Manzanera es uno de los balnearios históricos de Aragón. Un remanso de paz y silencio en uno de los rincones más bellos de la sierra de Javalambre. Además de disfrutar de tratamientos en su centro termal, puedes sentarte a leer o escuchar el trino de los pájaros en las alamedas que lo rodea. O hacer numerosas excursiones por los alrededores. Te cuento pueblos cerca de Manzanera y excursiones desde el balneario.
Publicado por Paco Nadal el 05 de junio de 2023.
El balneario de Manzanera, en la sierra turolense de Javalambre, es uno de los históricos de Aragón. Fue inaugurado en 1929 aunque más tarde fue ampliado y remodelado en 1958. Se trata de un hotel de tres estrellas muy agradable, sencillo, que conserva el estilo arquitectónico de aquella época, enclavado en uno de los parajes de mayor belleza de la sierra. Está a orillas del río Paraíso, del que toma el nombre: Balneario El Paraíso. Uno de sus atractivos es su ubicación, rodeado de alamedas y bosques, en un entorno de gran belleza natural y con posibilidad de hacer un montón de excursiones. Y por supuesto, con el centro termal dentro del edificio principal en el que se pueden recibir tratamientos de diversa índole. Me gustan especialmente los jardines que lo rodean, la posibilidad de sentarse a leer o descansar en un entorno de lo más relajante y como de otra época. El balneario tiene un restaurante propio con comidas y cenas servidas (no bufé, cosa que se agradece) con especial atención a la cocina turolense y aragonesa. Alquilan bicicletas y organizan paseos a caballo.
A diferencia de la de otros centros termales, el agua de la fuente del Salvador, de la que se nutre el balneario, emerge a 14 °C. Tiene propiedades digestivas, reumatológicas, respiratorias y dermatológicas. El centro termal, que está en el piso inferior, consta de una piscina de agua caliente y chorros con solárium, una habitación de tratamiento por haloterapia, otras de duchas de contraste y chorro a presión, pediluvios, vaporarium, aerosoles y diversas salas para masajes y tratamientos personalizados.
En mayo se abre la gran piscina exterior cubierta, un recurso añadido a la oferta del balneario que es, sin duda, la instalación más demandada en verano. No es una pisicna climatizada, pero la cubierta de cristal le confiere una temperatura al ambiente y al agua de lo más agradable en las frescas mañanas primaverales de la sierra turolense.
Como decía, una de las mejores cosas del balneario de Manzanera es su ubicación y la posibilidad de empaparte de naturaleza desde el mismo balneario sin necesidad de coger el coche. Estas son algunas de las posibilidades:
Senda fluvial del río Torrijas
La excursión más sencilla y más demandada. Se trata de una senda perfectamente señalizada que parte del mismo edificio y sigue en paralelo al río hasta la localidad de Manzanera. Tiene una dificultad baja y se tarda una hora en ir y otra en regresar por el mismo camino. Es perfecta para hacerla a pie, aunque también en bicicleta o a caballo. Discurre por un bosque de ribera con choperas, olmos centenarios y praderas en flor en la primavera e inicios de verano. Otro de sus atractivos es visitar Manzanera y su casco antiguo, donde aún se conservan dos portales de las murallas, una iglesia barroca, un museo etnológico y varias calles pintorescas y llenas de rosales.
Las Cruces del Paraíso
Una de mis excursiones favoritas es la de las Cruces del Paraíso. Se trata de una subida de unos 45 minutos, y no demasiado exigente, a la montaña que se ve detrás del balneario, en cuya cumbre hay plantadas unas cruces en medio de un entorno bellísimo de espolones rocosos. Y con unas vistas estupendas de toda la sierra. Se empieza subiendo por la pista de tierra que lleva a las caballerizas y se continúa por un sendero bien trazado entre pinares, enebros y algunos ejemplares de sabinas centenarias.
Ruta de las Fuentes
Esta excursión parte también desde la misma fachada del balneario y se puede hacer a pie en unas dos horas y media o tres. Discurre primero por la carretera y luego por caminos y sendas. Su principal atractivo es que pasa por varias de las fuentes que drenan los ríos del valle: la del Cañuelo, la del Gavilán, la de las Especias o el nacimiento del río Torrijas. Discurre por bosques de pinos y chopos, con preciosas vistas panorámicas de todo el valle.
Fuente Tejeda
Esta excursión es algo más larga: tiene 14 km y lleva unas cinco horas hacerla a pie. Por eso, es más recomendable para hacerla en bicicleta o en coche. Discurre por la carretera asfaltada que remonta el río Torrijas y también por caminos de tierra. Tras un espectacular túnel llega a la fuente Tejeda, un rincón umbrío y húmedo, de los más bonitos de esta zona de la sierra, donde el agua se descuelga por cascadas llenas de musgo.
Mora de Rubielos
En la comarca de Gúdar-Javalambre existen dos pueblos de nombre tan singular que parecen formar parte de un trabalenguas. O una inocentada. Uno es Mora de Rubielos, una excursión obligada desde el balneario (está a media hora en coche). En Mora destaca el soberbio castillo de los Fernández-Heredia, una fortaleza del siglo XIV en perfecto estado de conservación que alberga un museo de Arte Sacro. Luego debes deambular por la plaza Mayor, donde está la fachada de la excolegiata de Santa María, otra de las joyas arquitectónicas de Mora de Rubielos. Y docenas de rincones encantadores, como el portal de la muralla o las numerosos casonas y palacetes que quedan en pie.
Rubielos de Mora
La otra parte del trabalenguas es esta localidad, a 12 kilómetros de Mora, con la que comparte topónimos, pero al revés. Rubielos de Mora es otro de los pueblos monumentales de Teruel. Se accede por el portal de San Antonio, resto de la vieja muralla, que comunica con la plaza Mayor, con una fuente en el centro. En realidad, más que plaza es un cruce de calles que ensancha algo el denso entramado medieval de la villa. A ella se asoma el Ayuntamiento, el típico palacio renacentista aragonés con un patio porticado que hizo las veces de lonja y mercado. Rubielos es ideal también para patearlo tranquilamente y apreciar sus muchos palacios y casas solariegas y sus calles peatonales hasta acabar la ruta en el portal del Carmen, la otra puerta que se conserva de la muralla, opuesta a la de San Antonio.
Vía verde de Ojos Negros y viaducto de Albentosa
Muy cerca del balneario discurre la Vía Verde más larga de toda España: la de Ojos Negros, que tiene 204 kilómetros. Las Vías Verdes son antiguas plataformas ferroviarias recuperadas como sendas para hacer a pie, en bici o a caballo. Esta de Ojos Negros perteneció a un ferrocarril minero que transportaba el hierro de las minas de Ojos Negros (Teruel) hasta el puerto de Sagunto (Valencia). En Albentosa, a 15 kilómetros del balneario de Manzanera, por la misma carretera que viene de la autovía, se construyó el viaducto más largo y más alto de toda la línea férrea. Tiene siete arcos, 180 metros de longitud y levanta 40 metros sobre el río homónimo. Merece la pena ir a visitarlo y de paso caminar un rato por esta zona de la Vía Verde.