¿Ya tienes tu entrada para visitar la Alhambra? ¿Aún no? Es lo primero que deberías hacer: es uno de los monumentos más famosos de Europa y suele haber mucha demanda. Aquí te explico cómo comprar las entradas para la Alhambra. ¿Ya la tienes? Pues vamos allá. La Alhambra, en Granada, es el palacio árabe mejor conservado de Europa, una ciudad palatina de origen medieval única en el mundo. Con esta guía práctica podrás visitar los principales rincones de esta joya por tu cuenta.
Actualizado por Paco Nadal el 11 de abril de 2023.
La zona arqueológica y monumental más importante de la Alhambra corresponde a esta serie de palacios que los diversos monarcas de la dinastía nazarí, la última que gobernó en Granada, fueron levantando en la colina desde la llegada de Muhammad al-Ahmar en 1238 hasta la caída de la ciudad en manos cristianas en 1492. Los primeros reyes cristianos los usaron también como residencia y salas de recepciones, por lo que los cuidaron y repararon, permitiendo que muchas de sus maravillas llegaran a nuestros días. La primera sala que verás es el Mexuar; es también la más alterada a lo largo de los siglos. Es la sala donde se reunía el consejo de Ministros y donde el sultán impartía justicia. Se sale por un pequeño patio al que asoma la fachada del palacio de Comares, ricamente decorada. Ese pequeño patio comunica con el Cuarto Dorado, donde los secretarios del sultán redactaban sus escritos y sentencias. El techo dorado es de época de Muhammad V y fue redecorado por los Reyes Católicos. Saldrás así al primero de los grandes y famosos patíos de la Alhambra, el patio de los Arrayanes, en torno al cual gira el palacio de Comares, construido por el gran Yusuf I. Diseñado al más puro estilo árabe, todos sus elementos se reflejan en el agua creando un mágico juego de simetrías. En los pabellones laterales vivían las cuatro esposas oficiales del sultán.
Una de las obras cumbre de la Alhambra es esta estancia de la torre de Comares que, con sus 45 metros, es la más alta del recinto. El salón de los Embajadores era el salón del trono donde el sultán Yusuf I recibía a visires, embajadores y delegaciones extranjeras. La rica decoración de sus paredes, mucha de ella en cerámica dorada y yeserías originales del siglo XIV, y su elevada y recargada cúpula hacen de este recinto la recreación de lo que todos entendemos por lujo oriental. Los muros están abiertos a nueve pequeñas alcobas donde esperaban los invitados; la central estaba destinada al sultán. El salón siguió siendo utilizado por los Reyes Católicos y aquí se supone que Isabel la Católica recibió a Cristóbal Colón cuando accedió a financiar su expedición y aquí firmaron Isabel y Fernando el documento de expulsión de los judíos que no se convirtieran al catolicismo.