Baja California Sur es un paisaje único en el mundo para hacer turismo. Un desierto de piedra y cactus rodeado por dos enormes masas de agua: el mar de Cortés a un lado y el océano Pacífico por otro. Y entre ambos, una selva seca de plantas crasas y cactus con todas las especies imaginables. Te cuento lo imprescindible que ver en una ruta de Los Cabos a Loreto, pasando por La Paz.
Actualizado por Paco Nadal el 09 de diciembre de 2022.
Se conoce así al extremo sur de esta alargada península de 1.700 kilómetros de longitud y apenas 100 de ancho. Los Cabos —la fachada más cosmopolita del más elitista resort de playa de México— es en realidad la unión de dos municipios: San José del Cabo y Cabo San Lucas. Aquí tienen casa Jennifer Anniston, George Clooney —quien comparte parcela con Cindy Crawford— Catherine Zeta Jones y Silvester Stallone, entre otros. Mariah Carey suele alquilar un hotel completo en la playa de Cerritos cuando viene a pasar unos días. ¿Qué tiene los Cabos para atraer a vecinos tan significados? Por una parte, unos paisajes singulares, en los que detrás de playas idílicas de arena blanca y aguas cálidas, en vez de filas de cocoteros tropicales se elevan millones de cactus esbeltos. Y por otro, unas infraestructuras construidas a propósito para atraer a un turismo de alto nivel, sobre todo norteamericano. La cercanía a Estados Unidos (apenas una hora de avión desde Los Ángeles) ha convertido a Los Cabos es uno de los destinos veraniegos más populares de ese país.
Los Cabos tiene alojamientos como las exclusivas urbanizaciones de Palmilla o El Dorado, donde hay chalés de 12 millones de dólares. U hoteles como el Esperanza Resort (en el que pasaron Leonardo Di Caprio y Bar Refaeli su famoso Fin de Año) o el exclusivo One & Only Palmilla, con habitaciones que destilan confort e instalaciones selectas a pie de playa, donde te puedes cruzar con un jugador de la NBA o con una estrella de la TV. Pero en Los Cabos también existen hoteles normales para presupuestos normales, con buenas ofertas en temporada baja, que suele coincidir con el verano en Europa —tanto en Cabo San Lucas, como en San José del Cabo—. Y playas populares con chiringuitos, tumbonas y actividades acuáticas.
Fue el primer asentamiento pesquero del sur de Baja. Y por fortuna, la modernidad y el auge del turismo no logró acabar con su fisonomía de pueblito mexicano, que se conserva en buena parte del casco antiguo. Hoy, gracias a una asociación de comerciantes y arquitectos, se ha rehabilitado casi todo ese centro histórico, lleno de casitas bajas de estilo colonial, para que el viajero pueda disfrutar de un trocito del México real entre tanto hotel de nueva construcción. Las calles que rodean el zócalo de San José de los Cabo están llenas de galerías de arte y talleres de artesanos. Los jueves los comerciantes organizan el “Paseo del arte” y hay música y ambiente por las calles, detalles y descuentos en los establecimientos y un horario de cierre más tardío. Las fachadas del casco histórico de San José del Cabo se han convertido en un pastel de colores digno de Frida Khalo. Verdes eléctricos, morados imposibles, rojos bermellones, azules que empequeñecen el océano. Aunque no son los colores originales: sus habitantes las dejaban de blanco o en puro cemento, bastante tenían con sobrevivir de la pesca como para pensar en florituras de diseño.
