Como Heidelberg, Tubinga nació a orillas del río Neckar, en el estado alemán de Baden-Wurtemberg, concretamente, en la zona media del valle, una importante zona vitivinícola entre la Selva Negra y el Jura. De ella se dice que más que una ciudad con universidad es una universidad con ciudad, porque el espíritu universitario está muy presente en la vida local: prácticamente la mitad de sus 93.000 habitantes están relacionados con ella, como estudiantes o como trabajadores. Ser la ciudad donde estudiaron el poeta Hölderlin, los filósofos Schelling y Hegel o el astrónomo y matemático Kepler o donde también vivió Herman Hesse imprime carácter. Su centro medieval, el castillo, las empedradas y estrechas calles, la judería, las características barcas que surcan el río Neckar, la torre Hölderlin, entre otros, auguran un paseo monumental, cultural y romántico. Tubinga tiene en la actualidad el mayor porcentaje de alumnos por habitante de Alemania: el ambiente joven y cosmopolita está garantizado. No te pierdas el reel que grabé allí.
Publicado por Paco Nadal el 04 de julio de 2024.
El centro medieval de Tubinga es pequeño, pero también de los más auténticos y genuinos de Alemania gracias a que no fue destruido en la Segunda Guerra Mundial. El entramado de madera de sus grandes edificios —residencias de los comerciantes adinerados y de los profesores y rectores universitarios— es visible en las coloridas fachadas y forma parte de la imagen de esta ciudad de más de 900 años de historia. Otra estampa que configura la imagen urbana de Tubinga son sus tradicionales barcas, que puedes ver fácilmente en el Neckar o en el muelle frente a la torre Hölderlin, uno de sus rincones más románticos. Desde su mismo centro, atravesado por el canal de Ammer, y hasta el castillo, la ciudad cuenta con muchos rincones encantadores para caminar o perderse, calles estrechas y empinadas, pequeñas plazas, cafés, restaurantes y tiendas de productos ecológicos. La vida diaria transcurre en el centro histórico de Tubinga sin ninguna impostura, es una ciudad abierta, animada, cosmopolita y, como decía, auténtica, con una marcada conciencia ecologista.
Aunque el castillo de los condes de Tubinga (Schloss Hohentübingen) aparece mencionado por primera vez en 1078, el edificio que hoy conocemos, data en su mayoría del siglo XVI. Es de planta rectangular, consta de cuatro alas y dos torres circulares, y uno de los elementos artísicos más valiosos del castillo es el arco renacentista de la entrada principal (el de la foto), construido en torno a 1606 y con el escudo del ducado de Württemberg. El castillo alberga en la actualidad distintos espacios de la universidad de Tubinga, como el Instituto de Arqueología Clásica y el Museo de Culturas Antiguas, donde pueden verse los hallazgos de las cuevas del Jura de Suabia —aproximadamente a 50 km de la ciudad y declaradas Patrimonio de la Humanidad—: las tallas de arte rupestre de la Edad de Hielo más antiguas del mundo, hechas hace 40 000 años. Están fabricadas con marfil de mamut y representan animales como caballos o leones. Otras interesantes áreas del museo son las dedicadas a la antigua Grecia, donde destaca un guerrero de bronce de 500 años a. C., y otra de Egipto, con sarcófagos y una cámara funeraria antigua completa.
El castillo de Tubinga es además un fantástico mirador sobre la ciudad y sobre el valle del Neckar.
Dónde: Museo de Culturas Antiguas | Castillo de Hohentübingen.
Horario: miércoles, viernes, sábado y domingo, de 10:00 a 17:00 horas. Jueves, de 10:00 a 19:00 horas. Lunes y martes, cerrado.
Entrada: 5 €. Reducida, 3 €. Para preparar tu visita, puedes descargar en tu teléfono la app MUT Alte Kulturen Tübingen.
El corazón de Tubinga es esta preciosa plaza del Mercado (Markplatz), rodeada de altos edificios señoriales de los siglos XV y XVI con el entramado de madera en sus fachadas, además del soberbio edificio del Ayuntamiento y la renacentista fuente de Neptuno. Una foto imprescindible. El mercado que se instala en este rincón del centro histórico los lunes, miércoles y viernes (el día principal), las terrazas y el tránsito de locales y visitantes le dan el mejor ambiente. El ayuntamiento fue construido en 1435, originalmente con tres plantas, en 1508 fue ampliado con una cuarta y ya en 1511 se le instaló uno de sus principales elementos, un reloj astronómico que marca el curso de las estrellas y las fases de la luna y que sigue en funcionamiento.
Dónde: plaza del Mercado.
También en el centro de la ciudad se puede recorrer el barrio de los judíos —de cuyo asentamiento en Tubinga se tiene constancia desde el primer tercio del siglo XIV— en torno a la calle de los Judíos (Judengasse) y la calle Ammer (Ammergasse), el tramo que salva con pequeños puentes el canal del mismo nombre. Es una de las zonas más genuinas de Tubinga, con antiguas casas que aún conservan en su interior cisternas o fuentes. Los judíos fueron expulsados de Tubinga en 1477 y no se les permitió regresar hasta 1848.
