El alto Asón, la comarca formada por este río y sus afluentes, en especial el Gándara, tiene un lugar especial en la montaña del oriente cántabro por la forma en que los glaciares, y más tarde el agua de lluvia, modelaron este paisaje. Las grandes montañas de caliza de las que brota el Asón están horadadas por cientos de cuevas y simas que forman un paraíso internacional para la espeleología. En superficie, esas lenguas de hielo tallaron abruptos valles en forma de U que caracterizan la morfología de sus montañas. Una comarca para caminar y para visitar pequeños pueblos con grandes casonas blasonadas y bellas muestras de arquitectura indiana.
Publicado por Paco Nadal el 19 de mayo de 2023.
Inicio de la ruta del valle del Asón, Ampuero es una pequeña localidad que se recorre andando en poco tiempo. La carretera nacional lo divide, pero el centro de la villa lo conforman las tres calles que llevan desde el puente junto a la iglesia de la Virgen Niña hasta el Ayuntamiento. La vida del pueblo transcurre en la plaza que está a la espalda del Ayuntamiento, siempre con buen ambiente gracias a las terrazas de los bares. Además de la Iglesia de la Virgen Niña, destaca el palacio de la Bárcena, del siglo XVII. En septiembre celebra unos famosos encierros de toros.
Dónde: Ampuero.
A cinco kilómetros de Ampuero aparece el santuario de la patrona de Cantabria, la Bien Aparecida, construido en el lugar donde la leyenda narra la aparición de la Virgen a unos niños pastores. El edificio es del siglo XVIII, con una singular espadaña y un valiosísimo retablo barroco en su interior que arropa a la imagen titular, una pequeña talla de madera de solo 21,6 centímetros. Cada 15 de septiembre se celebra una romería muy concurrida. Desde arriba se obtienen unas fantásticas vistas del valle de Udalla.
Dónde: Santuario de la Bien Aparecida.
El núcleo urbano de Rasines está construido a lo largo de la N-629. En los barrios de su término se levantan algunas excelentes casonas cántabras. Es el caso de El Cerro, con un pequeño conjunto monumental formado por varios palacios con escudo de armas y unas antiguas escuelas. O de La Edilla, donde destacan la casona de los Calera Martínez y sobre todo el magnífico palacete barroco de Villanueva Pico. También a las afueras del pueblo se debe de visitar el Parque Paleolítico de la Cueva del Valle («Un rincón de la Cantabria de la Edad del Hielo»), en la boca de la cueva homónima de la que brota el río Silencio. Se ha recreado un escenario del paleolítico, con la reproducción de un mamut, un arboretum con especies vegetales de aquella época y diversos paneles que explican la vida de los humanos en la prehistoria. A lo largo de la carretera de acceso se puede ver también una vieja una mina, un lavadero de mineral, un horno de cal, la cantera y un mirador.
Dónde: Rasines / Parque Paleolítico de la Cueva del Valle.
Al salir de Rasines con dirección Ramales aparece la ermita de los Santos Mártires, del siglo XVII, y junto a ella la plaza de toros de los Santos Mártires, la más original sin duda de Cantabria, ya que tiene planta cuadrada (17,40 por 16,80 metros). Se trata de un pequeño coso, de carácter popular, con paredes de mampostería construido en 1758 donde, cada 15 de septiembre, se celebra algún acto con motivo de las fiestas de la Virgen de Villasomera.
Dónde: plaza de toros.
Es el núcleo urbano más grande del Alto Asón y el gran centro de servicios de la comarca. La oficina Comarcal de Turismo Asón - Agüera - Trasmiera (Pº Barón de Adzaneta, 8) está situada en un edificio frente al ayuntamiento y dispone de buena información de la zona. El apellido del pueblo proviene de la victoria que los liberales de Espartero obtuvieron aquí en 1839 y que supuso el final de la I Guerra Carlista. La plaza de los Duques de la Victoria es el gran espacio público de Ramales, con bancos, terrazas y mucha actividad social. A ella se asoma la iglesia de San Pedro, un templo cuyos orígenes se remontan al siglo XVI y en el que se custodia un retablo mayor de estilo churrigueresco. Al igual que el resto de la comarca, los siglos de dominio señorial dejaron magníficas muestra de la mejor arquitectura palaciega. Es el caso del palacio de Revillagigedo, una gran obra del siglo XVI, muy mejorada luego en el XVIII, que perteneció a Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, virrey de Méjico desde 1746. Su perfecta obra de sillería, flanqueada por dos poderosas torres, queda un poco afeada por las nuevas construcciones. Es privado y no se puede visitar el interior. Otros monumentos destacables son la Casa Consistorial, de estilo clasicista romántico, construida para conmemorar la victoria de los liberales frente a los carlistas, la Biblioteca Juan de Zorrilla San Martín - Fundación Orense, construida hacia 1880, y la casa de Saravia. Se conserva un puente de origen romano sobre el río Gándara.
