Praga es una de las ciudades más bellas y turísticas de la República Checa y de Europa. Por desgracia, esa fama eclipsa un tanto al resto del país y buena parte de los viajeros se queda en la capital sin imaginar los que ofrecen sus alrededores. Aquí van dos propuestas de rutas desde Praga por las regiones de Bohemia del Sur y Moravia del Sur para descubrir a tu aire y en tu propio coche las maravillas que atesora este país centroeuropeo.
Actualizado por Paco Nadal el 29 de junio de 2023.
La capital checa es una de las ciudades más bellas de Europa (¡también de las más visitadas!). Y una excelente base para descubrir desde allí el resto del país. Porque, no lo olvides: ¡la República Checa es mucho más que Praga! Necesitarás varios días para recorrer la capital checa en profundidad. Pero entre los imprescindibles estaría el famoso Puente de Carlos sobre el río Moldava. La todavía más famosa plaza de Staré Mesto, la ciudad vieja, que es la zona más turística y concurrida, donde verás el Reloj Astronómico en la fachada del Ayuntamiento y la icónica iglesia de Nuestra Señora de Tyn. En esta zona de la ciudad tienes que visitar también la Torre de la Ciudad Vieja, la Torre de la Pólvora y al lado de esta, la Casa Municipal, un edificio art-nouveau entre tanta maravilla medieval. Luego sube al barrio del Castillo, para ver la fortaleza, historia escrita en piedra de la antigua corona de Bohemia. Imprescindible. Si lo deseas, puedes hacer una visita guiada por el castillo, por spuesto, con guía en español. Todos los días, a las 12, hay cambio de guardia. Pero la Ciudad Vieja de Praga es sobre todo un lugar para pasear, perderse entre sus callejuelas, entrar a viejos cafés o acudir a un concierto de música clásica en algunas de sus iglesias. No en vano su impresionante casco histórico fue catalogado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 1992. Para conocer estos lugares puedes hacer un tour de Praga al completo, también con guía profesional en español. Te recomiendo también descubrir la huella del famoso escritor checo Franz Kafka que vivió y trabajó en la ciudad gran parte de su vida. Y si quieres descubrir una faceta de la ciudad más moderna, no puedo más que enumerar los nuevos barrios emergentes: Žižkov, Vinohrady, Karlín o Holešovice, referentes en oferta cultural y gastronómica y sus tiendas alternativas y de diseño. ¿Ya has visto Praga? Pues vámonos a descubrir dos de las rutas más recomendables.
La monumentalidad y patrimonio histórico de Praga no se cuestiona y es sin duda el inicio del itinerario por cualquier ruta que hagas por el país. Esta primera ruta que propongo te llevará por Bohemia del Sur. Un destino tan evocador como su nombre y considerada la gran joya de Chequia. Una región cargada de historia, tierra de numerosos castillos, ciudades medievales y monasterios fortificados. A continuación te ennumero las visitas imprescindibles de la ruta.
Dejando atrás Praga, la primera parada es en Tábor, la antigua capital de los husitas (movimiento religioso reformista), ubicada a 90 kilómetros al sur de la capital checa. Fundada en el siglo XV, en su casco histórico y laberinto de callejuelas se respira un verdadero espíritu medieval. Sus murallas son majestuosas y su historia, fascinante. En la plaza Žižkovo námĕstí se alza la Kostel Promenení Páne na hore Tábor (iglesia de la Transfiguración del Señor en el Monte Tábor), de mediados del siglo XV, y el Stará Radnice, el Ayuntamiento antiguo. Otra de las visitas recomendables por Tábor es la de la torre cilíndrica del castillo de Kotnov, una fortaleza que data del siglo XV.
A unos 50 kilómetros de Tábor dirgiéndote hacia al sureste se ubica esta localidad de nombre imposible. Ahí es recomendable la visita a su elegante palacio renacentista símbolo local cuya preciosa silueta se refleja en las aguas del estanque Vajgar. La privilegiada ubicación geográfica convirtió a esta ciudad en un auténtico cruce de caminos, facilitando el comercio y por tanto el en sus años de esplendor. Hoy, esa bonanza se refleja en su arquitectura y en un centro histórico animado.
A orillas del río Lužnice, esta ciudad es famosa por sus dos balnearios. El lugar perfecto para hacer noche y descansar, se ubica a unos 30 kilómetros de la última parada.
Otra ciudad de origen medieval, con un importante patrimonio monumental, un casco histórico bien conservado repleto de edificios medievales, renacentistas y barrocos. Si eres muy cervecero, la parada en České Budějovice es imprescindible: aquí se encuentra la cervecera local Budĕjovický Budvar, más conocida por la versión alemana del nombre: Budweiser. No te pierdas su bellísima plaza Přemysl Otakar II, presidida por la torre Negra; en ella se celebra uno de los mercados navideños más bonitos de Chequia.
