Entre la ría de Ferrol y el cabo Ortegal se despliega un tramo de costa solitario y sin grandes núcleos urbanos con excepcionales valores paisajísticos y medioambientales. Playas soberbias como la de Doniños, humedales protegidos como la laguna de Frouxeira, los acantilados más altos de España y faros míticos, como el de Ortegal, son algunos de los atractivos de esta esquina noroeste de la península, donde la furia del mar y el viento modela paisajes y condiciona la vida. Solo un entrante de mar rompe la continuidad del litoral, la ría de Cedeira, donde el percebe es el rey.
Publicado por Paco Nadal el 25 de junio de 2023.
Desde Ferrol salimos por la N-655 en dirección Puerto Exterior para tomar la salida a Prioriño. El faro de Cabo Prioriño señaliza la bocana norte de la ría de Ferrol. Es una pequeña torre blanca sobre una estructura de granito y pizarra en un entorno salvaje de acantilados y rocas, pero muy alterado desde la construcción del puerto exterior de Ferrol. Aun así, las vistas son espectaculares. Hay un moderno centro de interpretación de cabo Prioriño (que costó un millón de euros, según reza un cartel), en cuyo conjunto se integra la batería de Punta Viñas (1739), la batería de Prioriño Chico (s. XVIII), rehabilitada al acondicionar todo el entorno del faro, y un observatorio ornitológico.
Dónde: faro de cabo Prioriño.
Entre este promontorio y la punta Lavandeira se despliega una de las una de las playas más bellas y salvajes de Galicia y de casi toda España. Un lugar fascinante donde se siente la fuerza de la naturaleza y la grandiosidad del Atlántico. Doniños tiene casi 2 km de longitud, escoltados por un frente dunar tras el cual se despliega una zona de humedales con una gran laguna de altísimo valor ecológico, por ser lugar de paso de aves migratorias y residencia de varias especies acuáticas. Estas lagunas se forman al frenar y remansar las dunas los arroyos que bajan de las laderas. Está declarada LIC (Lugar de Interés Comunitario). Es una playa de mar abierto y con fuerte oleaje, muy frecuentada por surferos y por amantes de los grandes espacios abiertos. Tiene dos accesos: el que indica Punta Penencia (praia) lleva a la zona suroeste, la más cercana a cabo Prioriño; el único servicio en esta área es un restaurante. La otra zona, la señalizada O Outeiro (praia), es la más frecuentada y domesticada, hay un aparcamiento de mayor capacidad, zonas de mesas y bancos y un par de restaurantes.
Dónde: playa de Doniños.
Desde Outeiro, en el extremo noreste de Doniños, la carretera continúa hasta otro enorme y sensacional arenal, la playa de San Xurxo (San Jorge), igual de bella y salvaje que la anterior, pero algo más recogida por la protección de la Punta Lavandeira por un lado y el cabo Prior, por otro. Tiene 1,8 km de longitud, así como otro cordel de dunas que la separan de otra laguna, en este caso prácticamente colmatada por los carrizales, y un denso bosque de eucaliptos. Está unida físicamente a la siguiente, la playa de Esmelle, a la que se llega por la carretera de San Xurxo a Cobas y que ofrece otro gran aparcamiento y unas pasarelas de acceso para no dañar las dunas. En Pedreira encontramos ya la señalización hacia cabo Prior.
Dónde: playa de San Xurxo.
Una carreterita permite adentrarse en la estrecha lengua de piedra de 4 km que termina en el cabo Prior, otra excepcional atalaya sobre la costa Ártabra, donde la vista se vuelve a perder en kilómetros a la redonda. El faro decepciona, porque es pequeño y chaparro, apenas 7 metros de fuste, pero no necesitaba más, ya que los acantilados de granitos y dioritas se elevan en este punto hasta 100 metros sobre el nivel del mar. Se ven restos de casamatas y de instalaciones militares que estuvieron en uso hasta hace poco. También, una cruz memorial.
Dónde: faro de cabo Prior.
Pueblo grande y disperso en el cruce de caminos que van a cabo Prior y a Doniños. Es una de las tres parroquias que forman esta mariña de cabo Prior y cuenta con todo tipo de servicios, además de con excelentes playas, entre ellas la más famosa es la playa de Santa Comba. Tiene unos 1.500 metros de extensión, es de carácter salvaje y sin urbanizar y termina en unos roquedos sobre los que se alza una ermita dedicada a esa santa. También destacan la playa de Vilar, de carácter familiar y la de Ponzos y la contigua cala del Casal, muy frecuentada por amantes del nudismo. En la carretera del faro hay que hacer un alto en la cetárea de Cobas, vivero de marisco en mar abierto que, además de vender producto fresco, tiene restaurante donde darse un homenaje.
Dónde: cetárea de Cobas.
