Ver gorilas en Uganda es una de las grandes aventuras africanas y uno de los mejores safaris de África. Abierta al turismo no hace muchos años, Uganda tiene un poco de todo: parques nacionales con fauna africana, hitos geográficos como las fuentes del Nilo, unos paisajes ecuatoriales siempre verdes y la intensa vida en sus caminos pueblos. Y por supuesto, ese trekking para ver gorilas en el bosque de Bwindi es el colofón de todo viaje a Uganda.
Publicado por Paco Nadal el 16 de septiembre de 2018.
Como toda capital africana, Kampala es una ciudad grande, ruidosa, fea y llena de vida callejera. Pero como es la puerta de entrada para los que llegan por avión, se puede dedicar una mañana a una primera inmersión en la realidad del país visitando el caótico mercado central de frutas y verduras. Muy cerca queda la estación central de matatus, las furgonetas blancas y azules que son la red neuronal del transporte nacional. Aunque cuando digo estación, no te imagines una normal: es una explanada embarrada con cientos de furgonetas, todas iguales. Los matatus van siempre atestados, van a todas partes y paran en cualquier lugar a recoger o dejar viajeros, contribuyendo en buena medida al caos habitual de las carreteras ugandesas. Te recomiendo el hotel Speke, un famoso e histórico alojamiento donde se han hospedado todos los personajes ilustres que han pasado por aquí, incluido John Ford, Humphrey Bogart y Katherine Hepburn durante el rodaje de La reina de África.
Uno de los mejores lugares para ver rinocerontes en África. Debido a que en la década de los 70, durante el régimen del dictador Idi Amín, los furtivos acabaron con todos los rinocerontes de Uganda, una entidad privada compró miles de hectáreas en la zona central de Uganda para intentar reintroducirlos. El experimento se llama Ziwa Rhino and Wildlife Ranch. Empezaron con tres ejemplares de rinoceronte blanco traídos de Kenia a los que luego se unieron otros dos llegados de un parque Disney, en Orlando. Hoy cuentan con 36 ejemplares; el propósito es empezar a reintroducirlos en parques nacionales ugandeses cuando lleguen al medio centenar. No es –hay que advertirlo- un entorno salvaje 100%: es una reserva –que no un zoo-, pero creo que merece mucho la pena porque la visita se hace a pie y puedes ver ejemplares enormes de rinocerontes adultos más cerca de lo que jamás imaginaste. En pocos lugares del mundo puedes observar una manada de seis u ocho rinocerontes pastando delante de ti. Y con el dinero de la entrada contribuyes a financiar este proyecto y que los rinocerontes vuelvan a los espacios naturales de Uganda. Está a unos 50 kilómetros antes de Masindi, viniendo desde Kampala.
El parque nacional Murchison Falls es el gran espacio protegido ugandés y ocupa 3.900 kilómetros cuadrados a ambos lados del río Nilo, hasta las riberas del lago Alberto. Un paisaje de sabana abierta, con algunos tramos más boscosos, que alberga una buena representación de toda la fauna africana, sobre todo de herbívoros. Aunque faltan algunos actores principales, como las cebras, los ñus o los impalas. Hay leones (no muchos, para verlos es mejor el Queen Elisabeth) y elefantes, aunque tampoco en grandes manadas. Digamos que si quieres ver animales en Uganda tienes que ir al Murchison Falls, pero no es comparable a otros parques de la Champion League de los safaris, como Serengeti y Chobe. Tiene tres entradas: Packwuach, Wangkwar y la más usada y popular, Kichumbangogo, que es la que está cerca de Masindi; por ella se llega al transbordador de Paraa, la única forma de cruzar el Nilo. El avistamiento de fauna empieza en realidad al otro lado del río. Se permite la acampada salvaje aunque también hay lodges en el interior del parque. Uno económico, tipo low cost, es Red Chilli Rest Camp. De categoría superior, el Paraa Lodge, cerca del transbordador.
El accidente geográfico que da nombre al parque es también uno de los puntos imprescindibles de visita dentro de él. Las catataras Murchison fueron descubiertas por Samuel y Florence Baker en 1864 cuando andaban buscando las fuentes del Nilo. No es un salto espectacular -apenas tiene 43 metros de alto- pero ver todo el caudal del gran Nilo encañonarse en un estrecho pasaje es un verdadero espectáculo. La fuerza que toma el agua es tal que se considera el salto con mayor energía hidráulica del mundo. Para verlas tienes que contratar un transporte o alquiler un coche en Masindi hasta Paraa, la zona del transbordador. Desde allí te llevan en lancha remontando el Nilo, mientras en las riberas van apareciendo aves, cocodrilos, hipopótamos y otra fauna diversa. Varias empresas, como Wild Frontiers, ofrecen este servicio desde Masindi. Pero te aconsejo que no te limites a ver las cataratas desde abajo. Se puede subir hasta el borde superior. Para ello las lanchas te desembarcan en la margen izquierda, poco antes de la catarata, donde empieza una senda gestionada por el parque nacional (cuesta otros 15$) que va en paralelo al río, con varios miradores y unas escaleras finales hasta la parte superior de las catataras. Ahí es donde se aprecia de verdad la tremenda fuerza que genera el Nilo al encañonarse. La lancha no espera, por lo que hay que contratar con la misma empresa la recogida en el aparcamiento de la zona superior para volver a Masindi, que dista 64 kilómetros.
