Tossa de Mar es sin lugar a dudas el pueblo más bonito e interesante de esta zona sur de la Costa Brava. Una sorpresa para el visitante primerizo. La Vila Vella, la vieja puebla medieval, se conserva aún en perfecto estado en un espolón de piedra que se adentra en el mar, rodeada casi por completo por una sólida muralla almenada. Es la única villa costera de la Edad Media que nos ha llegado casi intacta en toda Cataluña.
Publicado por Paco Nadal el 11 de abril de 2023.
La joya del sur de la Costa Brava. La Vila Vella, la vieja puebla medieval, se conserva aún en perfecto estado en un espolón de piedra que se adentra en el mar, rodeada casi por completo por una sólida muralla almenada. Es la única villa costera de la Edad Media que nos ha llegado casi intacta en toda Cataluña. Tras pasar el gran portón adovelado aparecen calles estrechas y empinadas de urbanismo típico del medievo, casas de piedras centenarias, muchas de ellas originales de los siglos XV y XVI, aún con ventanas góticas; y viales de cantos rodados por los que solo se puede transitar a pie. La mayoría de espacios están dedicados al comercio y restauración.
En una de las casas más antiguas, la de familia Falguera, delegados del abad de Santa María de Ripoll, monasterio al que pertenecían estas tierras, es ahora el Museu Municipal de Tossa, donde se expone pintura y escultura contemporánea en su mayoría donada por artistas que trabajaron en Tossa o que tuvieron presente a Tossa de Mar como motivo de su obra, además de una sección de Arqueología con los restos encontrados en la excavación de la villa Els Ametllers, una hacienda rural romana localizada en pleno casco urbano de Tossa. Otro edificio de interés en la Vila Vella son las ruinas de la antigua iglesia de Sant Vicenç (hay otra nueva de igual advocación fuera del recinto amurallado); esta es gótica, pero fue levantada sobre una anterior románica.
Es imprescindible una vuelta por el paseo de ronda de la muralla y subir de noche por el camino zigzagueante que entra y sale del recinto y termina en el faro, en cuya base hay un bar (El Far) en el que tomar una copa en un entorno tranquilo y subyugante, sintiendo pasar las aspas de luz del fanal sobre la cabeza. La base del faro acoge ahora el Centro de Interpretación de los Faros del Mediterráneo, dedicado al mundo de las señales marítimas.
Cuando planifiques tu viaje por esta zona sur de la Costa Brava, no descuides la reserva de tu alojamiento, sobre todo si tienes pensado hacer tu ruta en plena temporada alta. En este enlace tienes la oferta disponible en Tossa de Mar.
Dónde: Museu Municipal de Tossa / Faro de Tossa.
Horario: el Museu Municipal y el Faro de Tossa adaptan su horario a las distintas temporadas. Lo mejor es que llames por teléfono, tanto al museo (972 340 709) como al faro (972 343 359).
Entrada: ambos comparten tarifa. General, 4 €. Reducida, 2 €.
La playa principal es de arena muy gruesa (casi piedrecitas); detrás se levanta la ciudad nueva, un núcleo residencial grande pero no agobiante con todo tipo de servicios, aunque los restaurantes con más encanto se localizan en el paseo marítimo y en las calles adyacentes a la entrada principal del recinto amurallado, que tienen un innegable sabor mediterráneo. Más encantadora es la playa de Es Codolar, una calita al sur de la muralla de la Vila Vella, antiguo puerto pesquero y hoy un espacio de arena muy gruesa y excepcionales condiciones para el baño. Si quieres saber más, puedes leer el post sobre las grandes playas del sur de la Costa Brava.
De Tossa de Mar a Sant Feliu de Guíxols se puede ir por el interior, vía Llagostera, pero es mucho más recomendable hacerlo por la sinuosa carretera de la costa, uno de los trayectos en coche más espectaculares de la Costa Brava. Son 23 kilómetros y 365 curvas pronunciadas, pero el rally merece la pena. Densos bosques de pino y alcornoque descienden casi hasta el mar. Los acantilados y los miradores se suceden en cada esquina, cada cual con mejores vistas panorámicas sobre ese manto verde y azul que forman los bosques y el mar. De vez en cuanto aparecen calas accesibles donde crecen urbanizaciones encaramadas a la ladera, como cala Giverola, urbanización Rosamar o la cala del Senyor Ramón. Nada más salir de Tossa, en las primeras curvas, existe un mirador donde se puede hacer la fotografía más bonita de esta villa amurallada.