Liébana es una comarca singular de Cantabria, aislada por altas montañas y con un único acceso natural: el desfiladero de La Hermida. La forman cuatro valles —Camaleño, Cabezón de Liébana, Vega de Liébana y el propio desfiladero de la Hermida— enquistados con calzador entre las cumbres imponentes de los macizos Central y Oriental de Picos de Europa y la Cordillera Cantábrica. Potes, la capital y núcleo principal de la comarca, es uno de los pueblos más encantadores de la serranía. Este aislamiento geográfico de Liébana condicionó su carácter y su estilo de vida. También favoreció la construcción de centros monásticos en la Alta Edad Media, entre los que destacó el de Santo Toribio.
Publicado por Paco Nadal el 19 de mayo de 2023.
El río Deva excavó un largo y estrecho cañón de casi 20 kilómetros para escapar de las altas cumbres de Picos. Y creó este desfiladero que bordea el Macizo Oriental y al que Benito Pérez Galdós llamó el esófago de La Hermida porque «al pasarlo se siente uno tragado por la tierra». Es la única entrada natural a Liébana y la primera pista que lo atravesó (germen de la N-623) no se abrió hasta 1863. En su interior se alzan varias localidades. La Hermida es la más grande y la que da nombre al desfiladero. Desde La Hermida parte a una pista (a la derecha, en dirección Potes) que sube al pequeño e interesante pueblo de Bejes, donde se hace el famoso queso picón. Por la otra margen asciende otra pista asfaltada hasta Cicera, otra aldea ganadera perdida en un bellísimo entorno de alta montaña; a las afueras de Cicera (está señalizado y se puede acceder con vehículo) hay un viejo fortín defensivo sobre una peña al que los vecinos conocen como la bolera de los moros, donde está el mejor mirador sobre el desfiladero de La Hermida y esta zona del parque nacional de Picos. Una visita altamente recomendable. En La Hermida hay una actividad a la que los apasionados de la montaña no podrán resistirse: la vía ferrata de La Hermida te dará la posibilidad (con tres grados de dificultad) de hacer senderismo, escalada... y, sobre todo, disfrutar de un impresionante paisaje. Si no es tu caso, siempre puedes esperar a tu grupo en el balneario de La Hermida o ¡terminar allí tu aventura!
Dónde: desfiladero de La Hermida.
Casi al final del desfiladero aparece esta excepcional joya del arte mozárabe en Cantabria. Fue construida en el año 924, se cree que por los condes de Liébana, para albergar el sepulcro de Santo Toribio. El conjunto lo forma la iglesia, con tres naves de planta basilical y otros tantos ábsides y un esbelto campanario exento mucho más moderno, ya que fue añadido a finales del siglo XIX. Reúne lo mejor del arte prerrománico, visigodo y mozárabe y forma un delicioso conjunto entre las arboledas que nos transporta fácilmente a ese pasado lejano de la Alta Edad Media.
Dónde: iglesia de Santa María de Lebeña.
En Tama, un pequeño pueblo antes de llegar a Potes se construyó el Centro de Visitantes Sotama, el gran centro de información y documentación del Parque Nacional de los Picos de Europa, un lugar de visita indispensable antes de adentrase en la comarca. El enorme complejo, un paralelepípedo forrado de troncos de madera, se avista desde lejos. En su interior, toda clase de información. El centro es interactivo y muestra fauna, flora, medio natural y también el medio humano a lo largo de tres plantas llenas de pantallas táctiles, videos, exposiciones iluminadas, reconstrucciones en maquetas de valles y ríos. Cuenta con una sala para proyecciones y conferencias. Además, en los meses de verano, organiza rutas guiadas gratuitas.
Dónde: Tama / Centro de visitantes de Sotama.
