La conodida como «tierra de los dioses» es uno de los destinos más solicitados de Indonesia. Recibe millones de turistas al año, pero lo bueno es que si te lo propones aún es posible descubrir rincones con encanto. Sus playas, sus volcanes, sus infinitos arrozales y sus ceremonias llenas de gente y color hacen de esta isla un lugar muy especial. Bali implica recorrerla por la costa y por su interior, de sur a norte y así enamorarse de los balineses, de sus atardeceres, de su gastronomía, de sus monos y de su cultura. Tras una primera visita, te plantearás volver.
Publicado por Ida Plaza el 23 de septiembre de 2018.
Rodeada por el océano Índico, Bali tiene kilómetros de costa para todos los gustos. Si buscas un mar tranquilo o un oleaje de vértigo, encontrarás tu playa. Aquí te hablo de las costas del sur de Bali. Una de sus playas más famosas es Kuta, situada en la península de Butik. Kuta es surf y fiesta pura. Te recomiendo valorar bien esta visita si no eres surfero, porque está muy masificada y para muchos encarna lo peor de la isla. Jimbaran es una bahía de cuatro kilómetros de arena y vegetación protegida por un arrecife de coral que ofrece un área muy agradable de baño. Aquí te recomiendo cenar al atardecer pescado y marisco fresco en alguno de los restaurantes que ponen sus mesas sobre la arena: ¡maravilloso! Si te gusta el snorkel o los deportes acuáticos, una buena opción es Sanur, una playa de aguas tranquilas y ambiente familiar. Padang Padang, ubicada en la zona de Uluwatu, es sin embargo visita obligada. Merece la pena acercarse aunque sea solo para ver el templo por el que se accede a esta pequeña cala de aguas de color turquesa. Si buscas una experiencia más sofisticada la opción seria Nusa Dua o Seminyak, una playa de arenas blancas con una oferta de hoteles y restaurantes exclusiva. Batu Balong, en la zona de Canggu, es la playa donde además se encuentra el impresionante templo budista de Pura Batumejan, muy recomendable. Es complicado enumerar todas las posibilidades de playas que ofrece la isla, lo ideal es dejar unos días para explorarlas in situ y elegir la que más te guste.
Bali es la meca de cualquier surfero. Uno de los mejores destinos del mundo para surfear. Olas perfectas -de vez en cuando, hasta adrenalínicas- en playas de arena blanca o cubiertas de arrecifes de coral y aguas cristalinas. Si buscas este tipo de turismo y eres experto sabrás orientarte, pero si quieres iniciarte o simplemente tener una primera experiencia surfera lo más recomendable es que busques una escuela de surf y te apuntes. La oferta es enorme, una alternativa buena y de confianza es Balangan Wave Surf School, ubicada en la playa de Balangan. Un alojamiento correcto con buenas vistas y cabañas entrañables para hospedarse en esta zona es Balangan Sea View Bungalow. Y para cenar te recomiendo Café La Pasión, un restaurante muy agradable con comida variada y música en vivo. Es dificil enumerar todos lo puntos para surfear en la isla porque son muchos, pero ten siempre en cuenta la marea y las crecidas del mar: los cambios son muy bruscos. Las playas más habituales para la práctica serían Kuta, Legian, Seminyak, Jimbaran, Medewi, Balangan, Padang Padang, Dreamland, Impossibles, Canggu….
