Monumental, tremendamente andaluza y con un poderoso legado histórico, Écija fue siempre un punto estratégico en el valle del Guadalquivir y una de las ciudades más importantes de la provincia de Sevilla. Se percibe nada más cruzar el puente de piedra sobre el río Genil, que da acceso a la ciudad, y ver como sobresalen sobre los tejados sus once torres y quince espadañas, como pararrayos de ladrillo, lo que le ha valido el apelativo de 'Ciudad de las Torres'. También se conoce como la 'sartén de Andalucía', dadas las temperaturas que alcanza en verano. Merece la pena disfrutar la vida pausada y tranquila que se vive aún en unas calles de fachadas blanqueadas y ritmo andaluz, donde aún es un valor en alza la tertulia, la siesta prolongada y el tapeo. Estos son los lugares imprescindibles para hacer turismo en Écija, que además forma parte de Caminos de Pasión.
Actualizado por Paco Nadal el 21 de julio de 2023.
Ya fuera como la aldea turdetana Astigi, bajo el nombre de Augusta Firma Astigi durante la dominación romana, o como Medina Estigga, cuando llegó a ser capital de una taifa hispanomusulmana capaz de rivalizar en poder e influencia con Corduba e Hispalis, Écija no ha dejado de incrementar su patrimonio histórico-artístico. La creación de una sede episcopal en época visigoda inició una era de vinculación a la Iglesia que marcaría también su fisonomía. Una treintena de palacios asoman sus fachadas a unas calles estrechas e irregulares, como corresponde al urbanismo medieval. La huella romana se percibe en las columnas de mármol recuperadas que adosan casi todos los palacios en sus esquinas. Las reminiscencias andalusíes, en la tipología arquitectónica que convierte al patio fresco y porticado cuajado de macetones en eje central de la casa, como puede verse en casi todas las fincas del centro. Aunque el renacimiento que alcanzó de lleno a otras ciudades andaluzas, como Úbeba, Baeza o Antequera, también dejó aquí alguna huella, Écija es sinónimo de barroco. La ciudad es un producto de un siglo de Oro, el XVIII, en el que la mejora de la economía y el poder nobiliario y eclesiástico modelaron la fisonomía de la urbe y permitieron acuñar el término 'barroco ecijano' para definir unos patrones constructivos que tuvieron su origen en la localidad.
La plaza de España, más conocida como la plaza del Salón, es el centro de la vida cotidiana y el punto de inicio de cualquier paseo por Écija. «La plaza más insigne de Andalucía», escribía Luis Vélez de Guevara en El Diablo Cojuelo. Uno de los laterales de la plaza lo ocupa el Ayuntamiento, un edificio de ladrillo visto y espíritu neoclásico que alberga en su interior una Sala Capitular con un rico artesonado renacentista del siglo XVI trasladado desde el convento de los dominicos. También decoran su interior algunos de los mejores mosaicos romanos hallados en excavaciones del término municipal. Llaman la atención en otros frentes de la plaza tres edificios con amplias galerías de arcadas que miran a la plaza: el mirador de Benamejí, el mirador de Peñaflor y el mirador del Gremio de la Seda, típicas casas-palco del siglo XVIII, desde donde la nobleza disfrutaba los actos públicos. Puedes descargar aquí el plano de Écija con los principales monumentos y, por supuesto, hacer una visita guiada por Écija para descubrir, con guía profesional y en dos horas y media, sus palacios, plazas, iglesias y restos romanos.
Dónde: plaza de España.
Por detrás del Ayuntamiento se llega a la plaza e iglesia de Santa María, donde sobrecoge la altura y profundidad del arco de la portada, sin duda la más original de toda Écija. Se trata de un templo neoclásico en el que destaca la capilla del Sagrario, con una recargadísima ornamentación barroca a base de azulejos andaluces y frescos murales. Muy cerca de la iglesia, en una tranquila placita peatonal, asoma su fachada el palacio de los marqueses de Benamejí, una fastuosa obra barroca, con portada-retablo típica de los palacios astigitanos y fachada de dos cuerpos y profusa decoración con atalantes, pináculos, un gran escudo nobiliario y mármoles de varios colores. En el interior impresiona la escalera imperial que se divide en dos tramos y el patio porticado con arcos de medio punto y un suelo muy andaluz con albero, naranjos y fuente. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura no religiosa de Écija y del barroco civil andaluz. Su interior alberga el Museo Histórico Municipal de Écija, en la siguiente foto recomiendo qué ver ahí.
