Es la capital religiosa y cultural de Laos. Y una de las ciudades más bellas del Sudeste Asiático. Sus viviendas de época colonial francesa y sus más de 40 templos y monasterios le valieron la denominación de Patriminio de la Humanidad. Esto es lo que no te puedes perder en tu visita.
Publicado por Paco Nadal el 30 de agosto de 2018.
Ubicado en una manzana de Sisavangvong Road, la calle principal, consta tres edificios principales. Al entrar, a la derecha, está el templo Haw Pha Bang, donde se conserva y venera el buda Pra Bang, una estatua de 83 centímetros de altura a la que la leyenda otorga una antigüedad de 2.000 años, convertida en el símbolo más sagrado de la ciudad y del que toma su nombre. La imagen se pierde entre la recargada ornamentación, pero el edificio que la alberga es realmente espectacular, aunque en realidad es muy moderno: se terminó de construir en 2006. Frente a la entrada está el antiguo palacio de la familia real laosiana, el Haw Kham, construido en 1904 con claras influencias coloniales francesas. Fue ocupado ininterrumpidamente hasta que en 1975 la milicia comunista derrocó a Sisavang Vatthana, el último monarca laosiano. El conjunto es muy austero, nada que ver con el concepto “palacio”, pero la visita resulta interesante para conocer de cerca cómo fue la vida de una corte real del Sudeste Asiático. Interesante el salón del trono, decorado con centenares de figuritas de cristal japonés, y la colección de enseres personales del último monarca y su familia. Hay que entrar con los hombros cubiertos y pantalones por debajo de las rodillas. Y no se pueden sacar fotos. El tercer edificio es el antiguo Teatro Nacional, pero no se visita. Al igual que todos los monumentos de la ciudad, cierra a las 17:00h. Esta visita guiada por Luang Prabang incluye el Palacio Real y otros templos de interés.
Luang Prabang está construida en una península que forma el río Mekong y su afluente, el Nam Khan, en la que sobresale una colina de apenas 100 metros de altura. En su cima hay un templo muy sencillo, el Wat Chom Si. Pero a los viajeros les dió por subir hasta ella para ver atardecer, así que durante cada ocaso las gradas del templo se llenan con un nutrido grupo de mochileros tipo Lonely Planet esperando a ver cómo el sol se acuesta sobre el Mekong y las selvas aledañas. La vista es realmente bonita, pero en temporada alta hay tanta gente que se hace difícil disfrutar del momento. Conviene subir por la escalera que hay justo frente a la entrada del palacio Real y bajar por las de la otra ladera, donde hay varios templos y conjuntos de estatuas de Buda.
Es el principal recinto religioso de una ciudad con más de 40 monasterios y templos. Xien Thong, que significa ciudad dorada, fue construido en 1560 y pese a todas los saqueos, reformas y ampliaciones mantiene aún la esencia de aquellos lejanos tiempos. Una visita imprescindible en la ciudad. Fue usado como templo real y lugar de coronación durante siglos. El recinto tiene más de 20 edificios, entre templos, estupas y capillas. No te pierdas sobre todo el templo que hay a la entrada, a la derecha, con una espectacular fachada con figuras talladas en madera de teca y de un intenso color dorado. En su interior se guarda un carruaje funerario con siete cabezas de serpiente usado en los funerales reales. No dejes de visitar tampoco el templo principal, reconocible por su tejado en tres niveles, que es en realidad una sala de ordenación donde se coronaba a los reyes. Dale la vuelta porque por la fachada posterior tiene el famoso árbol de la vida, un mosaico de cristal rojo que narra la construcción del templo. Es de 1960.
Los monjes de todos los monasterios budistas de Laos salen al amanecer con unos cuencos a pedir el tak bat, la limosna que le dan los fieles del barrio y que es su único sustento diario. Estas procesiones de largas filas de monjes con su túnica naranja recogiendo las dádivas son especialmente llamativas en Luang Prabang, por la cantidad de monasterios que tiene. Para que los turistas pudieran participar en esta ceremonia se acotó una zona de Sisavangvong Road -la calle central-, entre el Wat Mai y el Wat Xien Thong, donde los forasteros pueden ponerse al alba para dar también su donativo a los monjes. Para evitar que se les entregue comida impura, solo les está permitido dar arroz blanco glutinoso, que venden unas mujeres que se instalan en este tramo de calle. Muchas agencias y hoteles se encargan de hacer todos los preparativos y llevar a sus clientes hasta la calle al amanecer, pero puedes hacerlo tú por tu cuenta sin problemas. Solo estate en esa zona de Sisavangvong Road al alba y compra tu cuenco de arroz para darlo luego a los monjes cuando pasen delante de ti. Importante: estás participando en una ceremonia religiosa con siglos de antigüedad; sé considerado, haz fotos si quieres pero trata de no molestar con tu cámara o smartphone y sobre todo, guarda las distancias de respeto con los monjes y no los toques.