Dónde: Ramales de la Victoria.
Uno de los mayores atractivos de Ramales es esta cueva de Cullalvera, cuya gigantesca boca se abre a apenas 400 metros del núcleo urbano. Cullalvera es un complejo kárstico cuyas primeras galerías, habitadas en el Paleolítico, tienen unas dimensiones colosales, tanto que durante la Guerra Civil se usaron como cocheras. Los primeros centenares de metros se han acondicionado para las visitas turísticas, con pasarelas de madera y juegos de luces y sonido. La visita dura unos 45 minutos, aunque solo el paseo hasta la entrada por un sendero verde y boscoso comido por el musgo al final del cual aparece la enorme boca es realmente sobrecogedor. La red de galerías está aún activa y funciona como surgencia de todo el karst superior por lo que en época de lluvias deja salir un gran caudal por su boca.
Dónde: cueva de Cullalvera.
Horario y reservas: el horario varia a lo largo del año y el aforo es limitado, por lo que si tienes pensado visitarla, puedes llamar al 942 59 84 25, escribir a reservascuevas@culturadecantabria.es o acceder al apartado de reservas de la página.
Consejos: lleva siempre calzado cómodo y ropa de abrigo, ya que en el interior de la cueva la temperatura oscila entre los 10º y los 13º. Deberás dejar el coche en casco urbano de Ramales de la Victoria y caminar hasta ella.
Una vez que se deja Ramales en dirección Burgos por la N-629 merece la pena desviarse a la izquierda a unos dos kilómetros para subir al mirador de la Cueva de Covalanas. Desde el balcón se tiene una buena vista del pico de San Vicente, uno de los iconos más fotogénicos del valle del Asón. Desde el mirador parten varios senderos; uno lleva a Ramales de la Victoria (30 minutos); otro sube a la boca de la Covalanas (600 metros), otra de las cavidades del Asón habilitadas para la visita. Covalanas guarda una importante colección de pinturas rupestres, descubiertas en 1903. Le llaman la cueva de las ciervas rojas por la belleza y buen estado de conservación de 18 figuras de estos animales pintados en las paredes de una de sus dos galerías. Hay también un ciervo, un caballo, un uro y otras figuras geométricas datados en unos 20.000 años a. C. La visita guiada se lleva a cabo con linternas (no hay sistema de iluminación), lo que acrecienta la magia del lugar y dura unos 45 minutos.
Dónde: cueva de Covalanas.
Horario y reservas: el horario varia a lo largo del año y su aforo actualmente es muy reducido, por lo que si tienes pensado visitarla, puedes llamar al 942 59 84 25, escribir a reservascuevas@culturadecantabria.es o hacer la compra on line en el apartado de reservas de la página.
Consejos: lleva siempre calzado cómodo y ropa de abrigo, ya que en el interior de la cueva la temperatura oscila entre los 10º y los 13º. Deberás dejar el coche en el aparcamiento y caminar hasta el acceso unos 600 m de camino ascendente.
Seguimos en ascenso por la N-629 dirección Burgos y La Cubilla. Poco después de dejar Ramales, tomamos un desvío por la CA-265 hacia La Gándara y el valle de Soba, una de las zonas más interesantes de esta ruta. A ambos lados de la carretera surgen desvíos a pequeñas aldeas, como Santa María, Rozas, Inciedo y Cistierna, con pequeñas ermitas románicas y buenas muestras de arquitectura rural. En la iglesia de San Miguel, en Rozas, se conserva un famoso retablo hispano-flamenco del siglo XVI. Veguilla es la primera localidad grande que atraviesa la CA-265 y alberga la casa consistorial del valle. El edificio del Ayuntamiento fue construido por un indiano originario del valle acogió el Centro de Interpretación de la Etnografía de Soba. Desgraciadamente, tras un incendio, se cerró hace un par de años y ahora no es posible visitarlo. Poco antes de Veguilla sale una carreterita a la izquierda que cruza el río y remonta por la otra ladera pasando por Sangas, el pueblo más antiguo de Soba; Villar de San Bartolomé, Bustancillés, Lavín, Valcaba, con excelentes vistas panorámicas del valle, y Cañedo, otro núcleo con bellas casonas blasonadas y otro interesante retablo en su iglesia que se atribuye al mismo artesano que el hispano-flamenco de Rozas.