Imposible no impresionarse con las danzas populares balinesas. Se caracterizan por ser bailes precisos, con una trama dramática donde hasta el último movimiento de los dedos está cuidadosamente estudiado. La expresión facial de los danzantes forma parte de la coreografía y llama especialmente la atención de los espectadores. Las danzas más famosas son la kecak, el barong y kris y el Legong, todas igual de interesantes. El kecak es una performance cuyo único acompañamiento musical es el coro de hombres que simulan los ruidos que hace una manada de monos. El mejor sitio para ver una representación de esta danza es el Uluwatu Temple; está muy solicitado por lo que te recomiendo conseguir las entradas con antelación. El barong y kris representa la eterna lucha entre el bien y el mal y suele también contener algún elemento cómico, representado por un personaje tipo bufón. El punto musical lo pone el gamelán: un conjunto instrumental u orquesta característico de Indonesia y parte integral de su cultural. El legong narra cuentos tradicionales. Son sin duda un espectáculo lleno de emociones y color. Un buen sitio (aunque turístico) para disfrutar un espectáculo de estos es en Catur Eka Budhi o en el Palacio Real de Ubud.
El batik es aquella laboriosa técnica de más de 2000 años de antigüedad que consiste en aplicar cera de abeja en los tejidos naturales y teñirlos para producir elaborados diseños. La técnica del batik alcanzó su máxima expresión en Indonesia hacia el siglo XII, en la isla de Java. No está del todo estudiado si es una artesanía autóctona o si es parte de las tradiciones culturales y religiosas heredadas de la India. Lo que si se sabe es que antiguamente el batik denotaba status y era un reflejo de riqueza y poderío de las sociedades. Las prendas distinguían los rangos. La labor de trabajar batik se reservaba a las mujeres aristócratas, quiénes disponían de tiempo suficiente para trabajar piezas que resultaban muy valiosas. La elaboración es un auténtico arte. Hoy en día se siguen realizando piezas originales, pero también se copian diseños y se estampa (técnica que aparece hacia el siglo XIX, más conocida como batir cap). Es un espectáculo ver a expertos artesanos trazando los diseños y patrones en la tela blanca para luego empezar con el ritual de cubrir con cera las áreas que se quiere proteger del teñido. El proceso se repite tantas veces como colores se deseen para luego hervir la tela y retirar todo resto de cera. Los colores tradicionales son el azul, café y amarillo claro, porque son símbolo de vida. Te recomiendo visitar Sari Amerta, en Batubulan, si estás interesado en ver en directo a los artesanos trabajando con un canting, la herramienta tradicional para aplicar la cera. La visita al taller es gratuita y cuentan con una tienda por si quieres adquirir una pieza de calidad.
Bali es un oasis hindú dentro de una Indonesia predominantemente musulmana. Sus ceremonias y rituales son francamente emocionantes. Para los balineses la práctica religiosa es parte de su día a día, son gente muy espiritual. La religión aquí es especial ya que es una mezcla entre las antiguas tradiciones propias de la isla y el hinduismo que llega de la India a través de la isla de Java. En cada rincón -ya sea en la calle, en la playa, en sus casas y en los hoteles-, a todas horas del día tropezarás con pequeñas ofrendas que llamarán tu atención: unos entrañables cuencos tejidos con hojas naturales y adornados con flores, comida e incienso. Durante el año los balineses dedican una parte importante de su tiempo y de sus escasos recursos económicos a estas actividades, para honrar a sus dioses, a sus antepasados, a la evolución de la vida en sí y para alejar los demonios y el mal. Una auténtica rutina de vida. Si viajas por Bali seguro que cruzarás algún pueblo donde se esté preparando alguna ceremonia o ritual en alguno de sus infinitos templos. No dudes en acercarte, siempre desde el respeto, para vivir la experiencia.
