topkapi (el arma más cara del mundo, hecha de oro y piedras preciosas incrustadas). Puedes conseguir con antelación tu entrada al palacio de Topkapi con guía en habla hispana y evitar las colas de taquilla aquí. También puedes planificar tu visita en la web oficial.
Dónde: Eminönü, 34122 Cankurtaran, subiendo por detrás de Santa Sofía.
Consejos: Si quieres visitar el tesoro y el harén, te recomiendo ir al palacio a primera hora. Para acceder a este es necesario adquirir una entrada independiente. Martes cerrado.
El puente de Gálata (Galata Köprüsü) es un vado basculante de 490 metros de longitud que une el viejo Estambul con la zona más moderna de la capital. Sobrevuela el Cuerno de Oro, el famoso estuario de Estambul. Cuenta con dos niveles: el superior, por donde transitan el tráfico y la gente, y el inferior, repleto de restaurantes turísticos donde puedes degustar lo más auténtico de la gastronomía turca y desde donde se obtienen unas vistas increíbles de la ciudad, tanto de día como de noche, con el viejo Estambul punteado de alminares y cúpulas verdes y doradas. Gálata es parte del paisaje urbano de Estambul y lugar favorito de los locales, que practican en él la pesca. Te recomiendo cruzarlo al menos una vez a pie durante tu estancia en Estambul. Si Jerjes o Darío lo hubieran tenido igual, ahora seríamos herederos de la cultura persa y no de la griega. No lo confundas con el puente colgante del Bósforo, terminado en 1973, el primero que unió Asia y Europa. Una de las experiencias más interesantes en Estambul es navegar el Bósforo disfrutando de las vistas al este, Asia, y al oeste, Europa. ¡Una pasada! Dos continentes al alcance de tus ojos. No dejes de subir a un crucero turístico para descubrir palacios, fortalezas e increíbles puentes en el estrecho que separa el Mar Negro del Mar de Mármara.
Dónde: Cuerno de Oro.
Consejos: Si lo cruzas, como aconsejo, al menos una vez caminando, hazlo por sus dos niveles para disfrutar de ambos ambientes, sus vistas y su gente.
La torre de Gálata (Galata Kulesi) es una de las más antiguas del mundo, mide 67 metros de altura y es uno de los principales miradores de Estambul. Desde su punto de observación, a casi 52 metros del suelo, se obtiene una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad. Fue construida en madera en 528 para servir como faro y en 1384 fue reconstruida por los genoveses con el nombre de Torre de Cristo. Durante la conquista de Constantinopla, en 1453, la torre fue ocupada por el sultán Mehmed II. A lo largo de los siglos ha tenido un uso militar y fue cárcel de prisioneros de guerra, pero también estación de bomberos hasta 1960. Para adentrarse en su historia lo mejor es discurrir por sus nueve plantas (a las siete primeras se sube en ascensor) y dejarse sobrecoger por la belleza de su arquitectura.
Dónde: Bereketzade.
Precio: 9,60 euros. Reserva aquí tu entrada, aunque puedes comprarla también en la taquilla, cierra a las 22:00 h.
Horario: Todos los días desde las 8:30 hasta las 23:00 horas, del 1 de abril al 1 noviembre, y hasta las 24:00 horas a partir del 1 de noviembre.
El Gran Bazar es el paraíso del comprador y del turista amante de los recuerdos con encanto. Un total de 65 calles laberínticas y cubiertas con más de 4.000 tiendas y cafés donde se compra de todo: alfombras, cerámicas, telas, ropa, candelabros, muebles, joyas, bolsos... Son recomendables la zona de las antigüedades y el bazar del libro antiguo, cerca de la puerta occidental. Este Gran Bazar se remonta a la época de Mehmed II, en 1453, pero lo que ahora se ve es la reconstrucción moderna pero respetuosa de lo que dos incendios en el pasado destruyeron.
Dónde: Beyazıt, Kalpakçılar.
Precio: Entrada gratuita.
Horario: De lunes a sábado de 8:30 a 19:30 horas. Cierra todos los domingos del año, el 29 de octubre y fiestas religiosas del calendario musulmán.
Muy cerca del puente de Gálata en el barrio de Eminönü, el bazar de las Especias es otro de los imprescindibles en Estambul. Es mucho más pequeño que el Gran Bazar, pero podrás hacerte con productos típicos turcos (especias, dulces o frutos secos) a mejor precio que en aquel. Una delicia de color y olor para el visitante.
Dónde: Rüstem Paşa Mahallesi, 92. Eminönü – Fatih.
Precio: Entrada gratuita.
Horario: Todos los días, de 8:00 a 19:30 horas. Cerrado solo los festivos islámicos y el día nacional, el 29 de octubre.