Otra de las áreas importantes del parque nacional Murchison Falls es este bosque ecuatorial lluvioso donde viven, entre otra serie de especies, más de 800 chimpancés. Mi recomendación es que te alojes en el Budongo Eco Lodge, una antigua estación científica de la Fundación Jane Goodall, reconvertido en alojamiento. Por la mañana tempano se sale en pequeños grupos acompañados de un ranger en busca de chimpancés. Solo el paseo por el bosque merece la pena: una selva primaria llena de pájaros, todo tipo de insectos y reptiles y ejemplares de caoba de más de 500 años de antigüedad. Una vez localizada alguna familia de chimpancés se pasa una hora con ellos, viendo como socializan y comen frutos en lo alto de los grandes ficus. A veces bajan también al suelo y los puedes fotografiar muy cerca. A parte de a proteger el hábitat de los chimpancés, el 20% de los que se recauda por las excursiones y el alojamiento se destina a las comunidades locales.
El segundo gran espacio protegido de Uganda en el suroeste del país, a unos 100 kilómetros al sur de Fort Portal. Tiene varias entradas, casi todas en torno a la carretera que va de Kasese a Kabale. El paisaje es una enorme sabana africana, tan llana que parece hecha a posta, con las Montañas de la Luna -los montes Rowenzori-, de telón de fondo. Si el día está claro y se ven las cimas de más de 5.000 metros del pico Margarita, el pico Stanley… el espectáculo visual está asegurado. Tiene la misma fauna que el Murchison Falls, pero aquí es más fácil ver leones. Lo que también tiene es la mayor diversidad de aves del país, muy en especial en torno al canal de Kazinga (ver siguiente foto). Me alojé en el Simba Safari Camp, correcto y razonable de precio, con habitaciones y zona de acampada, muy cerca de la entrada de Queen Pavillion.
Buena parte del parque nacional Queen Elisabeth se desarrolla en las riberas de otros dos grandes lagos ugandeses, el George y el Edward. Ambos están unidos por un canal natural de 36 kilómetros y unos 10 metros de profundidad: el canal de Kazinga. Las comunidades locales que viven en torno a los lagos organizan excursiones en bote que salen desde el puente de la carretera Kasese-Kabale que cruzar el canal. Durante el paseo se ven muchísimos hipopótamos así como multitud de aves. Pero sinceramente, si ya has hecho el paseo en bote por el Nilo hacia las cataratas Murchison, este otro recorrido fluvial es prescindible.
Visitar los gorilas de montaña es la experiencia definitiva en todo viaje por Uganda. El país tiene un poco de todo, pero lo que le hace diferente a otros destinos famosos del África central es la posibilidad de ver así de cerca a los gorilas de montaña, una subespecie de gorila que solo queda aquí y en las vecinas Ruanda y Congo. No es una experiencia fácil. Hay que ir concienciado para soportar una caminata en ascenso por una selva de montaña a 3.000 metros de altitud, tan densa que hay que ir abriendo camino a machetazos (tranquilo, lo hacen los rangers). Pero puedes contratar porteadores, además, los rangers son muy generosos y ayudan a quienes vayan más necesitados (esperando que luego la propina será más jugosa, claro) por lo que recomiendo la experiencia a todo el mundo. Ver una familia de gorilas de montaña durante una hora (tiempo máximo permitido para estar con ellos) tan cerca que puedes oír su respiración es algo que no se olvida en la vida. Es imprescindible para la marcha usar un palo o bastones de trekking, pero si no quieres cargar con ellos desde casa te dejan bordones de madera gratuitos que son igual de prácticos. Tienes que pedir plaza a través de la web de Uganda Wildlife Authority (UWA), o de agencias de viajes especializadas con muchas antelación porque hay una demanda tremenda (a pesar del exorbitante precio de entrada: 700 dólares en 2018; y no te quejes, en Ruanda son 1.500). Te asignan plaza en alguna de las familias visitables y tienes que presentarte allí el día y la hora del permiso. Hay dos zonas separadas de gorilas en Uganda: Bosque Impenetrable de Bwindi y Mgahinga, que forma parte de la montañás Virunga. Bwindi tiene cuatro puntos de entrada: Bohuma, Nkuringo, Rushoga y Rujinga, cada una de ellas con varias familias de gorilas habituados a la presencia humana.