A partir de este punto no hay carretera por la costa y hay que bordear el monte Lagoa saliendo a la N-655 para tomar luego la AC-116 hacia Valdoviño, un concello famoso por sus estupendas playas, entre las que hay que destacar las de Pantín, Vilarrube, Porto Carrizo (naturista) y Campelo, y por lo bravío de su costa; Roman Polanski rodó parte de La muerte y la doncella en los acantilados de la parroquia de Meirás. En esa misma parroquia está la pequeña cala de O Porto, con forma de concha y una sencilla pero fotogénica ermita en una roquedo que queda aislado en marea alta. Poco antes de llegar a la capital del concejo hay que tomar un desvío a la izquierda hacia Punta Frouxeira, otro de los accidentes geográficos importantes de esta accidentada costa.
Dónde: Valdoviño.
Un espacio natural privilegiado y diáfano, donde el horizonte parece estirarse hasta el infinito y se siente la fuerza del Atlántico. Lo primero que llama la atención es el faro, de construcción moderna y aspecto muy diferente a la iconografía farera tradicional que entró en funcionamiento en 1994. A sus pies se abren altivos acantilados y a la derecha, la playa de Frouxeira, de gran belleza natural, muy frecuentada en verano y una de las preferidas por los surfistas por los excelentes trenes de olas que se forman. Hacia el sur se ve la cala de O Porto y su ermita. Todos estos elementos componen un escenario salvaje en el que merece la pena parar un momento y deleitarse con la más pura naturaleza costera gallega.
Dónde: faro de punta Frouxeira.
La playa y el frente dunar de Frouxeira taponan la laguna del mismo nombre, uno de los humedales más grandes e importantes de la costa coruñesa, alimentado por un par de arroyos de agua dulce. La laguna de Frouxeira fue declarada Humedal de Importancia Internacional en 1993. Tiene unos 1.600 metros de largo por 500 de ancho y una profundidad media de metro y medio. Es un aeropuerto intermedio para muchas especies migradoras y también lugar de residencia y anidamiento de multitud de aves acuáticas. Entre otras especies se pueden ver garzas reales e imperiales, martín pescador, charranes, porrones, correlimos, aguiluchos laguneros, patos cuchara, ánades reales, cormoranes... Está rodeada por pinares de repoblación y otras manchas de árboles riparios, como alisos y sauces. En sus aguas viven anguilas, rodaballos y numerosos reptiles y anfibios. Una especie de arca de Noé en uno de los parajes más bonitos de la costa Ártabra.
Dónde: laguna de Frouxeira.
Esta playa lineal de arena blanca y tamaño medio, cerrada por dos puntas rocosas, empezó a hacerse mundialmente famosa a partir de 1988, cuando un grupo de aficionados ferrolanos al surf crearon una prueba internacional de un deporte entonces casi desconocido en estas costas. Con 35 ediciones en su historia, el Pantín Classic Galicia Pro se ha convertido en una de las pruebas cumbre del circuito mundial de surf, la tercera más veterana del mundo y un referente para todos los que están involucrados en este mundillo del viento y la olas. La razón de elegir Pantín fue que aquí, por una serie de casualidades morfológicas y de orientación, el oleaje entra de forma más directa y se crean olas de hasta 5 metros incluso con poco viento, cuando el agua en otras playas cercanas está calmada. En 2023 la prueba se celebrará del 26 de agosto al 3 de septiembre.
Dónde: playa de Pantín.
La más pequeña de las Rías Altas irrumpe en la costa Ártabra con un seno en forma de doble U que siempre fue famoso por su riqueza piscícola, muy en especial de percebes. ¡El rey de los mares de Cedeira!
Aunque la principal población de la ría está muy alterada por nuevas construcciones, aún abundan las fachadas con galerías acristaladas en la rúa Real y en la avenida de la Marina Española, por donde desagua el río Condomiños. En esa avenida y su prolongación, la rúa do Mariñeiro, verás bares y restaurantes donde probar los mejores percebes. Por la otra margen del río, las calles desembocan directamente en la playa de A Magdalena, un gran arenal urbano y muy familiar con excelentes servicios y alta ocupación veraniega. La iglesia de Santa María do Mar, que preside la zona medieval del pueblo, es del siglo XV, pero sufrió desafortunadas reformas. Al final del paseo del puerto se alza el castillo de la Concepción, construido en 1747 para defender el puerto y hoy reconvertido en museo municipal, aunque se encuentra cerrado temporalmente. Un monumento recuerda a la Mujer del Pescador.
A las 15:30 horas comienza a diario la subasta de pescado y mariscos en la lonja del puerto. Es pública y se puede visitar. Aunque un moderno sistema informático con pantallas luminosas y mandos a distancia para pujar ha sustituido el «¡míoı» tradicional del antiguo sistema por voz para adjudicarse los lotes, sigue siendo un espectáculo para el neófito ver docenas y docenas de cajas con percebes, nécoras, en nécoras, coquinas, almejas, berberechos, rape, merluza, pepito (tiburón leopardo), cabrachos, lenguados… La flota de merluza y rape es una de las más activas de estas costas y en su lonja puede haber cientos de lotes vendiéndose a la vez.