El Pera Palace, construido para alojar a los viajeros del Orient Express, abrió al público en 1892. Con su fachada Art Nouveau, totalmente renovado y con todo su esplendor, vuelve a funcionar con 145 habitaciones. El Orient Express, el «tren de reyes y rey de trenes», empezó a operar en 1889 y unía París con Estambul cubriendo 2.900 km. en tres días. Su apertura contribuyó a agrandar la imagen misteriosa y exótica de Estambul y fue fuente de inspiración de una veintena de libros como Asesinato en el Orient Express de Agatha Christie —una de las más populares huéspedes del hotel— y El tren de Estambul, de Graham Greene. Ernest Hemingway, Zsa Zsa Gabor, Greta Garbo, Sarah Bernhardt o Alfred Hitchcock fueron otros de los ilustres visitantes que pudieron disfrutar de las vistas del Pera Palace al Cuerno de Oro. Si tu presupuesto no te da para hospedarte, date el capricho de tomar al menos un té en su patisserie. Es de entrada libre.
Dónde: Mesrutiyet Cad. No: 52. Tepebasi.
¿Buscas alojamiento? Encuentra aquí toda la oferta hotelera de Estambul y si quieres darte el capricho, reserva aquí el Pera Palace.
Justo al lado de las grandes mezquitas, en Sultanahmet, se encuentra el hipódromo de Constantinopla, construido en el año 200 d. C. y engrandecido por el fundador de la ciudad, Constantino, como capital del imperio Bizantino. Fue el centro deportivo y social de la ciudad, con capacidad para albergar a 40.000 personas, y llegó a ser el más grande del mundo. En el hipódromo podréis encontrar dos de los monumentos más antiguos de Estambul, el obelisco egipcio y la columna serpentina, además de la columna de Constantino y la fuente Alemana.
Dónde: Binbirdirek, Sultan Ahmet Parkı. A escasos minutos de la mezquita de Santa Sofía y la Azul.
Precio: Entrada libre.
Horario: Abierto durante todo el día. No cierra ningún día.
La cisterna Basílica o cisterna de Yerebatan (Yerebatan Sarnıcı), también conocida como el palacio sumergido, es una de las muchas que hay en Estambul y, sin duda, una de las visitas más sobrecogedoras. Fue construida durante el siglo VI en el subterráneo de una basílica, hoy desaparecida, en tiempos del emperador Justiniano I para abastecer de agua al palacio Bizantino. Su interior mide 140 m. de largo por 70 de ancho y tiene almacenaje para 100.000 toneladas de agua sobre los canales que mantienen 336 columnas de 9 metros de altura, esculpidas en distintos tipos de mármol. El paseo turístico se hace por unas pasarelas que van por encima del agua colocadas a finales del siglo XX, ya que anteriormente el paseo se hacía en barca. La cisterna ha sido renovada en distintos momentos, pero dos de sus elementos más simbólicos se han conservado a lo largo de la historia: en la base de dos de sus columnas se pueden contemplar sendas cabezas de Medusa, el ser mitológico que convertía en piedra a todo aquel a quien mirara. A mediados del siglo XVI, gracias al viajero P. Gyllius, que accedió a ella a través de sus escaleras de 52 peldaños con una antorcha en la mano, se difundió en Occidente la existencia de esta cisterna.
Dónde: Yerebatan Cad. Alemdar Mah. 1/3 34410 Sultanahmet-Fatih.
Horario: Todos los días de 9:00 a 19:00 horas.
Precio: 10,65 euros.
Estambul tiene una orografía y una arquitectura que te permitirán disfrutar de espectaculares vistas. La mezquita de Süleymaniye (Süleymaniye Camii), sobre una de las siete colinas de la ciudad, es otro de esos grandes miradores. Sin embargo, la visita a uno de los templos imperiales más importantes de la ciudad está más que justificada por sus dimensiones y su elegante decoración interior. Fue asimismo la mezquita más grande de Turquía hasta la completa finalización en 2019 de la mezquita de Çamlıca. Construida en homenaje al sultán Solimán I el Magnífico, la mezquita de Süleymaniye se terminó en 1557, como núcleo de un conjunto de edificios entre los que se encontraban además un hospital, escuelas religiosas, un hamman... En su jardín, se conservan las tumbas de Solimán I y su esposa, Haseki Hürrem (Roxelana).
Dónde: Prof. Sıddık Sami Onar Cd. No:1, 34116 Fatih, a poca distancia del Gran Bazar.
Precio: Entrada gratuita.
Horario: Todos los días de 09:00 a 18:00 horas salvo las horas de culto.
Consejos: Te sugiero disfrutar de un té en alguna terraza próxima a la mezquita para disfrutar de los cantos religiosos y de las mejores vistas sobre el Cuerno de Oro al atardecer.