En muchas ciudades laosianas se celebran mercados nocturnos con productos para los turistas. Pero el más famoso y grande sin duda es el de Luang Prabang. Ocupa un buen tramo de la calle principal, Sisavangvong Road y se instala todos los días desde el atardecer hasta las 22:00. Un lugar donde todos los viajeros que pernoctan ese día en la ciudad deambulan de arriba abajo, aunque no tengan intención de comprar. Regateo, imprescindible.
Es un centro de recuperación de artesanías textiles donde enseñan a jóvenes locales el oficio del telar y el uso de tintes naturales. Sus programas tratan de mejorar la calidad de las artesanías laosianas y procurar una forma extra de sustento a las familias participantes. Hay visitas guiadas gratuitas para ver cómo trabajan y venta de los productos que elaboran. El centro tiene además un excelente restaurante con terrazas asomadas al río Mekong que es una delicia; solo por eso merecería la pena la visita. Está a unos 5 minutos en tuk-tuk del centro del pueblo. Encuentra toda la información del Centro de artes textiles Ock Pop Tok.
Conocido simplemente como Wat Mai, es el mayor templo de la ciudad. Sus orígenes datan del siglo XVIII. Situado en la misma calle principal, muy cerca del palacio Real, tiene una recargada decoración, con un fino trabajo de talla de madera y un tejado con cinco niveles que le hacen inconfundible. Fue usado también como templo real. Otra de las visitas clásicas de Luang Prabang. Al atardecer es fácil escuchar a los monjes entonar sus cánticos y letanías.
Cientos de estatuas de Buda de todos los tamaños decoran estas dos cavidades naturales excavadas en un acantilado a orillas del Mekong. Fueron dejadas durante siglos por navegantes, que pedían de esta manera protección en su viaje. La cueva principal está a apenas unos metros por encima del nivel del río. Para la segunda hay que salvar unos 200 escalones que salen a la izquierda de la pared. Conviene llevar linterna porque es más grande que la primera y no tiene iluminación; pero la experiencia es más auténtica porque apenas suben turistas. Es una de las visitas más populares en los alrededores de Luang Prabang y la ofertan todas las agencias. Hay que ir en barco; se tarda dos horas remontando el río al ir y apenas una hora de descenso, al regresar. Muchas agencias suelen combinarlo con visitas a aldeas ribereñas.
En los alrededores de Luang Prabang hay dos saltos de agua reseñables. Las cataratas Kuang Si están a 29 kilómetros al sureste de Luang y constan de un conjunto de tres caídas (una de ellas de 50 metros) con pozas donde bañarse en un parque natural que tiene también un centro privado de recuperación de osos negros. Se puede llegar alquilando una moto o negociando con un tuk-tuk (que además, te espera allí hasta que decidas regresar). Las Tad Sae están a unos 20 kilómetros por la carretera de Vientianne; se puede llegar igualmente en moto, en tuk-tuk o en barca por el Nam Khan. Más que cataratas, Tad Sae es un grupo de resaltes y pozas de toba con aguas azul turquesa (excepto en época de lluvias). También te puedes bañar en ellas. En ambas, Kuang Si y Tad Sae, hay que pagar para entrar. Si solo tienes tiempo de ver unas te recomiendo las Kuang Si. Esta excursión a las cataratas Kuang Si tiene dos modalidades, en kayak o en barco.
Como ya he comentado, Luang Prabang es la capital religiosa del país y tiene más de 40 templos y monasterios. Los citados antes son los más importantes y de visita imprescindible, pero en función de las ganas e interés que tengas por ver más templos, tienes para hartarte. Está en el Wat Mahathat, también del siglo XVI, donde los monjes de diversos templos se reúnen para las celebraciones del Pi Mai Lao (año nuevo laosiano; mediados de abril). El Wat Khili (frente al Wat Xien Thong), con una mezcla de arquitectura laosina y francesa. El Wat Wisunarat, el más antiguo de todos: data de 1513. O el modesto Wat Chomphet, situado al otro lado del río.
Muchas agencias locales ofertan diferentes actividades de naturaleza en torno a Luang Prabang. Una de las más demandadas son los paseos en canoa por el río Nam Khan, el afluente del Mekong que bordea la ciudad vieja. Otra son las rutas senderistas, desde media jornada a varios días de duración, por las montañas que rodean la ciudad, visitando poblaciones locales y parajes singulares. Esta es la web oficial del Turismo de Luang Prabang.