Aunque la costumbre de las tapas está arraigada en muchos lugares de España y en casi toda Andalucía va incluida en el precio, en poco sitios como en Granada este arte epicúreo de disfrutar de la comida en pequeñas y variadas porciones se lleva a cabo con tal generosidad y abundancia. Una caña o un vino con tapa cuesta de media 2 euros. Pero la tapa incluida no es un humilde plato de aceitunas o cacahuetes; los bares rivalizan por ofrecer un festival de sabores en cada entrega y en cantidades más que generosas. Se refieren a ellas como " la primera", "la segunda"... Aquí van algunos de los mejores bares de tapas de Granada. Una ruta de bares que te puede servir de hilo conductor para descubrir los sitios ineludibles para un primera visita a Granada.
Publicado por Paco Nadal el 15 de diciembre de 2019.
La calle Navas, que empieza en la plaza del Carmen, donde está el Ayuntamiento, es la calle de los bares. Hay uno en cada puerta; aunque muchos son para güiris (y dan paella por las noches), los hay también genuinos y auténticos. Como Los Diamantes (Navas, 26), un clásico granadino abierto en 1942 que siempre está a tope; hay que entrar a la carga para hacerse un hueco; tiene otro local más adelante (en la calle Rosario) y otro en Plaza Nueva. Tienen buena gamba blanca, fritura de pescado, sesos, mollejas, pijotas y exquisitos cazón en adobo. En el número 19 está Las Copas, taberna típica andaluza con buenas materias primas. La prolongación de la calle Navas, una vez cruzado San Matías, se llama calle del Rosario; aquí encontramos La Tana, un sitio pequeño y siempre atestado, pero donde saben de vinos y los sirven a su temperatura correcta y por copas.
Un lugar muy agradable para ir de noche es la plaza de la Romanilla, al lado de la Catedral; peatonal y llena de bares con terrazas. Allí está El Deseo (nº 20) donde con la caña o copa de vino te ponen una hamburguesa mini pero exquisita. Contigua está la plaza Pescaderías, donde también abunda la oferta entre ellas Cunini, buena marisquería y barra con productos del mar. Otro histórico cercano también a la catedral es el bar restaurante Sevilla (Oficios, 12), que cuenta con una de las terrazas más solicitadas en verano. Y por supuesto, el Provincias (calle Provincias, 4), peruqeño pero con buenas tapas de pescado y marisco; abierto desde 1945.
El Bar Aliatar (San Sebastián, 4), inaugurado en 1947, es famoso por sus pequeños bocadillos (tiene otro local en la calle San Antón). Cisco y Tierra (calle Lepanto, 3) es un local centenario que pese al cambio de dueño conserva el sabor y la decoración añejas; su especialidad son los ibéricos y el requeté (melva canutera y pimiento morrón), y la variedad de vermús. Un histórico: Casa Enrique (apodado El Elefante), en la Acera del Darro, 8: lleva sirviendo vinos desde 1870, lo que le acredita ser el bar más antiguo de la ciudad y tercero de Andalucía: taberna de lo más tradicional, con su barra de madera, fotos históricas, buenos vinos y mejores embutidos, aunque en una cosa no es tradicional: no ponen tapa con la bebida, hay que pagarla aparte. Una buena fritura de pescado en la Blanca Paloma, en la calle de Alhamar, 14 (donde suelen poner como primera tapa unas berenjenas fritas que quitan el hipo). La Bodeguilla de al Lado (Tendillas de Santa Paula, 4) es un lugar muy especial donde desde hace más de 20 años sirven buenos vinos por copas, aún usan manteles de ganchillo y discos de vinilo como si fuera una taberna antigua; caro, pero bueno.
En la esquina de la calle Elvira con Almireceros está Bodegas Castañeda, uno de los locales más famosos de toda Granada; decoración de taberna antigua, buenas tapas y una especialidad, el calicasa, una combinación de vinos dulces autóctona de la casa. En el 7 de la misma calle Almicereros, no te pierdas Taberna Salinas, un gastrobar con decoración moderna y vanguardista, como son también sus tapas. Desde 1959 lleva poniendo tapas. En la placeta de San Gregorio, en lo alto de la calle de las teterías, esta El 22, cuya terraza es la mejor platea para disfrutar con el bullicio urbano de este pequeños Marruecos granadino. Debajo de Calderería Nueva, cruzando la calle Elvira, está La Bella y La Bestia II (Cárcel Vieja, 1), bar de decoración ecléctica pero donde pone una de las tapas más generosas en tamaño de Granada; perfecto para presupuestos reducidos. En el Paseo de los Tristes hay también mucha oferta, toda en la misma fachada: 1899 (en el nº 3), antigua tienda de ultramarinos con buen pescaito frito, rabo de toro y habas con jamón; suelen hacer paella de primera, y Rabo de Nube (en el nº 1) es otro clásico del barrio para tomar tapas o para tomar copas. La Bella y la Bestia I, en la Carrera del Darro, 37, ofrece igual que su sucursal una decoración ecléctica y tapas muy abundantes. La especialidad son las patatas asadas.
Los dos espacios urbanos más animados de bares y terrazas de esta zona de la ciudad son la plaza Larga y la Plaza de San Miguel Bajo, donde hay oferta de todo tipo y mucho ambiente al aire libre con buen tiempo. Una de las tradiciones granadinas consiste en subir a la plaza Aliatar y sentarse en la terraza del bar de los caracoles (en realidad se llama Bar Aliatar, pero la gente lo conoce por su tapa más famosa). Un día bueno cuecen 170 kilos de caracoles. Están de muerte: sabrosos y con el picante justo (abren a las 13.00). En la placeta de Carniceros, esquina con calle Pagés, encontramos Casa Torcuato, cocina andaluza con toques de fusión y tapas creativas; en verano su terraza es de las más solicitadas. Y en la placeta de Fátima, El Ladrillo, con animada terraza veraniega; la especialidad son los pescados fritos, que sirven en “barco” (para dos personas) o en “trasatlántico” (para cuatro con hambre).
Entrando por la calle Pavaneras se pasa por la pequeña plaza del Realejo, que da nombre al barrio. Allí está El Sota, un bar añejo y centenario donde dan rabo de toro, bacalao al sota, y habitas de la Vega. Más adelante aparece el Campo del Príncipe, otro espacio urbano emblemático para ir de tapeo a mediodía en primavera e invierno; o por la noche, en verano. Un lateral de la plaza aglutina un bar tras otro. Aquí destacan Los Martinetes (albondigas nazaríes, ciervo a la granadina, salmorejo o tortilla de verduras); la Taberna Tofe (la especialidad son las carnes al horno de leña y la tortilla de camarones) y El Trasgu, un asturiano fantástico en Granada cerrado de momento hasta nuevo aviso (prometen nuevo proyecto. El genial cantaor Enrique Morente frecuentaba los bares del Realejo, se le solía ver por el Candela y por La Esquinita.
La antigua zona de marcha y copas universitaria ha venido a menos, dejando de atraer la atención de la gente joven. Pero aún hay bares por los que merece la pena dejarse caer por allí; uno de ellos es El Rinconcillo (nº 30), con buen picoteo (ponen paté casero de primera y albóndigas con tomate de segunda) y excelentes vinos por copa a la temperatura correcta.