Ubud es una de las visitas obligadas en Bali y probablemente la que más encante al viajero. Ubicado en la parte central y más alta de la isla, es punto de partida de múltiples visitas y actividades. Una de las visitas obligadas es al Palacio Real de Ubud (Puri Saren Agung), actual residencia de la familia real y buen lugar para disfrutar de algún espectáculo de danza balinesa. Otro punto curioso es el mercado de Ubud, con incontables tiendas y puestos de artesanía y comida: una experiencia en sí, compres o no compres (regateo, imprescindible). Te recomiendo perderte por las callecitas secundarias del mercado. Pura Saman Saraswat es un templo hindú dentro de Ubud muy bonito, sus estanques llenos de flor de loto son magníficos. El Monkey Forest es una exquisita joya en pleno corazón de la ciudad (en la siguiente foto te cuento más de este lugar). Si te gusta caminar, el Campuhan Ridge Walk o sendero de la palmera es un paseo interesante de nivel fácil donde descubrirás el entorno natural de Ubud, sus arrozales y varios rincones con encanto. Y si de arrozales hablamos, el de Tegalalang (aunque turístico) es hermoso. Dos visitas imprescindibles a las afueras de Ubud son la de los templos de Tirta Empul (más adelante dedico una foto especifica a este templo) y Goa Gajah, la Cueva Elefante, un importante centro de meditación que data del siglo XI e incluye una cueva tallada en roca a la que se accede a través de la gran boca de un demonio. Interesante su historia. Y si quieres comer en un buen warung -restaurante usualmente familiar típico de Indonesia- en esta zona, te recomiendo probar Warung Hana la perfecta mezcla entre la modernidad y la autenticidad de una buena gastronomía balinesa.
El Monkey Forest está ubicado en el mismo centro de Ubud y es un importante centro económico, religioso y de conservación para el pueblo. Es hábitat natural de más de 700 monos de cola larga balinesa (macaca fascicularis) y de 186 especies de árboles; todo ellos en 12,5 hectáreas. El encanto de este bosque no solo reside en la fauna y el increíble entorno verde sino también en los templos (que datan de mediados del siglo XIV), puentes y esculturas que adornan este santuario y que te acompañan durante todo el paseo. Los templos se dividen en 3 áreas: Pura Dalem Agung (el templo principal), situado al suroeste y que rinde culto al Dios Shiva; Pura Beji, ubicado al noroeste, donde los hindúes adoran a la diosa Gangga, y Pura Prajapati, situado al noroeste, destinado al culto al dios Prajapati. Un imprescindible durante la visita es ser muy respetuoso con el entorno y con los monos. Debido al gran número de ejemplares, estos están divididos por grupos y puede que surja alguna que otra disputa entre ellos. Toda una experiencia. Son pacíficos y no atacan a los visitantes, pero sí suelen sentirse atraídos por tus gafas o tu mochila por lo que recomiendo mantener el estado de alerta. Un ejemplar macho puede llegar a pesar 8 kilos.
Hay muchos templos en Bali, dicen que más de 10.000. Son parte del encanto de la isla. Los templos no son solo lugares sagrados para el culto, son también el punto de encuentro de la vida diaria balinesa. Dependiendo de qué zonas de la isla visites, tendrás varias opciones de templos, pero algunos de los más significativos podrían ser Pura Besakih, Pura Tanah Lot y Pura Ulun Danu Bratan. Pura es la palabra en indonesio para templo. El primero -Besakih- se ubica en la ladera del monte Agung, un entorno verdaderamente hermoso e imponente. Este templo data del siglo XIII, es el más grande e importante de la isla, un complejo arqueológico compuesto por 22 edificios donde predomina la iconografía mitólogica del hinduismo. El segundo imprescindible sería el templo de Tanah Lot, construido encima de unas enormes rocas hacia el siglo XVI; su estructura flota literalmente en el mar durante la marea alta. Una ubicación única. Te recomiendo la visita al atardecer para disfrutar de las vistas durante la puesta de sol. Este templo está dedicado a los espíritus guardianes del mar (personajes antiguos de la mitología balinesa) y a eso se debe su espectacular ubicación. El tercero y no por eso menos interesante es Ulun Danu Bratan. Nuevamente con una localización de cine lo encuentras a las orillas del lago Bratan. Está dedicado a los dioses de los lagos y ríos. Pero si hay un templo que fascina al visitante, ese sería el Pura Tirta Empul. Te cuento más sobre él en la siguiente foto.