Es la localidad más turística del valle y la que concentra casi todos los servicios. Aquí está el Centro de Interpretación del Parque Natural de los Collados del Asón, una zona protegida que ocupa buena parte del término municipal de Soba. Ofrecen todo tipo de información sobre el parque y organizan rutas guiadas. Desde el centro de interpretación parte usa senda por la que se va a pie hasta el mirador del Gándara, desde donde se ve el nacimiento del río Gándara. Para acceder al parque natural hay que hacerlo en coche 4x4 autorizado o bien por las rutas que se indican en el centro de interpretación. En torno a La Gándara hay varios rebollares (bosques de robles maduros).
Dónde: Centro de interpretación del parque natural de los Collados del Asón. Barrio Lavín. La Gándara de Soba.
Horario y entrada: consulta sus horarios en el enlace del texto. La entrada es gratuita. En ese mismo enlace verás las actividades que organizan y la vía para hacer las reservas.
Desde La Gándara, la CA-265 que va a Arredondo sube hasta este collado del Asón, un punto clave en el parque natural ya que desde aquí parten numerosas rutas senderistas y se tiene una excelente vista del conjunto. La carretera pasa sobre una de las morrenas de los glaciares que modelaron esta zona del alto Asón.
Dónde: Collado del Asón.
Es uno de los puntos más turísticos y fotogénicos de la ruta. Un mirador en la misma carretera del puerto ofrece una maravillosa perspectiva de la cascada de unos 70 metros de altura que forma el río Asón en su nacimiento. Según época puede ser un hilillo de agua o una tromba espectacular que da lugar a un arco iris.
Pequeño pueblo aguas abajo del río Asón en un precioso valle rodeado de altas montañas y bosques de alisos, endrinos, sauces y acebos. Es otro buen lugar donde apreciar la paz y tranquilidad de los pequeños núcleos rurales. Desde el barrio de San Antonio, donde está la iglesia, parte una senda que lleva hasta el pie de la cascada del nacimiento del Asón. Es otra de las excursiones clásicas del parque, por fácil y atractiva. Atraviesa bellos bosques de hayas y encinas. Tras 4,5 kilómetros (una hora y cuarto de marcha) la senda acaba en el prado de Cailagua, a los pies de la cascada.
Dónde: Asón.
Arrendondo es la capital del municipio del mismo nombre, en la comarca del Asón-Agüera. El fenómeno de la emigración a América afectó en especial a este pueblo. Muchos de aquellos indianos volvían enriquecidos cada año a pasar temporadas en el pueblo, a las mansiones de estilo colonial que se habían hecho construir aquí. Lo más destacado de Arredondo es el Centro Ictiológico, ubicado en un antiguo molino harinero. Se encarga de estudiar, investigar y proteger las poblaciones de salmón en los ríos cántabros. Tiene piscinas de cría de alevines con los que repueblan ríos tradicionalmente salmoneros. Ofrece visitas guiadas a las instalaciones y al fluviarium que recrea la vida en un río de la Cordillera. A las afueras de Arredondo, en el kilómetro 17 de la carretera S-531, en la subida al puerto de Alisas, queda el mirador de Alisas, con magnificas vistas del Miera y la costa. La aldea de Socueva, a 2,3 kilómetros de Arredondo, se puede visitar la iglesia rupestre de San Juan. Se trata de una ermita mozárabe del siglo IX, construida por cristianos que huyeron de las primeras invasiones árabes del sur de España. La iglesia aprovecha parcialmente una oquedad del terreno. Consta de una nave en la que unos muros son la propia piedra de la gruta y otros son paredes de mampuesto, separada de un ábside semicircular por un arco de herradura.
Dónde: Arredondo.
Este paraíso para espeleólogos lo es, también, para amantes del senderismo y de los pueblos de montaña. En el oriente cántabro del alto Asón, la comarca que forman este río y sus afluentes, sobre todo el Gándara, la montaña tiene las formas que modelaron los glaciares y la lluvia. ¡Disfruta del viaje!