La colección del museo Histórico Municipal de Écija cuenta con diversos apartados históricos, pero donde destaca sobre otras muestras es en su colección de arte romano, con piezas valiosas como una cabeza masculina con casco, de la segunda mitad del sigo II d.C. O el mosaico de Baco, también siglo II d.C., hallado a 1,25 metros de profundidad en las excavaciones de una casa romana que apareció en la plaza de Santiago. Con todo, la pieza más relevante es la Amazona de Écija, llamada también la amazona herida, aparecida en la excavación de la plaza de España. También destaca la estela de la Atalaya de Moranilla, de la edad del Bronce, con la figura esquemática de un hombre con casco de cuernos, escudo, espada y un espejo.
Dónde: palacio de Benamejí. Museo Histórico Municipal de Écija. Plaza de la Constitución, s/n.
Horario: del 19 de septiembre al 30 de junio, de martes a viernes, de 10:00 a 13:30 y de 16:30 a 18:30 horas. Sábados, de 10:00 a 14:00 y de 17:30 a 20:00 horas. Domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas. Del 1 de julio al 18 de septiembre, de martes a viernes, de 10:00 a 14:30 horas. Sábados, de 10:00 a 14:30 y de 20:00 a 22:00 horas. Domingos y festivos, de 10:00 a 15:00 horas. Lunes, cerrado, así como el 1 y 6 de enero y el 25 de diciembre.
Más información: en el teléfono 95 483 04 31.
El recinto religioso de mayor relevancia artística de Écija es la iglesia de Santiago, un templo gótico-mudéjar en origen con tres naves de finales del siglo XV, muy reformado y ampliado después, con añadidos renacentistas y barrocos. De la iglesia de Santiago llama la atención la sacristía y el retablo mayor, obra de transición entre el gótico y el renacimiento, tallado hacia 1540 según los patrones del retablo de la catedral de Sevilla, pero, sobre todo, asombra su torre, una de las más gráciles, delicadas y mejor rematadas de la ciudad. El campanario sigue los patrones del barroco ecijano. Otro de los hitos de la arquitectura civil es el palacio de los Marqueses de Peñaflor, con una característica fachada que se ciñe a la curvatura de la calle y profusamente decorada con frescos alegóricos y balconadas con rejerías que le imprimen carácter y lo diferencia de otras obras similares de la época. El palacio perteneció a la misma familia desde 1775, fecha de inauguración, hasta 1958, en que la última heredera murió sin descendencia. Por dentro se estructura en torno a un patio central al que dan las estancias, distribuidas en dos plantas. Se entra por el zaguán, que precede al patio y a las caballerizas, una estructura típica de los palacios ecijanos. En la actualidad alberga la biblioteca municipal.
Dónde: iglesia de Santiago, calle Santiago, 4 / Palacio de los Marqueses de Peñaflor, calle Emilio Castelar Antes Caballeros, 26.
Diseminados por el espacio intramuros de Écija aún quedan otros muchos lugares reseñables. Uno de ellos son las Carnicerías Reales (calle Fco. Mateo Díaz González, 3), uno de los ejemplos representativos del renacimiento en la ciudad, construido en el siglo XVI con una portada en piedra con fuerte contenido escultórico. El palacio Santaella (calle Ignacio de Soto, 41) es otra magna obra civil del XVIII, mientras que el palacio de Justicia (calle de la Marquesa, 15) —más moderno, obra de 1923— recrea aires neonazaritas. De la obra religiosa merecen también una reseña las iglesias y torres de San Gil, Santa Ana, la parroquia de Santa Cruz y la torre del exconvento de la Victoria. De reciente restauración es la fachada de la Casa del Gremio de la Seda (calle Mas y Prat, 3) (siglo XVIII), merece la pena su contemplación. Se han rescatado los colores de los frescos y son espectaculares. Perteneció como su nombre lo indica al gremio de la Seda y su entidad arquitectónica y decorativa habla por sí misma de la importancia que en Écija tuvieron estos profesionales de la manufactura de la fibra.
El casco histórico de Écija está lleno de monumentalidad, pero muy mezclada con otras construcciones modernas. Los campanarios barrocos sobresalen entre las calles encaladas como waypoints de un ruta GPS. Entre la iglesia de San Gil, en un extremo, y la de Santiago, en otro, se ubican casi todos los lugares turísticos recomendados en este artículo.