Wurzburgo es la capital Baja Franconia, una región del sur de Alemania, en el corazón de Baviera, famosa por sus vinos. Pequeña y encantadora, se despliega a orillas del río Meno. Prepárate para descubrir su riqueza monumental: desde la imponente Residencia, un palacio barroco de proporciones asombrosas, hasta su robusto castillo y un delicioso paseo junto al río. Una de las diecisiete ciudades históricas de Alemania poco conocida para quienes quieran salirse de los circuitos más trillados. Te cuento qué ver y hacer durante tu visita a Wurzburgo.
Publicado por Paco Nadal el 19 de agosto de 2025.
La Residencia de Wurzburgo, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es un conjunto monumental excepcional y uno de los palacios barrocos más importantes de Europa del siglo XVIII, diseñado por Balthasar Neumann para los príncipes-obispos. Estos líderes eclesiásticos y gobernantes temporales, comunes en la época del absolutismo en el Sacro Imperio Romano Germánico, construyeron el palacio como una ostentación de su inmenso poder. De él dijo Napoleón que era “la casa de un cura más grande que había visto”. A pesar de haber sido bombardeada y casi destruida en la Segunda Guerra Mundial, sus salas principales, incluyendo el Salón Imperial y la Escalera Principal, con el monumental fresco de Tiepolo, "Los Cuatro Continentes", se salvaron milagrosamente. Esto fue gracias a la intervención de los "Monuments Men" estadounidenses, un equiupo de rescate de obras de arte que nada más acabar la contienda construyeron rápidamente un tejado provisional para proteger los frescos de la intemperie. Sus jardines de la Corte (Hofgarten) y la plaza de la Residencia completan este majestuoso conjunto, que fue meticulosamente restaurado y sigue siendo una obra maestra arquitectónica y un vibrante centro cultural.
Tienes toda la información para organizar tu visita en: https://www.residenz-wuerzburg.de/
El antiguo puente medieval sobre el río Meno (Alte Mainbrücke) es el vado más antiguo y emblemático de Wurzburgo, con orígenes en el siglo XV. Conecta el casco antiguo con la fortaleza de Marienberg y fue la única conexión terrestre sobre este gran cauce, principal afluente del Rin, durante siglos. Su estructura de 180 metrosofrece unas vistas espectaculares al río, a la fortaleza y los viñedos que crecen en sus faldas. Lo más distintivo son sus doce estatuas barrocas de santos y figuras importantes, añadidas en el siglo XVIII, que le confieren un parecido con el puente de Carlos de Praga o el Puente Sant'Angelo de Roma. Actualmente es peatonal, además de un popular punto de encuentro para locales y visitantes porque ahí se desarrolla una costumbre local que no te dejará indiferente.
La actividad social más divertida y popular de Wurzburgo es juntarte con amigos para beber una copa de vino de Franconia sobre el puente, siempre en copa de cristal. Las reglas son estrictas y hay incluso un servicio de seguridad controlando que se cumplan: tienes que pedir el vino a través de uno de los cuatro puntos autorizados (en ambas orillas del puente), dejar cinco euros de depósito por la copa de cristal (que te devuelven al retornarla), no hay tapas ni comida, solo puedes estar de pie y está prohibido sentarse en los pretiles o apoyar en ellos la copa. ¿No os parece un plan genial para alternar de una manera elegante en un entorno espectacular?
La Catedral de Würzburg es una imponente iglesia católica y la cuarta basílica románica más grande de Alemania, dedicada a San Kilian. Su construcción principal comenzó en 1040 bajo el obispo Bruno, y fue completada por su sucesor, Adalbero, en 1075. A lo largo de los siglos, ha sufrido transformaciones góticas y barrocas, albergando en su interior tumbas de príncipes-obispos y destacadas esculturas de Tilman Riemenschneider. A pesar de haber sido gravemente dañada en la Segunda Guerra Mundial, la catedral fue reconstruida manteniendo su estructura original y su importancia como pilar cultural y espiritual de la ciudad.