Para muchos, el pueblo más bonito de la República Checa. Cuando lo ves por primera vez desde la carretera que lo circunvala, con ese mar de tejados picudos del que sobresalen agudos campanarios, como mástiles de viejos galeones sobre un oleaje de tejas rojas, sabes que has llegado a un sitio especial. Český Krumlov se levanta sobre un retorcido meandro del rio Moldava, muy cerca de la frontera con Austria y a dos horas y media de Praga por carretera. La ciudad Vieja es un delicioso entramado de callejuelas medievales y edificios góticos y renacentistas con una unicidad envidiable. Durante la época comunista esta parte antigua estaba muy deteriorada, pero una ingente rehabilitación le devolvió el esplendor de antaño. La calle principal se llama Kaplická y desemboca Svornosti náměstí, la plaza del Ayuntamiento, epicentro urbano. Todos los edificios tienen fachadas pintadas de vivos colores. El único blanco es el antiguo Ayuntamiento, con el escudo-emblema de los Schwarzenberg, la familia de origen alemán que durante siglos rigió los destinos de la ciudad. Aquí está la Oficina de Turismo. Cruzando el río por Lazebnicky most, el puente de madera sobre el Moldava se accede a Latrán, el otro barrio histórico, en la colina del castillo. La vista de la fortaleza y de la fachada urbana que da al río es soberbia en este punto. Suele haber músicos callejeros en el puente y un montón de turistas inmortalizando el momento. Sube luego por la calle Latrán, una de las más pintorescas de Český, llena de tiendas de artesanos y de recuerdos, hasta llegar a la entrada del castillo. Český Krumlov fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1992. Si estás en Praga, pero no cuentas con la posiblidad de hacer este viaje por tu cuenta, puedes hacer una excursión a Český Krumlov y no perderte nada de esta encantadora ciudad.
También conocido como “el mar de Bohemia”, se ubica a tan solo 40 kilómetros al sur de Český Krumlov, en el parque nacional de Šumava. Una estampa bellísima de la región checa tiene una longitud de 44 kilómetros y alcanza una anchura máxima de 16 kilómetros, es el embalse más grande del país.
Un pequeño pueblo con unas preciosas fachadas de fincas rurales barrocas a unos 30 kilómetros al norte de Český Krumlov y por cuya conservación casi perfecta fue está inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Es una parada indispensable en tu recorrido si eres un amante de la historia y la arquitectura. Es la joya neogótica de Bohemia del Sur que dispone de 140 estancias y 11 torres. No dejes de visitar la cocina y su fascinante colección de utensilios del los siglo XIX y comienzos del XX y la sala de equitación.
Para finaliar la ruta y antes de volver a Praga, en esta localidad no debes dejar de recorrer el Kamenný Most, su famoso puente de piedra del siglo XIII.
Nos vamos ahora a Moravia, la otra gran región checa, limítrofe por el sur con Austria y Eslovaquia. Una ruta con final en Praga y que empieza en Viena, otra de las capitales con mucha historia y grandes monumentos de Europa, la ciudad de la música, del imperio Austro-Húngaro, meca de la cultura y de la filosofía. En el transcurso, conducirás en tu coche y a tu aire, por un rincón verde e impregnado de extensos viñedos y frondosos bosques, salpicado de imponentes castillos y magníficas catedrales de Centroeuropa: la región de Moravia del Sur.
Dejando atrás Viena, a unos 90 kilómetros dirigiéndote al norte te propongo la primera parada: Lednice. En esta zona podrás visitar el conjunto monumental de Lednice-Valtice, un complejo de elegantes y lujosos edificios impulsados por la familia Liechtenstein a lo largo de los siglos XVIII y XIX y catalogado como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Una rica herencia y visita articulada en torno a dos fabulosos palacios que pueden perfectamente lucir en un cuento de hadas: el castillo de Valtice y el palacio de Lednice. Este último, una residencia de veraneo construido a imagen de los palacios góticos ingleses, con magníficos jardines alrededor.
A unos 15 kilómetros de distancia de Lednice, descubrirás otra de las grandes maravillas de Moravia del Sur: la ciudad de Mikulov. Un magnifica réplica del palacio original construido en el siglo XVIII sobre un peñasco te dará la bienvenida. La Casa de Dietrichstein fue la responsable de la reconstrucción de este patrimonio sobre sus cimientos tras la Segunda Guerra Mundial y los destrozos ocasionados por los nazis. El castillo es la sede permanente del Museo Regional de Mikulov y esconde además en sus bodegas otro de los grandes atractivos de esta interesante región vinícola: una cuba de vino del siglo XVII con capacidad para cien mil litros, probablemente la mayor de Europa. Aprovecha la oportunidad y no te pierdas la posibilidad de hacer una cata de vinos. La región de Moravia del Sur concentra casi toda la producción vinícola del país.
