Visitar los fiordos noruegos es un sueño para los amantes de los espacios naturales. En este post te cuento primero qué ver en Bergen, la ciudad más bonita de la costa noruega, para desde allí iniciar una ruta por los fiordos noruegos más sugerentes y desconocidos del sur del país, con final en Stavanger, otra ciudad portuaria llena de encanto y poco conocida por el turista español. Al final de este post encontrarás el mapa y dos vídeos que grabé allí.
Actualizado por Paco Nadal el 13 de diciembre de 2023.
Las guías la definen como la ciudad más bella de Noruega y no van desencaminadas. Bergen es la materialización de lo que todos hemos soñado alguna vez que debería ser una localidad portuaria del mar del Norte. Aunque más que Bergen, en general, habría que decir Bryggen —el viejo puerto de la ciudad medieval—, que es la estampa por la que se ha hecho famosa esta localidad portuaria y la razón última por la que llegan hasta esta región de los fiordos miles y miles de turistas. Bergen, o lo que los turistas vienen buscando de Bergen, se explora bien en un día. Tienes opción de hacer un tour privado por Bergen con guía en español para no perderte nada. El epicentro de todas las rutas urbanas es su famoso puerto, con esa maravillosa y colorida línea de fachadas de casas de madera de origen medieval, mil veces repetida en todo tipo de imágenes publicitarias, y que no por eso deja de impresionar la primera vez que se ve. Para empezar esta ruta en coche por los fiordos noruegos que te propongo debes salir de Bergen siguiendo las indicaciones de carretera 7 hacia Norheimsund. Y más tarde, seguir por la 13 hacia Odda y Stavanger. Está bien señalizada.
Dónde: Bergen.
Poco antes de llegar a Norheimsund aparece este salto de agua de unos 50 metros de caída. Tiene la particularidad de que puedes pasar por detrás de la cascada gracias a un sendero pavimentado. Otra curiosidad es que el salto se formó súbitamente en 1699, cuando el río cambió de curso de forma natural debido a un movimiento tectónico.
Dónde: Steinsdalsfossen.
Merece la pena parar a tomar algo (o mucho mejor, alojarse), en el hotel Thon Sandven, un edificio histórico de 1857, uno de los primeros hoteles de la comarca, al pie del fiordo Hardanger, en Nordheimsund. Lo que más enamora es el jardín con embarcadero que hay en la parte posterior, donde se puede desayunar o cenar con vistas al Samlafjorde y al glaciar Folgefonna. Un lugar de lo más romántico y evocador.
En esta ruta por los fiordos noruegos entre Bergen y Stavanger por el interior tendrás que tomar hasta tres transbordadores para salvar otros tantos fiordos. Una buena excusa para, acodado en la borda del ferri, disfrutar de los increíbles paisajes noruegos. El primero que utilizarás es este, que cruza el Hardangerfjorden entre Tørvikbygd y Jondal en apenas 10 minutos. Todos son de pago. Si quieres llevarlo organizado, puedes valorar hacer desde Bergen este tour por los fiordos noruegos: tren de Flåm y paseo en barco por Nærøy.
Desde Nordheimsund sigue por la nacional 7 hacia Jondal. Allí, un desvío indica hacia el glaciar Folgefonna por una carretera tan estrecha que en muchos tramos no caben dos coches. El glaciar es una conocida estación de esquí con un solo remonte y un sola pista sobre el glaciar. Permanece abierta incluso en verano. Suficiente para quitar el mono a quienes no puedan esperar a que llegue la temporada de invierno y abran las estaciones más grandes. Merece la pena subir aunque no se tenga previsto esquiar, solo por los parajes que atraviesa la carretera y las espectaculares vistas. La carretera de ascenso es de pago; cuesta 80 coronas (10 euros).
Dónde: estación de esquí Fonna.
Desde Jondal parte una carretera que va directa a Odda a través de túneles; es rápida, pero no se disfruta del paisaje. Si no llevas prisa es mejor llegar a Odda dando la vuelta a la península del Samlafjorden por una estrecha carretera y bajar luego por el fiordo Sørfjroden, un estrecho entrante de agua rodeado de bucólicos paisajes. A un lado se ve el agua mansa y al otro las numerosas plantaciones de manzanos y cerezos que han hecho famosa esta zona agrícola. Con ellas se fabrica una sidra local de muy buena calidad.