Es la capital de Liébana y uno de los pueblos más turísticos de Cantabria. Pero esa presión no ha afeado un casco histórico que muestra aún las formas de una genuina villa montañesa. El caserío se agrupa en torno al río Deva, justo en la confluencia de su afluente, el Quiviesa. Sobre el conjunto destaca la Torre del Infantado, en la plaza principal del pueblo, en el solar de la Casa de la Vega, la familia feudal que dominaba Liébana en el siglo XV. Una silueta que luce ahora con esplendor tras una rehabilitación que dejó el exterior tal y como era y renovó el interior para acoger una exposición permanente en torno a la vida y obra de Beato de Liébana. La muestra ocupa cuatro plantas del torreón y desgrana con todo detalle el contexto histórico de aquella época y muy en especial su famoso códice Comentarios del Apocalipsis. En el último piso se abre un mirador privilegiado sobre la villa de Potes y los Picos de Europa. En la contigua plaza de la Serna está la iglesia de San Vicente Mártir, la más antigua de la localidad; es del gótico tardío y tras ser restaurada se desacralizó y ahora acoge una sala de exposiciones, el Centro de Estudios Lebaniegos, la Oficina de Atención al Peregrino y la oficina de Turismo de la villa. Un poco más abajo, a orillas del río Quiviesa, veremos la Torre de Orejón de Lama, otra de las casas fortificadas del siglo XV que engalanan Potes y al lado el museo Cartográfico Juan de la Cosa, con una gran colección de mapas desde el Renacimiento. El encantador puente de San Cayetano, con su único ojo de piedra, comunica con el barrio de San Lorenzo, el más popular y típico. Sus calles estrechas y empedradas está literalmente tomadas por bares, restaurantes y tiendas de recuerdos. Arriba de la calle de San Cayetano se yergue la Torre de Calseco. Diseminadas por esta zona de la localidad se elevan otras casas-torre blasonadas, como la Torre de los Linares (siglo XVIII) o la Torre de los Osorio (XVII-XVIII). ¿Prefieres conocer la capital de Liébana con una guía profesional? Apúntate a una visita guiada por Potes. Desde aquí puedes también conocer el próximo punto de esta ruta con una excursión al monasterio de Liébana y los Picos de Europa que incluye la entrada al teleférico de Fuente Dé.
Dónde: Potes.
De los muchos cenobios y pequeños monasterios que hubo en Liébana durante la época en que parte de la península estaba en manos musulmanas y luego durante la Reconquista, uno adquirió especial protagonismo: el que regía una comunidad de benedictinos en torno a la figura de San Toribio de Turieno, en la ladera del monte Viorna, cerca de donde luego crecería Potes. Con el tiempo pasaría a ser el monasterio de Santo Toribio de Liébana, que entre los siglos X y XII expandiría su influencia por toda la comarca gracias a las donaciones de tierras hechas por la realeza. La iglesia original románica fue muy mutilada por las reformas que la comisión de Regiones Devastadas hizo en 1957, pese a lo cual forma un conjunto muy homogéneo e integrado en el paisaje. En su interior se conserva el Lignum Crucis, al que la leyenda considera uno de los mayores trozos conservados de la cruz de Cristo. Pese a su humilde porte, Santo Toribio comparte con otros grandes centros de la Cristiandad, como Roma, Santiago de Compostela, Caravaca de La Cruz y Jerusalén, el privilegio del Jubileo. Se lo otorgó el Papa Julio II en 1512 y contempla la indulgencia plenaria a todos los que «estando confesados, visiten alguna de las capillas del monasterio», aquellos años en que la fiesta del santo, el 16 de abril, caiga en domingo. Por eso hay un camino de peregrinación hasta el monasterio y una riada de peregrinos, en especial, los años en que la festividad cae en domingo, el Año Santo Lebaniégo. 2023 lo es.
Dónde: Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Horario: todos los días, de 10:00 a 19:00 horas. Se visita la iglesia, la capilla del Lignum Crucis y el claustro.
Entrada: gratuita.
Consejo: dejar pasar las horas sentado en la balconada exterior del monasterio durante un día soleado de primavera, contemplando el festín de agujas de piedra del macizo Oriental de Picos, es una de las formas más placenteras de enamorarse de estas montañas.
El valle de Camaleño es uno de los cuatro que componen Liébana y quizá el de mayor infraestructura turística, porque en él se encuentra el célebre teleférico de Fuente Dé (punto 9 de este post). La capital del valle es un pequeño núcleo en torno a la carretera con servicios para el viajero y con una buena oficina de Turismo que informa de toda la comarca.
Dónde: Camaleño.
Situada en una vega amplia y con buenas huertas en una confluencia de arroyos, Cosgaya es una localidad histórica donde vivían los señores de Liébana y donde se supone que nacieron don Pelayo y su hijo Favila. A este último lo mató un oso en las cercanías del pueblo. Una reciente estatua de Pelayo erigida en la plaza de Cosgaya recuerda estos hechos históricos.
Dónde: Cosgaya.