A diferencia de lo que pasa en San José, en Cabo San Lucas no queda nada de arquitectura tradicional. Hoy es el tramo más mundano y bullicioso de Los Cabos, con multitud de bares, restaurantes y hoteles a pie de playa. El paseo más famoso de Cabo San Lucas es Luxury Avenue, en Puerto Paraíso, donde encontrarás tiendas casi todas las marcas de prestigio y puedes dar rienda suelta a tu VISA en Hermès, Cartier, Chopard… Su puerto deportivo es un gigantesco escaparate de las vanidades, con barcos de todo tipo, pero con predomino de los que quitan el hipo, y un desfile de modelitos al caer la tarde que rivaliza con cualquier pasarela de moda. Cabo San Lucas tiene también excelentes playas. La más famosa y concurrida es la playa del Médano, una media luna de arena fina desde la que puedes ver sentado en tu tumbona la foto más espectacular de Baja California: el arco de Cabo San Lucas. Una cadena de peñascos puntiagudos que salen del mar como mazorcas de maíz y que marcan el final de la península de Baja. Al atardecer salen barcos de pasajeros desde la rada de Cabo San Lucas para ver el arco a la caída del sol, todo bien regado con música, tequilas y margaritas. Aunque hay que andar prevenido: algunos montan un show hortera de piratas que arruina la magia del momento. Si has llegado hasta aquí, te recomiendo una excursión en un barco con fondo de cristal que te permitirá contemplar uno de los ecosistemas marinos más ricos del planeta.
Si en vez de marcha y compañía lo que se busca en Los Cabos es algo más de privacidad, hay que optar por playas como las de Chileno o Santa María, solitarios y bellísimos arenales orlados por cactus gigantes que, pese a estar en pleno corredor turístico (como le llaman a la autovía que une San José y Cabo San Lucas, donde están la mayor parte de hoteles) te hacen sentir bucanero en una ínsula barataria. Pero sin barco pirata. Otra de quitar el hipo es playa Cerritos, paraíso de surferos cerca de Todos Santos. El mar es aquí un tanto bravo como para chapotear, pero te puedes dar un paseo tan kilométrico por la arena que al final te tienta pedir un taxi para regresar, de lo lejos que ha quedado la sombrilla y la toalla.
La capital del estado de Baja California Sur es una villa apacible y de ambiente local que nada tiene que ver con el hedonismo de Cabo San Lucas. Se levanta al final de una bahía del mar de Cortés, con una increíble variedad de vida marina y de paisajes geológicos. Merece la pena dar un paseo por el malecón al atardecer para disfrutar del ambiente local con vecinos paseando, restaurantes sencillos que ofrecen tacos y quesadillas o pescado fresquísimo y los colores que el ocaso pinta en la bahía. Si vas a La Paz, tienes que hacer sí o sí una excursión en panga (bote fueraborda) por la bahía en busca de ballenas, delfines, lobos marinos, cachalotes, tiburones ballena, rayas saltando fuera del agua y un largo etcétera. Esta es además la única manera de acceder a alguna de las playas fantásticas y solitarias de arenas blancas y aguas transparentes que hay en las islas de la bahía. Detrás de ellas, en vez de selvas con palmeras, se levantan desiertos con enormes cactus cardones. La excursión más recomendable es la que lleva a la isla de Espíritu Santo, declarada Patrimonio de la Humanidad, con increíbles paisajes de acantilados volcánicos y bellas playas, en la que se puede nadar entre lobos marinos.
Mucho más al norte aparece Loreto, donde se fundó en 1697 la primera de las muchas misiones con las que los jesuitas fueron colonizando California hasta llegar a la actual San Francisco (EEUU). Loreto es otra de las visitas imprescindibles en Baja California Sur. El centro histórico gira en torno a la iglesia de la vieja misión y conserva aún mucho del encanto original de localidad pesquera y agrícola (debajo te detallo alguna excursión interesante). Muchas de las viviendas se han transformado en hoteles boutique, en restaurantes con encanto y en tiendas de servicios para el turismo. Loreto cuenta con una larga y soleada playa que es famosa en Baja, un lugar donde descansar al final de un buen viaje por Baja California Sur. También es digna de visita en panga la costa, protegida bajo la figura Parque Nacional de la Bahía de Loreto. En el puerto hay numerosas empresas que ofrecen paseos en lancha para hacer buceo o snorkel, avistar ballenas, lobos marinos, delfines, mantas-rayas y multitud de otras especies.
Este mapa para tu recorrido por la Baja California Sur incluye las cinco localizaciones imprescindibles. ¡Buen viaje de Los Cabos a Loreto!