El segundo mirador más espectacular y adrenalínico de Noruega, tras el famoso Preikestolen (en el punto 9), es esta plataforma de granito que sale de manera casi imposible sobre el Sørfjroden. Es una de las excursiones clásicas de la zona de Hardangerfjorden. Para subir hay que llegar a Tyssedal (a unos 6 kilómetros de Odda, por la carretera 13), y subir desde allí al parking de Skjeggdal. Ida y vuelta requiere al menos de 8 horas de caminata. La ventaja es que gracias a su dificultoso acceso hay muchísima menos gente que en el Preikestolen.
Dónde: Trolltunga.
Ubicado en el pequeño pueblecito de Nesflaten, el Energihotellet es un singular hotel que ocupa las antiguas dependencias de los trabajadores de una central hidroeléctrica. Fue construido a principios de los 60 con el más puro diseño nórdico, ambiente que el nuevo propietario ha mantenido y mejorado. Todo es minimalismo, naturaleza… y algunas excentricidades, como la chimenea chapada en oro. Lo mejor: las soberbias vistas. Un lugar aconsejable para hacer un alto en el camino.
El Preikestolen, la postal más celebérrima de los fiordos noruegos, está en el Lysefjord, unos 50 minutos antes de llegar a Stavanger por la carretera 13. Los glaciares tallaron en la roca un balcón casi imposible, con una caída de 600 metros cortada a pico y una posición de lo más cinematográfica, con el estrecho y bello Lysefjord al fondo como decorado para las fotos. El aparcamiento está bien señalizado en la carretera 13 (cuesta 100 coronas; unos 12 €). Desde allí hay dos horas y 600 metros de desnivel hasta la plataforma. Un trekking fácil, por lo que en temporada alta suele estar saturado de gente. Aviso: la plataforma final está siempre atiborrado de visitantes, sobre todo en primavera y verano. Para disfrutarla en soledad, como en la foto que adjunto, hay un truco: salir de Stavanger a la 1 de la madrugada, caminar durante la noche y llegar allí arriba al amanecer; entonces estarás solo. Imprescindible llevar un guía (hay varias agencias en Stavanger que lo ofertan); si no, tienes muchas posibilidades de perderte en la oscuridad del bosque.
Dónde: Preikestolen.
El final de la ruta es esta agradable ciudad portuaria, toda una sorpresa de esta zona de los fiordos. Bergen tiene el puerto más bonito de Noruega, es cierto; sin embargo, el resto del casco antiguo de Stavanger supera con creces al de Bergen. Es una delicia pasear por las calles de Gamle Stavanger (ciudad vieja), un coqueto barrio de casitas de madera blanca, e imaginarse cómo era la ciudad en el siglo pasado, cuando prosperó gracias a la industria de las conservas de pescado. Actividad que recuerda un museo instalado en una antigua fábrica en esa misma calle. También es interesante el museo del Petróleo (Stavanger es el centro logístico de las plataformas petrolíferas del mar del Norte); aunque suene muy técnico e industrial, el museo es de lo más recomendable, muy intercativo e ilustrativo de lo que el oro negro supuso para Noruega: un país pobre hasta que se perforó el primer yacimiento a principios de los sesenta.
Dónde: Stavanger.
De Bergen a Stavanger por esta ruta de interior hay unos 400 kilómetros. Se puede hacer cómodamente en tres jornadas, durmiendo por ejemplo la primera noche en Nordheimsund y la segunda noche en el Energihotellet de Nesflaten. Pero si quieres hacerlo más pausadamente y además subir a alguno de los dos miradores, el Troltunga o el Preikestolen, debes añadirle uno o dos días más. Ambos miradores necesitan de una jornada completa para subir y bajar, siendo el Troltunga —como te explicaba— mucho más duro y exigente.
Si nunca has visto el Preikestolen (el Púlpito), no sabes lo que es el vértigo. No te pierdas las adrenalínicas imágenes de este acantilado tomadas con un dron. Luego visitamos Stavanger, el puerto pesquero mejor conservado de los fiordos del sur de Noruega.
Bergen es una de las ciudades portuarias más bonitas de Noruega. Pero es también la puerta de acceso a los fiordos más famosos. En este vídeo exploro el más largo de todos: el Sognefjord. Y camino también por encima de un glaciar.