La fastuosa mezquita-catedral de Córdoba fue el símbolo del poder del Islam en la península ibérica. Sus pilares, arquerías, yeserías y muros han visto pasar más de doce siglos de historia. Un fabuloso edificio que deja perplejo a cualquier visitante, amante o no del arte y la historia. En este post te cuento su esencia y continuas transformaciones y cómo organizar tu visita a la mezquita-catedral de Córdoba.
Actualizado por Paco Nadal el 23 de diciembre de 2022.
La construcción de la mezquita-catedral de Córsoba la inició el emir Abderramán I en el año 785 y fue sucesivamente ampliada y mejorada por todos los califas cordobeses. A Alhakén II, que gobernó uno de los periodos de mayor esplendor del califato (961-976), se le deben los añadidos más suntuosos. La gran obra fue completada en el siglo XII por Almanzor. Estas ampliaciones se entienden perfectamente cuando la visitas y te sumerges en lo que, sin duda, es el mejor ejemplo del arte islámico en Occidente: el gran patio de columnas.
Lo forman 850 pilares de granito, jaspe y mármol, muchos provenientes de anteriores edificios romanos y visigodos; sustenta el techo del patio de oración, una gigantesca superficie en la que el visitante se siente acogotado por el peso de la historia. Es fácil distinguir la primera nave de Abderramán I y sus toscas arquerías. Las más elegantes y trabajadas columnas pertenecen a la ampliación de Alhakén II, con dovelas de diferente piedra según color y teselas bizantinas decorando la portada del mihrab. Los arcos menos suntuosos son los de Almanzor, donde todas las piedras son iguales, pero están pintadas de diferente color porque se primó la cantidad a la calidad. Una maravilla del arte.
Con la caída de Córdoba, los cristianos deciden hacer un templo sobre otro (como ya antes había hecho Abderramán I con la primitiva iglesia visigoda) y levantan una catedral en el mismo solar, pero, a diferencia de lo que ocurrió en las demás capitales, no acabaron con todo. Gracias a esta decisión, hoy podemos disfrutar de un edificio único en el mundo en el que recorrer 1.200 años de historia del arte: desde los restos de la pequeña basílica visigoda, aparecidos en las excavaciones, a las columnas califales, pasando por los artesonados mudéjares de la primera capilla cristiana y la locura churrigueresca de la silería del coro, tallada en 1758.
Las entradas online se pueden adquirir en la web oficial del Cabildo Catedral de Córdoba, seleccionando fecha y hora, así evitarás las largas colas en el lugar. Hay además un teléfono de ayuda al visitante, el 957 850 030, y un correo electrónico, ticket@mezquita-catedraldecordoba.es.
- Entrada general: 11 € (incluye la rita de las iglesias Fernandinas).
- Menores de 10 a 14 años, 6 € y menores de 10 años, entrada gratuita.
- Con carné joven o de estudiante, 9 €.
- Familia numerosa: adultos, 6 €, y menores, 4 €
- Personas con diversidad funcional menor del 65 %, 6 € y mayor del 65 %, entrada gratuita.
- Nacidos y residentes cordobeses, entrada gratuita.
También puedes optar por una visita guiada, organizada por alguna empresa especializada. Esto no solo te dará la oportunidad de recorrer el monumento con un guía experto, con el que sacarás el mayor partido a la visita, sino que además te evitarás el engorro de comprar tú las entradas y hacer la cola. Te recomiendo esta visita guiada de una hora con guía en español. Así mismo puedes optar por esta otra opción y sumergirte en la historia de Al-Andalus visitando la mezquita-catedral de Córdoba con este tour, que también te permitirá conocer el barrio de la Judería.
El Cabildo Catedral de Córdoba ofrece otras tres visitas. Tanto si conoces el monumento como si no, el espectáculo nocturno El alma de Córdoba te permitirá redescubirir a través de la luz, el sonido y la imagen y desde una perspectiva histórico-artística y religiosa este magnífico ejemplo del arte islámico. La entrada es de 18 €.
Subir a la Torre Campanario, uno de los iconos de la silueta de Córdoba, te ofrece un mirador único —el de mayor altura de Córdoba— para disfrutar de la ciudad. La entrada es de 3 €. Por último, la ruta de las Iglesifas Fernandinas (recuerda que si tienes la entrada general a la mezquita la tienes ya incluida) recorre ocho templos fundados por orden de Fernando III el Santo. El precio de su entrada es de 5 €.