A orillas del río Dyje, se ubica la ciudad real de Znojmo, una histórica localidad que data del siglo XIII en plena región vinícola y que fue fundada por por el rey Otakar I de Bohemia frente al castillo de Znojmo, que se remonta al siglo XI y fue construido por los legendarios duques Přemyslidas,. Rodeada por murallas medievales y de compacto centro histórico, luce una arquitectura que avanza en el tiempo a través del gótico, barroco y renacentisto manteniendo un encantador aire atemporal. De visita imprescindible son el antiguo monasterio de los Minoritas (sede del museo de Moravia del Sur), la iglesia de San Nicolás, la torre del Ayuntamiento yla rotonda de Santa Catalina.
La capital de Moravia del sur es Brno, ¡un topónimo que parece imposible de pronunciar! Pero es muy fácil, se dice “bernó”. Brno es la segunda ciudad más grande de la República Checa (400.000 habitantes), ubicada a 200 kilómetros al sureste de Praga. Aunque tiene fama de ciudad moderna e industrial, conserva un interesantísimo casco histórico y una intensa vida estudiantil que se refleja en el ambiente de sus muchas plazas. Las dos más importantes son la plaza la Verdura, donde todos los días se instala un mercado de productos de la huerta, y la plaza de la Libertad, centro de la vida social y lugar de celebraciones, desde festivales veraniegos al mercadillo de Navidad. Todas las calles de esta zona centro son peatonales. Otro sito a visitar es el castillo de Špilberk, la fortaleza de la ciudad. Y la catedral de San Pedro y San Pablo, un gran edificio gótico rodeado también por jardines muy frecuentados por familias y grupos de amigos al atardecer en cuanto llega el buen tiempo. Para amantes de la arquitectura, inexcusable pasar por la Villa Tugendhat, una de las obras maestras del gran arquitecto Mies Van der Rohe. Es también Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Desde Brno y muy recomendable en las estaciones de primavera y verano, es la visita al llamado karst de Moravia (Moravský kras). Esta es un área protegida que alberga uno de los tesoros naturales más valiosos de la República Checa y es además una auténtica joya geológica del planeta. Alberga más de 1.100 cuevas, cañones, dolinas, geodas y otras formaciones kársticas excavadas por el paso del tiempo y la acción de la lluvia a lo largo de millones de años. Un paisaje de belleza extrema y que como turisrta puede apreciar visitando alguno de sus cuatro sistemas de cavernas (Punkva, Balcarka, Kateřinská y Sloupsko-šošůvské).
Si solo puedes visitar un palacio en Moravia, te recomiendo el de esta pequeña localidad, a una hora en coche al sur de Olomouc. Fue el palacio de verano de los arzobispos de Olomouc, toda una ostentación del poder terrenal de la iglesia. Tiene más 40 salas y estancias decoradas en estilo rococó, con los muebles originales. En él se han rodado escenas de muchas películas, entre otras, de Amadeus y de Los tres mosqueteros.
No exagero si digo que Olomouc es la ciudad más bonita de Moravia. Antigua capital de esta región histórica, Olomouc es un ejemplo de lo mejor de la arquitectura y urbanismo centroeuropeo del renacimiento y el barroco. Me sorprendió mucho el hecho de que tengan dos plazas principales y contiguas, que forman un fenomenal espacio urbano para el recreo, el paseo o el disfrute de la gastronomía checa al aire libre. Son la Horní námestí, donde está la columna de la Santísima Trinidad, el conjunto escultórico más famoso de Moravia, una apoteosis barroca de 32 metros de altura declarada Patrimonio de la Humanidad. A esta plaza se asoma también el Ayuntamiento, un bellísimo edificio con seis siglos de antigüedad. La otra gran plaza es Dolní námestí, con dos fuentes alegóricas a Neptuno y a Júpiter en su centro. Todo el centro de Olomouc es peatonal y está lleno de rincones encantadores, placitas, palacios, bares, restaurantes y terrazas. ¡Un ambiente de lo más encantador en cuanto llega el buen tiempo! En el otro extremo de las plazas, sobre una colina, queda la catedral de San Wenceslao y sus dos torres góticas, símbolo de la ciudad. No te vayas de la República Checa sin haber visitado esta ciudad: desde Praga, también puedes hacer una excursión a Olomuc.
Anota en esta parada una visita obligada: el castillo de Bouzov. Una estampa digna de cuento de hadas, no en vano es plató habitual para los rodajes de películas infantiles y medievales. Esta fortaleza levantada data de finales del siglo XIII y fue reconstruida entre los siglos XIX y XX.
Otra parada indispensable en tu recorrido es Litomyšl. Aquí complementarás la visita con otra gran joya arquitectónica: el castillo de Litomyšl, un monumental y refinado complejo renacentista que remonta sus orígenes al siglo XVI, declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1999.
Kutná Hora es uno de los grandes momentos de esta ruta: un pequeño pueblo que remonta su historia a época medieval catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una joya de estrechas calles y deliciosa arquitectura. El edificio estrella es probablemente la catedral de Santa Bárbara, uno de los templos góticos más importantes en Centroeuropa, de exorbitantes frescos y vidrieras. No dejes de visitar el Museo de la Plata.