Uno de los templos en los que más puede disfrutar un visitante y vivir en primera persona un ritual balinés es precisamente este: Tirta Empul, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2012. Es un maravilloso complejo de donde emana un manantial de agua proveniente del río Pakerisan. Se cree que sus aguas tienen poderes curativos mágicos por lo que cada año se acercan multitud de devotos y turistas para purificar el cuerpo y el alma en sus piscinas. Además, los altares del templo son de gran valor artístico y puede presumir de bellos estanques. La zona de baños del templo -accesibles tanto para locales como para turistas- se compone de dos piscinas de piedra con chorros del agua purificadora. El ritual del baño consiste en meterse en las piscinas y mojarse tres veces la cara, beber tres veces el agua del chorro y sumergir la cabeza bajo él. Esto debe repetirse a lo largo de los chorros de la piscina. Dato importante: hay dos chorros reservados para las ofrendas a los muertos. Notarás que la gente se los salta, así que como turista debes evitarlos también. Para el ritual tienes que ataviarte con un sarong verde y una faja roja (incluido en el precio de la entrada). Eso si, la piscina trae sorpresa. Aquí viven felices algunos peces koi (sí, esos naranjas o blancos que usualmente vemos en los estanques de los restaurantes asiáticos) y que inevitablemente rozaran tus piernas durante el baño. Son buena gente, no te asustes.
Una de las excursiones más populares en la isla es la visita al monte Batur, la montaña más emblemática de Bali. Según el hinduismo, este monte es sagrado. El Batur es un volcán que se mantiene activo, con un cráter enorme y profundo. El trekking al volcán es una actividad para los más intrépidos ya que para alcanzar la cima a tiempo y poder observar el impresionante amanecer la aventura empieza hacia la 1:00 de la madrugada. De dificultad media moderada, dicen que nunca se olvida. Para los menos activos, la visita panorámica durante el día vale la pena.
En Bali no solo se disfruta del mar, también se disfruta del agua dulce. Y para eso está su buena oferta de cascadas, de las que hay decenas. Estas tres que te recomiendo están en el centro de la isla, cerca de Ubud, que es el mejor punto de referencia para hacer las excursiones. Kanto Lampo: una buena alternativa tanto por su belleza como por su proximidad a Ubud, a unos 12 kilómetros del centro. Tegenungan: ubicada a unos de veinte minutos de Ubud, esta cascada es muy frecuentada por los turistas; en el acceso verás que hay muchos puestos ambulantes y deberás descender muchas escaleras para acceder a ella. Tiene una gran poza para disfrutar del baño. No dejes de darte un chapuzón en la fuente-piscina de piedra de aguas sagradas que hay al lado del río. La tercera cascada sería Nungnung: también en la zona central de la isla y con una gran pasarela de escalones para acceder (casi 500). La espesa y exuberante vegetación del acceso crea un entorno verdaderamente bonito. Date un buen baño para emprender tranquilo la vuelta. Pero lo dicho, hay muchas más cataratas que disfrutar y descubrir por el resto del territorio.
El kopi luwak o lo que viene a ser en español café de civeta (ese mamífero de hábitos arbóreos) es el café más caro del mundo y Bali es uno de esos lugares dónde probarlo. Lo que lo hace diferente al resto de cafés del mundo es el proceso por el que se obtiene. Resulta que las frutas rojas del café son parte fundamental de la dieta de la civeta. Una vez ingeridas por el animal, pasan por su tracto intestinal y son excretadas parcialmente digeridas. Este proceso biológico hace que el grano de café se modifique químicamente por las enzimas del estómago del animal y pierda amargura. Los lugareños se encargan de recolectar los granos una vez que el animal ha cumplido la función y los venden a productores, quienes lo lavan, tuestan y machacan para obtener el café procesado. Nada más natural y ecológico. Si quieres pasar por esta experiencia te recomiendo visitar Alas Harum Agrotourism, cerca de Ubud, donde te explican el proceso y hacen degustaciones gratuitas.