Cerca de la catedral te toparás con otra iglesia: la Neumünster, rica en historia y variada en arquitectura. Originalmente románica, destaca por su espectacular fachada barroca con tonalidades rojizas. En su interior alberga los restos de los santos Kilian, Kolonat y Totnan, mártires y apóstoles de Franconia, junto a sarcófagos del siglo VIII. Para que os hagáis una idea de la magnitud de la religión en esta ciudad: hay 36 iglesias, solo tres de ellas protestantes. Wurzburgo ha sido a lo largo de la historia un destino de peregrinación católica para adorar las reliquias de san Kilian en el altar Mayor de la Neumünster. Cada año, en el domingo anterior al día de San Kilian que se celebra el 8 de julio, las calaveras de los mártires se exhiben para su veneración en la catedral.
La fortaleza de Marienberg se alza majestuosamente sobre Wurzburgo, dominando el río Meno y ofreciendo unas vistas panorámicas espectaculares. Con una historia que se remonta a 1000 a.C., esta impresionante fortificación fue la residencia de los príncipes-obispos de Wurzburgo durante siglos, antes de que se construyera la Residencia abajo, en la ciudad. A lo largo de los siglos, la fortaleza ha sido ampliada y modificada, mostrando estilos renacentistas y barrocos. También sufrío graves daños durante la Segunda Guerra Mundial. Actualmente, alberga el Museum für Franken, que exhibe una vasta colección de arte e historia de Franconia, incluyendo obras del célebre escultor Tilman Riemenschneider. Es un lugar imperdible para comprender la rica historia de la ciudad y disfrutar de sus jardines y fortificaciones. El Fürstengarten, un jardín barroco que se encuentra dentro de la fortaleza, es uno de los atractivos destacados del complejo. Está abierto de abril a octubre.
NOTA: A la fecha de publicación de este post la fortaleza de Marienberg se encontraba cerrada por reformas. Está previsto que la renovación general y el rediseño se prolonguen hasta 2026.
Para visitas turísticas (se ofrece un recorrido por las instalaciones de la fortaleza de 2 horas), te recomiendo contactar con Tourist Information & Ticket Service en el Falkenhaus am Markt, Würzburg (Tel: +49 (0)9 31/ 37 23 35, email: tourismus@wuerzburg.de).
Fundado en 1576, el Juliusspital es una institución única, un complejo histórico con una soberbia arquitectura renacentista y barroca. Fue concebido hace más de 440 años con propósitos benéficos para cuidar a los enfermos y necesitados, pero iba más allá. Cumplía la función de una ciudad en sí misma, con todos los servicios que se necesitaban en el momento: desde hospital a bodega de vino (el vino se concebía como medicina), pasando por una carnicería y rodeada de campos de cultivo y bosques propios. Hoy, bajo el paraguas de una fundación, el hospital sigue en funcionamiento, con una residencia de ancianos y un hospicio dedicados a los cuidados paliativos. Su bodega es una de las más grandes de Alemania con alrededor de 180 hectáreas de viñedos. Los vinos de Franconia son famosos no solo por su gran embajadora, la uva silvana, sino por la originalidad de la botella en la que se comercializa. Hoy, puedes visitar los patios, la iglesia y la histórica bodega de 220 metros de largo del Juliusspital, mezclando una curiosa experiencia de patrimonio cultural y vitivinícola. Tras tu visita, pasa por la tienda de vinos de la fundación y contribuye a preservar el legado de esta institución, los beneficios del viñedo van destinados al cumplimiento de sus responsabilidades sociales. Ofrecen degustaciones.
Te he comentado el vino si la gran seña de identidad de Franconia. Y lo festejan a lo grande dos veces al año durante las ferias del vino. La primera es la Würzburger Weindorf, en torno a Pentecostés, es decir, finales de mayo, principios de junio. El epicentro en la plaza del Mercado en la que durante una semana se instalan multitud de carpas con restaurantes de todo tipo y bares, donde se sirve vino de la región. Se celebra como se celebran todas las cosas en Alemania: comiendo y bebiendo, en especial salchichas con pasta o con patatas cocidas. La segunda gran feria es la Hofgartenweinfest, que se celebra entre finales de junio y principios de julio, en los jardines de la Residencia de Würzburg. Hay una más pequeña, en junio también, que se conoce como la Hofschoppenfest, en el patio histórico de la bodega Bürgerspital. Y el remate es la Würzburger Weinparade, a finales de agosto y principios de septiembre, también en la plaza del Mercado, que marca el final de la temporada vitivinícola.