Dónde: Judengasse.
También en la ciudad baja, muy cerca de las principales calles de la judería, se encuentra, por donde pasaba un ramal del Camino de Santiago, la iglesia de Santiago (Jakobuskirche), parada obligada en en el camino medieval. Aunque es la iglesia más antigua de la ciudad, con una nave románica, ampliada en estilo gótico tardío, su interior está reformado. En el exterior del templo, en el entorno de la placita y los edificios antiguos que la rodean, se forma un rincón muy agradable. Es el mismo espacio donde los sábados se celebra un mercado pequeño pero muy curioso.
Dónde: Jakobsgasse, 12.
Horario: de lunes a domingo, de 10:00 a 16:00 horas.
Entrada: gratuita.
La iglesia colegiata de San Jorge (Stiftskirche St. Georg), levantada entre 1470 y 1493 —coincidiendo con la creación de la universidad de Tubinga— en estilo gótico tardío, es uno de los principales edificios del frente del río Neckar. Su interior tiene una estructura algo extraña: no tiene un acceso principal a la nave central, solo entradas laterales por pequeñas capillas; ni siquiera hay un eje central entre los bancos situados de columna a columna en la nave central. En el altar puede verse el tríptico de Hans Schäufelein, alumno de Durero. Las tres vidrieras centrales del ábside, creadas por el maestro Peter Hemmel von Andlau de la escuela de Estrasburgo, de finales del siglo XV, y la sillería del coro —actualmente en los laterales de la iglesia— son algunos de los elementos que más llaman la atención del templo. Pero, sin duda, el espacio de la iglesia más impactante y bello es precisamente el coro, donde se disponen las 14 tumbas esculpidas donde fueron enterrados a mediados del siglo XVI miembros de la dinastía Württemberg. La torre de la iglesia colegiata, de 56 metros de altura, es uno de los mejores lugares de la ciudad para disfrutar del centro medieval de Tubinga.
Dónde: Holzmarkt, 1.
Horario: colegiata, todos los días de 9:00 a 17:00 horas. Durante los oficios religiosos no se permite la visita turística. Para el acceso a la torre, consulta los horarios en la página de la colegiata.
Toda visita a Tubinga debe incluir un paseo en una barca tradicional (Stocherkahn) por el Neckar, es una estupenda manera de contemplar durante una hora los principales hitos de la ciudad antigua. A su paso por Tubinga, el río cuenta con cinco embarcaderos, pero solo dos de ellos son públicos. El principal es el más próximo al centro medieval, al pie de la torre Hölderlin —uno de los escenarios más románticos de Tubinga, que recibe el nombre de su ilustre habitante, el poeta Friedrich Hölderlin—; el otro, de donde yo salí, es el que está situado en el muelle del Casino. Estas singulares barcas existen desde la Edad Media, aunque su uso decayó y no fue hasta 1920 cuando unos estudiantes lo recuperaron fortuitamente para divertirse. En 1958 se hizo una carrera con ocho embarcaciones, siempre con estudiantes que paleaban a mano; poco a poco se fue recuperando su popularidad y desde la década de los pasados 80 son de uso turístico.
Dónde: Wöhrdstrasse, 25.
Horario: de mayo a septiembre, a las 13:00 horas. Sábados, también a las 17:00 horas.
Billete: 13 €. Menores de 12 años, 11 €. Los tickets se adquieren con antelación en la oficina de Turismo del Puente Neckar.
Sí, desde el castillo, desde la torre de la colegiata… pero la instantánea más fotogénica se obtiene sin lugar a dudas desde el puente que cruza el río Neckar. Solo así tendrás de un solo golpe la mejor panorámica de las fachadas de colores. Y aprovecha para caminar por la avenida de los Plátanos —un frondoso paseo de ejemplares de este árbol con más de 200 años— en la isla de Neckar para disfrutar de la vista de la iglesia colegiata, el antiguo auditorio universitario, la torre Hölderlin o el castillo de Hohentübingen. Los hitos históricos y turísticos de Tubinga aparecen alineados en la ribera del Neckar, el Neckarfront.
Dónde: puente de Neckar.
Entre las especialidades gastronómicas que debes probar en Tubinga, una de las más populares son las lentejas con pasta fresca y salchicha (Linsen mit Spätzle und Saitenwürstle). Otros platos de Suabia que encontrarás con facilidad en los restaurantes son los raviolis (grandes) rellenos de carne (Maultaschen), la ensalada de patatas (Kartoffelsalat) o la pasta con queso (Käsespätzle). Y una recomendación, frente al Ayuntamiento, en la bonita plaza del Mercado, se encuentra el Ranitzky, un café de visita obligada donde sirven desayunos, aperitivos, almuerzos y pasteles y tartas.
En este mapa te dejo los principales puntos de mi recorrido por Tubinga. Es una ciudad pequeña y encantadora, una de las 17 ciudades históricas de Alemania.