Tras más de 2.000 años de infructuosa búsqueda, el primer occidental que vio dónde nacía el río Nilo fue el inglés John Hanning Speke, el 28 de julio de 1862. Y lo que vio es que salía de una gran masa de agua a la que bautizó lago Victoria. Ese punto exacto donde Speke divisó el gran enigma geográfico de África está marcado hoy por un monumento en una placentera pradera de hierba jalonada de enormes árboles, cerca de la actual localidad de Jinja. Si eres un mitómano de la historia de las exploraciones este es un lugar al que tienes que peregrinar. Pero incluso aunque no lo seas, merece la pena porque el lugar es bello, hay varios lodges con vistas impresionantes al Nilo y se pueden hacer excursiones en bote o con paddle surf (tranqui, hay pocos cocodrilos). Yo me alojé en un tented camp con bonitas vistas al Nilo: el Nile River Camp; correcto, sin pretensiones y barato. Venden tickets para el rafting del Nilo (ver foto siguiente).
Hay dos rafting muy, muy salvajes en África: el de Zambeze, en Zimbabwe, y este que se hace en el Nilo, por debajo de la presa Owen, cerca de las fuentes y de Jinja. Si te va la marcha y quieres soltar adrenalina a tope, no te pierdas la experiencia. Lo organizan muchas empresas, por ejemplo Nalubale o Nile River Explorers. Los hay de medio día, de jornada completa (el que te recomiendo) e incluso de varios días. Te recogen sobre las siete de la mañana, te dan desayuno y una charla explicativa con prácticas de caídas al agua y subida de nuevo a la balsa…. y ¡hala!... a la locura blanca. Se empieza con rápidos suaves pero al final llegan saltos de grado V en los que lo más probable es que vayas al agua. Timoratos, abstenerse.
La línea que parte el mundo en norte y sur pasa por Uganda. Está señalizada en dos carreteras, pero el montaje más turístico y recomendable es el que está a las afueras de Masaka, en la carretera de Masaka a Kampala. Como curiosidad, pagando una pequeña cantidad te hacen una demostración del efecto Corioli para que observes como solo a unos metros de la línea el agua que se cuela por un sumidero gira en dirección contraria según el hemisferio… y en ninguna cuando está justo en la línea del Ecuador. Lo dicho: un montaje turístico, pero simpático; para hacerse la foto.
Los montes Rwenzori, a los que siempre se les asoció con las Montañas de la Luna citadas por Ptolomeo, es una cadena montañosa que separa Uganda del Congo. Su cima, el pico Margarita (5.109 mts), es la tercera cumbre más alta de África, por detrás del Kilimanjaro (5.891 mts.) y el monte Kenia (5.199 mts.). Quienes se acercan hasta los Rwenzori es por lo normal para hacer algún trekking a sus cumbres. La excursiones suelen partir desde Fort Portal y desde Kasese. En España hay varias agencas especializadas que organizan trekking a las montañas Rwenzori, entre ellas Naturtrek y Viajes Sanga.
El monte Elgon es un volcán extinto y solitario que se levanta en medio de la llanura, en el extremo este de Uganda, fronterizo con Kenia. Está declarado parque nacional y lo rodea un paisaje boscoso con algunas cascadas y pozas donde bañarte. Un lugar relajado y tranquilo al que se suele ir para hacer trekking o subir a la cumbre del volcán (4.321 mts), pero fuera de toda ruta. Si estás en Jinja (fuentes del Nilo) y te sobran tres días, puede merecer la pena ir, sobre todo porque vas a encontrar muy pocos turistas. Hay alojamientos y todo tipo de servicios en Mbale, que es la ciudad a la entrada del parque. Más información en Mount Elgon National Park.
Pese a la tremenda deforestación, los paisajes de Uganda siguen siendo soberbios. Llanuras con suaves ondulaciones, siempre pintadas con dos colores básicos que modelan el escenario: el rojo de la arcilla del suelo y el verde de la selva y los cultivos. Sin embargo uno de los paisajes ugandeses más bellos está credo por el hombre: son las plantaciones de té que crecen por encima de los 1.500 metros. Son campiñas tan perfectas y hechas con tiralíneas que parecen alfombras o campos de futbol. El centro del cultivo de té ugandés es la localidad de Fort Portal, en torno a la cual están las plantaciones más fotogénicas. También se ven interesantes campos de té en la carretera que va de Kihihi a Buhoma, donde están los gorilas.
Como has podido leer, Uganda es la pura imagen del África ecuatorial. Verde, intensa, caótica, llena de vida y con representación de toda la fauna africana. ¡Y además conserva algunos de los últimos gorilas de montaña! Este es el vídeo que grabé allí. ¡No te lo pierdas!