Desde el castillo parte un sendero (también se puede subir en coche) que permite alcanzar la ermita de San Antonio, un sencillo templo fundado a mediados del siglo XVII. La ascensión merece la pena sobre todo por las soberbias vistas que se tiene desde esta posición dominante de la ría. Una gran pradera herbácea antecede a la ermita, con un cruceiro dedicado al Cristo da Ponte.
Desde el castillo se puede bajar a pie a la pequeña cala Sonreiras, un arenal recogido entre los acantilados muy apreciado por su condición salvaje; su mejor momento es en la bajamar. Aunque la playa más famosa y concurrida de la ría es la de Vilarrube, un pintoresco y fotogénico arenal al sur de la ría, en el término de Valdoviño. Delimitada por dos montes cubiertos de verdor que contrasta con su arena blanca y fina, Vilarrube tiene un alto valor ecológico por el frente dunar que la recorre, donde crecen lirios de mar y juncos.
Dónde: Cedeira.
Solo 12 km por la empinada sierra de A Capelada separan Cedeira de este santuario gallego, fundado hacia el siglo XII y cuyas paredes encierran un retablo barroco donde se veneran las supuestas reliquias del apóstol San Andrés. San Andrés de Teixido es el segundo lugar de peregrinación más famoso y concurrido de Galicia, por detrás, obviamente, de Compostela. La iglesia actual data de 1758 y está rodeado de un pequeño poblado que vive prácticamente de dar servicios a los peregrinos. La fiesta grande es el 30 noviembre («Santo mes, empieza con Todos los Santos y acaba con san Andrés», dice el refrán). También es festivo el 8 de septiembre, cuando antaño empezaban las romerías de cada pueblo cercano. Una vez en el santuario hay que respetar varias tradiciones: la primera, comprar figuritas de pan. Luego, entrar en la ermita y rogar la bendición de San Andrés. Después se toma rumbo hacia la Fuente del Santo, donde hay que beber de los tres caños sin apoyar las manos en la pared. Tras pedir los deseos hay que arrojar al agua una miga de pan. Si flota, estos se harán realidad, pero si se hunde... ¡mala suerte! También es habitual buscar la herba namoradeira (hierba de enamorar) o clavel marino y los xuncos de ben parir (los juncos del buen parir) y volver al santuario con el ramo. Se dice que para lograr el amor de quien se desee, no hay más que ponerle un pétalo de la herba namoradeira en el bolsillo sin que la amada o amado se percate... y la pasión está asegurada.
Dónde: San Andrés de Teixido.
Desde el santuario seguimos hacia Cariño y el cabo Ortegal atravesando la sierra de A Capelada. Un camino de tierra a la izquierda (accesible solo a pie) lleva hasta una garita de piedra (vixía) sobre estos enormes acantilados, considerados unos de los más altos de Europa, que se elevan 612 metros por encima de las aguas del Atlántico. En realidad, no es un pared cortada a pico, sino una ladera muy pronunciada. La garita fue construida en el siglo XVIII dentro de una red de puestos de vigilancia costera. Un murete de piedra la rodea y previene de vértigos indeseados. El mar se ve extraño desde aquí arriba por lejano; nadie está acostumbrado a verlo desde tanta altura.
Dónde: vixía de Herbeira.
Cada verano, en el corazón de la sierra de A Capelada, en el término municipal de Cedeira, tiene lugar una de las Rapas das Bestas más famosas de Galicia. Desde tiempos inmemoriales, una vez al año se reúnen los caballos salvajes de la sierra para raparles las crines y marcar a los más jóvenes con el hierro de cada ganadero. La fiesta tenía intereses económicos, pues con las crines de los caballos se hacían relleno de colchones y almohadas, pinceles, cuerdas.. Hoy ya no se fabrica nada con ese pelo, pero la fiesta sigue reuniendo cada año a mayor número de espectadores, tantos que el concello de Cedeira habilitó un nuevo curro (cercado donde se lleva a cabo la rapa) a solo 2 km del antiguo. Como antaño, los mozos del pueblo luchan con los potros para tumbarlos y marcarlos, y los garañóns, los machos dominantes de cada manada, pelean entre sí.
Dónde: sierra de A Capelada.
Tras deambular por parajes solitarios, donde pacen vacas y caballos, la carreterita muere en cabo Ortegal, el segundo punto más septentrional de la península ibérica, después del vecino Estaca de Bares. El cabo transmite una sensación poderosa y extraña a la vez, con amenazadoras rocas de granito negro y tres pináculos que emergen del agua frente al faro, siempre batidos por el oleaje, donde suelen faenar los percebeiros. Las rocas que forman el cabo tienen 1.160 millones de años de antigüedad, el doble que las más antiguas conocidas hasta el momento en la península. Quizá por eso la extraña fuerza que transmite, unida a la espectacularidad y amplitud del océano que lo envuelve. El faro es moderno; entró en servicio en 1984. Su fuste es de poca altura (10 metros) ya que se ubica en un acantilado de otros 110 metros sobre el nivel del mar.
Dónde: cabo Ortegal.
Disfruta del enorme valor medioambiental y paisajístico de esta ruta por la gallega costa Ártabra y la ría de Cedeira. Espero que el mapa te sea útil para planificar tu viaje.