Espinama, la siguiente parada, tiene un casco antiguo más compacto y más bonito que Camaleño, con casitas de piedra y cubierta de teja y algunas fachadas blasonadas que se apiñan en torno a la subida hacia Fuente Dé. Hay una buena vista del pueblo con los Picos de Europa detrás desde la parte baja de la localidad.
Dónde: Espinama.
La carretera acaba en esta vega, a los pies de Peña Remoña, en las laderas del macizo Central de Picos, donde se ubica el nacimiento del río Deva. Y donde arranca el único teleférico de Picos de Europa, que salva 753 metros hasta el Mirador del Cable. Solo la vista desde ese mirador, embutido en un maravilloso circo de piedra, con las cumbres de Peña Vieja y Torre Llambrión a un lado y toda la magnitud de la Cordillera Cantábrica a otro, justifica la subida. Razón por la cual Fuente Dé se pone a reventar de coches y visitantes en temporada alta, visitantes que tienen que aguantar horas de cola para subir en unas cabinas que admiten un máximo de 20 pasajeros por subida. En Fuente Dé está también el Parador de Turismo, la caseta de información de los Picos de Europa (donde informan de rutas, guías, etc.) y un enorme restaurante turístico. Es un lugar realmente hermoso, donde uno alza la mirada y siente el poder de la naturaleza; lástima que en temporada alta la saturación de visitantes lo empantane todo. Si tienes claro que quieres disfrutar de este paisaje desde el corazón de Picos, puedes adelantar la gestión comprando la entrada para el teleférico de Fuente Dé.
Dónde: teleférico de Fuente Dé.
Si desde Potes seguimos la N-621, el principal eje de comunicaciones de Liébana, entraremos en el municipio y valle de Vega de Liébana. La Vega, a 16 kilómetros de Potes, es la capital municipal; un núcleo, con 700 habitantes censados, dedicado a la ganadería y la agricultura y con buenos servicios turísticos para quienes quieran explorar el valle desde aquí. Vega de Liébana ofrece extensos bosques, muchas zonas para caminar y pequeños pueblos diseminados por las laderas con interesante arquitectura popular y algunas casonas barrocas, como Bárago, Valmeo, Barrio, La Vega y Dobres. También merecen destacar las iglesias de San Jorge de Ledantes y de Valmeo.
Dónde: La Vega / Vega de Liébana.
La N-621 sigue en ascenso, con mil curvas y revueltas para llegar, por fin, al límite entre Cantabria y León. Es el puerto de San Glorio, uno de los accesos de montaña históricos entre Castilla y la cornisa Cantábrica (son 26 kilómetros, pero unos 50 minutos de conducción desde Potes). Un mirador con la estatua de un corzo y un panel informativo sobre el valle marcan el final por el lado cántabro. Hay una buena vista del entorno y posibilidad de paseos por esta zona elevada de la Cordillera Cantábrica. El puerto es también el inicio de otras rutas más compleja de alta montaña, como la ascensión a Peña Prieta, que lleva entre 8 y 9 horas. Pero las mejores vistas de Liébana se obtienen desde el cercano collado de Llesba, a donde lleva una pista de dos kilómetros y medio que arranca del aparcamiento del puerto. Un monumento al oso nos recuerda que estamos en la última zona del sur de Europa con población osera autóctona.
Dónde: Puerto de San Glorio.
El cuarto valle de Liébana está bañado por el río y tiene en Cabezón de Liébana (a 6 km de Potes) su cabeza de partido. Frente a la masificación de Potes o Camaleño, Cabezón de Liébana ofrece una vista de esa otra Liébana más solitaria e inalterada. El principal monumento del valle es la iglesia de Santa María de Piasca, otra de las joyas del románico lebaniego. Se localiza en el pueblo homónimo (4,5 km aguas arriba de Cabezón) y perteneció a un monasterio dúplice fundado en el año 930, aunque la iglesia actual es de 1172, según consta en una inscripción que aún puede ver la fachada principal. Desde entonces, la vida del valle estuvo ligada a este complejo monástico, que fue más tarde un priorato dependiente del monasterio de Sahagún (León). Otros lugares de interés en el valle son la estela cántabro-romana de Luriezo y la ermita rupestre de Cambarco. El valle termina en el puerto de Piedrasluengas, el otro paso natural de montaña entre Liébana y Castilla.
Dónde: Cabezón de Liébana.
En este mapa encontrarás los puntos de mi ruta por la cántabra comarca de Liébana. Aislada por altas montañas y con un único acceso natural: el desfiladero de La Hermida. ¡Disfruta del viaje!